Beato Francisco de Fabriano, Presbítero Franciscano
Abril 22
Martirologio Romano: En Fabriano, del Piceno, en Italia, beato Francisco Venimbeni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, eximio predicador de la Palabra de Dios (1322).
Martirologio Romano: En Fabriano, del Piceno, en Italia, beato Francisco Venimbeni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, eximio predicador de la Palabra de Dios (1322).
Etimológicamente: Francisco = Aquel que porta la bandera, es de origen
germánico.
Etimológicamente significa “franco, libre”. Viene de la lengua alemana.
Etimológicamente significa “franco, libre”. Viene de la lengua alemana.
Sacerdote de la Primera Orden. (hacia 1261-1322).
Pío VI aprobó su culto el 1 de abril de 1775.
Nació en Fabriano (Ancona) hijo del médico Compagno Venimbeni y Margarita
di Federico. Entró en la Orden Franciscana de dieciséis años de edad, después de
haber hecho estudios de filosofía.
Durante el año de noviciado, transcurrido en Fabriano, obtuvo permiso de ir
a Asís para ganar la indulgencia de la Porciúncula. Allí conversó con fray León,
uno de los primeros compañeros de San Francisco, y, según su testimonio, muy
precioso para la historiografía franciscana, leyó sus «escritos».
En 1316 y en el trienio 1318-21 fue superior del nuevo convento construido
por los hermanos de Fabriano. Durante su superiorato, al celebrarse en la ciudad
por segunda vez el capítulo provincial, Francisco apeló a sus conciudadanos, que
proveyeron generosamente al sostenimiento de los hermanos asistentes de todas
partes de las Marcas.
Con los dineros recibidos de su padre construyó una biblioteca donde reunió
una notable cantidad de manuscritos. Esto le valió el título de «primer fundador
de bibliotecas» en la Orden Franciscana.
Su amor a los pobres fue grande. Ayudó a gran número de indigentes; él
mismo preparaba cada día el alimento para sus predilectos, luego lo distribuía
en la puerta del convento, donde acudían los pobres.
Vestía una burda túnica que parecía un cilicio por su aspereza. Se
flagelaba con ásperas disciplinas, dormía pocas horas en un duro jergón y el
resto de la noche lo transcurría en oración.
Incansable en su celo por las almas: pasaba muchas horas en el
confesionario o en el anuncio de la palabra de Dios. Asistía a los enfermos y
los preparaba para una buena muerte. Tema de su contemplación eran los misterios
de la Pasión de Cristo, que le hacían derramar abundantes lágrimas. Celebraba la
santa Misa con angélico fervor. Devotísimo de las almas del purgatorio no cesaba
de ofrecer sufragios por ellas.
Francisco conoció con tiempo el día de su muerte; el 22 de abril de 1322
serenamente se durmió en el Señor, a los 61 años de edad, de los cuales 45 pasó
en el ejercicio de las más heroicas virtudes.
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Fuente: Franciscanos.net
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