lunes, marzo 25, 2013

Santa Matrona o Madrona de Tesalónica, Mártir

Santa Matrona o Madrona de Tesalónica, Mártir
Marzo 25

Martirologio Romano: En Tesalónica, de Macedonia, santa Matrona, mártir, sirvienta de cierta judía, quien adoraba a Cristo furtivamente e iba todos los días a la iglesia a rezar en secreto, y descubierta por su señora, sufrió muchas penalidades, fue azotada con varas y en la confesión de Cristo entregó a Dios su espíritu incorrupto (s. inc.).

Afirma la tradición que santa Matrona era barcelonesa y que su padre, al enviudar, se fue a establecer en Tesalónica. Allí contrajo nuevas nupcias, pero la madrastra no mostraba el menor afecto hacia la joven, quien decidió entrar a servir en la familia de una señora viuda muy rica, llamada Plantilla, que era judía y odiaba profundamente a los cristianos. La santa doncella, cuando se le presentaba la oportunidad, iba a la iglesia, donde bendecía y alababa a Cristo Nuestro Señor. Enterada de esto la viuda, ordenó traerla a su casa, y atada a un banco, la azotó cruelmente, dejándola así todo un día y una noche sin desatarla. Pero vino un ángel que la desató y llevó a la iglesia sin abrir puerta alguna, por lo que Madrona dio infinitas gracias a Dios.

Cuando se enteró de esto su señora, la volvió a su casa, otra vez la ató al mismo banco y le dio muchos latigazos con inaudita crueldad, dejándola atada por tres días sin comer. Vino por segunda vez el mismo ángel y librándola la llevó a la iglesia por las puertas cerradas como la vez anterior. Viendo esto Plantilla, la volvió a traer a su casa con una furia infernal, y repitió los latigazos con tal fuerza, que le quitó la vida, entregando de esta manera, la santa doncella, su espíritu a su Creador, cuando gobernaban Diocleciano y Maximiano. Los tesalonicenses sepultaron el santo cuerpo de Matrona con mucha veneración.

Una vez ocupada Tesalónica por los turcos decidieron deshacerse d ela reliquias de la Santa para humillar a los cristianos y privarles de uno de los centros más importantes de peregrinación de la ciudad. Vendieron el cuerpo a unos mercaderes franceses que vieron ahí la oportunidad de hacer dinero. Lo compraron por veintinueve monedas, ya que si hubieran pagado treinta habrían llegado a la misma suma que en otro tiempo se pagó por Jesús, y pensaron que una santa no valía tanto como Nuestro Señor. Los mercaderes embarcaron el cuerpo en una nave que se dirigía a Marsella y se hicieron a la mar. Cuando el barco llegó a aguas de Barcelona se desencadenó un furioso temporal que puso a la nave en peligro.

El patrón ordenó atracar en la playa de Sant Bertran, justo donde arrancaba el camino que conducía a la ermita de Sant Fruitós, en la montaña de Montjuïc, y allí depositaron el cuerpo de Santa Matrona en espera de que amainara la tormenta. Los elementos se calmaron pronto, y la tripulación decidió proseguir viaje con el cuerpo a bordo. Pero el fenómeno se repitió una y otra vez, las aguas se encrespaban para calmarse de inmediato en cuanto lo desembarcaban. Finalmente, comprendieron que el deseo de la Santa era el de permanecer en su ciudad natal, y depositaron su cuerpo en la ermita Sant Fruitós, en la montaña de Montjuïc, Barcelona, ciudad que durante muchos siglos le rindió devoción.

Las reliquias fueron veneradas primero en la ermita que con el paso del tiempo paso a ser jurisdicción de la Orden de los monjes capuchinos y al trasladadarse estos al convento de las Ramblas también trasladaron el cuerpo de la Santa. En el primitivo lugar todavía existe una capilla, también dedicada a Santa Madrona, restaurada en 1907.

Según la leyenda dorada, las golondrinas acompañaron el cuerpo de la santa desde que lo embarcaron en Tesalónica hasta su llegada a Barcelona. Al divisar la ciudad gritaron para avisarle del lugar donde se encontraba, desde entonces, cada año, el 27 de marzo, llegan las primeras golondrinas, más chillonas que nunca, en recuerdo de su gesta, puesto que la leyenda afirma que son descendientes de aquellas que viajaron con la santa y cada año, fieles a una tradición familiar, la visitan y se quedan unos días en Barcelona para hacerle compañía.

Santa Matrona es la abogada de las comadronas y parturientas, así como de las muchachas de servicio.
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fuente: diversos archivos públicos en Internet
Autor: Xavier Villalta

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