Marzo 10
Su Vida
Fray J. J. Lataste nació como Alcide Lataste el 5 de Septiembre de 1832
en Cadillac. Fue el más joven de siete hijos. Mientras su madre era
Cristiana, su padre era un libre pensador. Fue bautizado al siguiente
día de su nacimiento y su hermana mayor, Rosy, fue su madrina. De niño,
fue curado milagrosamente de una seria enfermedad y él atribuía esa
curación al patrocinio de la Santísima Virgen.
Estudió en el seminario menor de Bordeaux, donde
hizo su Primera Comunión y su Confirmación. Ahí vio a Henri Lacordaire
por primera vez. Aunque deseaba ser sacerdote, nunca pensó que fuera
digno, por lo que estudió en la Universidad secular, pero mantuvo su
deseo vivo, con el apoyo de su hermana Rosy, quien ya estaba en el
convento. Se graduó en 1850 y regresó a su pueblo natal. Se quedó con
sus padres por un año y dedicó su tiempo a leer y escribir poesía.
Trabajó como servidor público de 1851 a 1857.
Mientras estaba trabajando, era un miembro activo
de la Sociedad de San Vicente de Paul, lo cual le ayudó a nutrir su
deseo de entrar en la vida religiosa. Después de mucha reflexión,
finalmente entró en el Noviciado Dominicano de Flavigny en Noviembre de
1857. Se enfermó gravemente de nuevo y esto retrasó su profesión. Una
vez curado, hizo profesión en presencia de su padre y dos hermanos y fue
enviado a Toulouse para terminar los estudios. Vivió en los conventos
de Chalais, Grenoble y St Maximin-la-Sainte-Baume, donde se familiarizó
con María Magdalena a través de una profunda contemplación. El 10 de
Mayo de 1862 hizo profesión solemne y el 8 de Febrero de 1963 fue
ordenado sacerdote en Marseille a manos del Obispo Petagna. Continuó
estudiando y fue finalmente asignado al convento de Bordeaux. Su
ministerio sacerdotal se caracterizó por sermones inspirados, retiros,
confesiones, mortificación y adoración del Santísimo Sacramento.
Las Hermanas de Betania
Fray Lataste se enteró por primera vez acerca de las penurias de las mujeres prisioneras en Pyrenees pero nunca tuvo un contacto directo con ellas hasta que se reunió con las prisioneras de Cadillac en Septiembre de 1864. Esta reunión, la cual fue inspirada por su profunda devoción a María Magdalena, llevó a la fundación de Betania. Él dirigió un retiro para las prisioneras que estaban sirviendo diferentes condenas por varios crímenes y percibió su profundo arrepentimiento y su fe. Eso fue suficiente para que él iniciara una congregación religiosa.
Fray Lataste se enteró por primera vez acerca de las penurias de las mujeres prisioneras en Pyrenees pero nunca tuvo un contacto directo con ellas hasta que se reunió con las prisioneras de Cadillac en Septiembre de 1864. Esta reunión, la cual fue inspirada por su profunda devoción a María Magdalena, llevó a la fundación de Betania. Él dirigió un retiro para las prisioneras que estaban sirviendo diferentes condenas por varios crímenes y percibió su profundo arrepentimiento y su fe. Eso fue suficiente para que él iniciara una congregación religiosa.
Cuando las mujeres comenzaban a ser puestas en
libertad, fray Lataste les ofrecía la oportunidad de consagrar sus
vidas a Dios por medio de los votos religiosos. Ellas se convertirían en
miembros de la Orden Dominicana, vestirían el mismo hábito de las
Hermanas Dominicas, sin que nada las distinguiera. Con la asistencia de
la Madre Dominique-Henri de las Hermanas de la Presentación de Tours,
fray Lataste comenzó la Congregación de Hermanas Dominicas de Betania en
1866. La Congregación está presente ahora en varias partes del mundo.
Su muerte
Fray Lataste volvió a enfermarse en 1868. En esa ocasión, su enfermedad era tan seria que tuvo que dictar de manera oral las Constituciones de las Hermanas de Betania a la Madre Dominique-Henri, las cuales fueron completadas más tarde, después de su muerte, por fray Baker. Murió el 10 de Marzo de 1869 con un gran amor por sus hermanas y una gran gratitud a Dios. Fue inicialmente sepultado en el convento de las Hermanas en Frasne-le-Chateau. Su cuerpo fue trasladado posteriormente, cuando las hermanas se movieron a un nuevo convento en Montferrand-le-Chateau y fue trasladado de nuevo, esta vez a la capilla de las hermanas, cuando fue abierta la causa de beatificación.
Fray Lataste volvió a enfermarse en 1868. En esa ocasión, su enfermedad era tan seria que tuvo que dictar de manera oral las Constituciones de las Hermanas de Betania a la Madre Dominique-Henri, las cuales fueron completadas más tarde, después de su muerte, por fray Baker. Murió el 10 de Marzo de 1869 con un gran amor por sus hermanas y una gran gratitud a Dios. Fue inicialmente sepultado en el convento de las Hermanas en Frasne-le-Chateau. Su cuerpo fue trasladado posteriormente, cuando las hermanas se movieron a un nuevo convento en Montferrand-le-Chateau y fue trasladado de nuevo, esta vez a la capilla de las hermanas, cuando fue abierta la causa de beatificación.
La Causa de Beatificación
La causa de beatificación fue abierta en 1937 en Besançon por las Hermanas de Betania, en colaboración con la Diócesis. Hubo dificultades iniciales porque durante ese tiempo había muy pocos testigos directos y los que había lo conocieron solamente de niño. La mayoría de los testigos podían dar solamente testimonios indirectos de lo que había oído acerca de él. Sin embargo, la causa avanzó gracias a la colección y revisión de los volúmenes de sus escritos. Después de una larga demora, la síntesis conducida por fray Jean-Marie Gueullette, Vice Postulador, con la ayuda de la Hermana Jean de Notre Dame, les permitió escribir un borrador de la Positio acerca de las virtudes y la fama del Siervo de Dios para la Santa Sede en 1996. Posteriormente, el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, reconoció públicamente sus virtudes heroicas en el 2007. Se inició así una investigación acerca de un milagro que se le atribuía a su intercesión. La atribución fue formalmente reconocida como un milagro el 27 de Junio del 2011 por el Santo Padre, abriéndose así el camino para su beatificación, la cual será celebrada el 3 de Junio del 2012 en Besançon. Beato Jean Joseph Lataste, ¡ruega por nosotros!
La causa de beatificación fue abierta en 1937 en Besançon por las Hermanas de Betania, en colaboración con la Diócesis. Hubo dificultades iniciales porque durante ese tiempo había muy pocos testigos directos y los que había lo conocieron solamente de niño. La mayoría de los testigos podían dar solamente testimonios indirectos de lo que había oído acerca de él. Sin embargo, la causa avanzó gracias a la colección y revisión de los volúmenes de sus escritos. Después de una larga demora, la síntesis conducida por fray Jean-Marie Gueullette, Vice Postulador, con la ayuda de la Hermana Jean de Notre Dame, les permitió escribir un borrador de la Positio acerca de las virtudes y la fama del Siervo de Dios para la Santa Sede en 1996. Posteriormente, el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, reconoció públicamente sus virtudes heroicas en el 2007. Se inició así una investigación acerca de un milagro que se le atribuía a su intercesión. La atribución fue formalmente reconocida como un milagro el 27 de Junio del 2011 por el Santo Padre, abriéndose así el camino para su beatificación, la cual será celebrada el 3 de Junio del 2012 en Besançon. Beato Jean Joseph Lataste, ¡ruega por nosotros!
El 3 de Junio del 2012, la Santa Madre Iglesia beatificaró a fray
Jean-Joseph Lataste, por : Benedicto XVI.
=
=
Fuente: op.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario