Beato Conrado de Ascoli, Religioso Franciscano
Abril 19Sacerdote de la Primera Orden
Tradicional - Su nombre no consta en el actual Martirologio Romano.
En Acoli Piceno, Italia, beato Conrado Miliani, sacerdote de la primer
orden franciscana, fraile tranquilo y penitente, dotado de gran sabiduría,
estimado enseñante en cátedras prestigiosas, incansable predicador, acérrimo
misionero, paciente mediador de paz, apóstol de la Santísima Trinidad. (†
1289)
Nació en Ascoli Piceno, de la familia Miliani, el 18 de septiembre de 1234. Junto con Jerónimo Masci, el futuro Nicolás IV, se hizo religioso en Ascoli y estudió en el Sacro convento de Asís y en Perusa, donde obtuvo el título de doctor.
Nació en Ascoli Piceno, de la familia Miliani, el 18 de septiembre de 1234. Junto con Jerónimo Masci, el futuro Nicolás IV, se hizo religioso en Ascoli y estudió en el Sacro convento de Asís y en Perusa, donde obtuvo el título de doctor.
Siempre en compañía de su amigo Jerónimo Masci, enseñó luego en las
escuelas de la Orden en Roma, Y cuando Jerónimo fue hecho Ministro general de la
Orden, Conrado obtuvo de él licencia para ir como misionero al Africa. Recorrió
evangelizando varias regiones de Libia y fue el primer misionero y explorador de
Cirenaica.
Cuando Nicolás III encargó a Masci inducir al rey de Francia a desistir de
la guerra contra España, le asignó por compañero a Conrado. Resuelta felizmente
la misión de paz, regresaron a Roma, donde Masci en 1278 fue nombrado
cardenal.
Conrado, después de una permanencia de dos años en Roma, fue enviado a
París para enseñar teología en la Universidad de dicha ciudad, donde se mostró
como insigne maestro. En 1288, Jerónimo Masci fue elevado al trono pontificio
con el nombre de Nicolás IV, y llamó a su lado a Conrado para aprovechar sus
luminosos
consejos.
consejos.
Cuando oyó rumores de su inminente elevación al cardenalato, que se habían
difundido en el ambiente parisino, él respondió en el discurso de despedida en
una plaza pública exhortando a todos a amar las virtudes cristianas, sobre todo
la vida oculta. Extenuado por el largo viaje, a principios de marzo llegó a
Ascoli, donde fue recibido con grandes honores. Un mes después enfermó y predijo
el día y hora de su muerte.
Cuando se agravó el mal, recibió con angelical fervor los últimos
sacramentos, se hizo colocar sobre el desnudo suelo y se durmió serenamente en
el Señor. Era el 19 de abril de 1289. Tenía 55 años.
Nicolás IV sintió profundamente su muerte, y, confirmando que había tenido
la intención de hacerlo cardenal, ordenó que se levantara un solemne mausoleo
sobre su tumba en San Lorenzo delle Piagge. Después sus despojos mortales fueron
transportados a la iglesia de San Francisco (mayo 28 de 1371).
Entre las virtudes practicadas por Conrado, fue característica la de la
penitencia: revestido de un áspero hábito, caminaba con los pies descalzos,
descansaba solamente unas pocas horas en una dura tabla, ayunaba a pan y agua
cuatro de los siete días de la semana. Como base de su apostolado había puesto
la devoción a la Santísima Trinidad, gracias a la cual obtuvo curaciones de toda
clase y dos casos de resurrección de muertos.
Florecieron mientras vivía aún, muchas leyendas sobre su santidad. Se le
rindió culto popular desde tiempo inmemorial en las Marcas y en las diversas
familias de la Orden minorítica.
Pío VI concedió Oficio y Misa en su honor el 30 de agosto de 1783.
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Fuente: Franciscanos.net
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