San Perfecto de Córdoba, Presbítero y Mártir
Abril 18
Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Perfecto, presbítero y mártir, que fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo. († 850)
Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Perfecto, presbítero y mártir, que fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo. († 850)
Fue el primero de los mártires cristianos que ocasionó la persecución de Abd al-Rahman II, el emir de al-Andalus, hijo y sucesor de Al-Hakam I, en el año 850. San Eulogio, contemporáneo suyo, comienza con el relato de su martirio el Memorial de los mártires.
Hijo de padres cristianos y nacido en Córdoba, conocedor del idioma árabe,
aparece vinculado a la Iglesia de san Acisclo donde se formó y se ordenó de
sacerdote, cuando es pleno el dominio musulmán.
En el año 850 se abre una etapa de mayor rigor e intransigencia musulmana
que rompe la convivencia hasta el momento equilibrada entre las poblaciones
monoteístas de la ciudad. El presbítero Perfecto encabeza la lista de los
mártires cordobeses del siglo IX.
En los comienzos del 850 le rodea un malintencionado grupo de musulmanes;
le preguntan su parecer acerca de Cristo y de Mahoma. Perfecto expresó con
claridad su fe en Jesucristo: Jesucristo es el Señor, sus seguidores están en la
verdad, y llegarán a la salvación; la Ley de Cristo es del Cielo y dada por el
mismo Dios. "En cuanto a lo que los católicos piensan de vuestro profeta, no me
atrevo a exponerlo, ya que no dudo que con ello os molestaréis y descargaréis
sobre mí vuestro furor". Pero, ante su insistencia y con la promesa de
impunidad, con la misma claridad expone lo que pensaba sobre quien ellos tenían
como profeta: Mahoma es el hombre del demonio, hechicero, adúltero, engañador,
maldito de Dios, instrumento de Satanás, venido del infierno para ruina y
condenación de las gentes. Han quedado sus interlocutores atónitos, perplejos y
enfurecidos. ¿Cómo podrán soportar que se llame al profeta Mahoma mentiroso y a
su doctrina abominación? ¿Aceptarán oír que quienes le siguen van a la
perdición, tienen ciego el entendimiento y su modo de vivir es una
vergüenza?
Le llaman traidor, le llevan al cadí y entra en la cárcel.
Allá, junto al Gaudalquivir, el 18 de abril del 850, en el sitio que se
llamó "Campo de la Verdad" por los muchos mártires que se coronaron, fue
degollado por odio a la fe que profesaba,.
Luego se enterró su cadáver en la iglesia de san Acisclo y sus restos se
trasladaron más tarde -en el 1124- a la iglesia de san Pedro.
Su muerte ejemplar alentó a los acorralados y miedosos cristianos. Desde
este martirio, habrá quienes se acerquen voluntariamente a los jueces.
Además de claridad en los conceptos, hay exactitud en las palabras y lo que
es más importante coherencia en las obras. Quizá los "hábiles dialogantes" de
hoy tildaríamos a Perfecto de "imprudente" por nuestra extraña cobardía que pega
al suelo; pero, si la prudencia es virtud que acerca al cielo, Perfecto fue un
hombre prudente. La verdad tiene un camino y, cuando Perfecto abría la boca, en
su simpleza, sólo sabía decir la verdad. No es bueno confundir la tolerancia con
la indiferencia.
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
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