Agosto 17
Orígenes y Contexto
Pablo y Juliana eran dos hermanos que vivieron en el siglo III y profesaban la fe cristiana en la ciudad de Tolemaida (Acre).
Su martirio ocurrió durante las persecuciones del emperador Aureliano (entre los años 270 y 275), un periodo conocido por su gran brutalidad contra los cristianos.
Martirio.
Su martirio comenzó cuando el emperador Aureliano visitó la ciudad. Durante una de sus ceremonias públicas, el hermano, San Pablo, fue visto haciendo la señal de la cruz, lo que fue interpretado como un acto de desafío. Fue arrestado de inmediato y sometido a un brutal interrogatorio para que renunciara a su fe.
Al ver el sufrimiento de su hermano, Santa Juliana se acercó y denunció públicamente al emperador por su injusticia y crueldad. Debido a su valentía, ella también fue arrestada y torturada junto a su hermano.
Ambos hermanos fueron azotados, sus cuerpos fueron desgarrados con ganchos de hierro y se les forzó a caminar sobre brasas al rojo vivo, pero se mantuvieron firmes en su fe. Según la tradición, los mártires superaron los tormentos de manera milagrosa. Incluso, se cuenta que tres soldados que presenciaron su fe inquebrantable se convirtieron al cristianismo en ese mismo momento y fueron ejecutados de inmediato.
Tras fracasar en sus intentos de hacerlos abjurar, el emperador ordenó que fueran decapitados. Pablo y Juliana, con alegría en sus rostros, fueron al lugar de la ejecución cantando himnos, agradeciendo a Dios por la fortaleza para resistir. Su sacrificio selló su fe y su lugar en el santoral.
La fiesta de San Pablo y Santa Juliana, mártires, se celebra el 17 de agosto.
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Fuente: Vidas Santas
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