Santa Bernardita Soubirous, Virgen Vidente de Lourdes
Febrero 18 - Abril 16Martirologio Romano: En Nevers, en Francia, santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María y, después, abrazando la vida religiosa, llevó una vida escondida y humilde. († 1879).
También se la conoce como: Santa Bernardita De Lourdes, Santa Bernardette o
María Bernarda
Etimológicamente: Bernarda = Aquella que es una guerrera, es de origen
germánico.
Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1933 por el Papa Pío XI.
El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro”.
El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro”.
A pesar de haber sido dócil instrumento para extener la devoción a la
Inmaculada, Bernardita no se contaminó con la gloria humana. El día que el
obispo de Lourdes, ante 50.000 peregrinos, colocó la estatua de la Virgen sobre
la roca de Massabielle, Bernardita tuvo que permanecer en su celda, víctima de
un ataque de asma. Y cuando el dolor físico se hacía más insoportable,
suspiraba: “No, no busco alivio, sino sólo la fuerza y la paciencia”. Su breve
existencia transcurrió en la humilde aceptación del sufrimiento físico como
generosa respuesta a la invitación de la Inmaculada para pagar con la penitencia
el rescate de tantas almas que viven prisioneras del mal.
Mientras junto a la gruta de las apariciones se estaba construyendo un
grande santuario para acoger a los numerosos peregrinos y enfermos en busca de
alivio, Bernardita pareció desaparecer en la sombra.
Pasó seis años en el instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia. Su entrada se demoró debido a su delicada salud.
En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres.
Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte.
Pasó seis años en el instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia. Su entrada se demoró debido a su delicada salud.
En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres.
Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte.
A quien la animaba le contestaba con la radiante sonrisa de los momentos de
felicidad cuando estaba a la presencia de la blanca Señora de Lourdes: “María es
tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla”. Bernardita, la
humilde pastorcita que pudo contemplar con sus propios ojos a la Virgen
Inmaculada, murió el 16 de abril de 1879.
Fue beatificada el 14 de junio de 1925 por el Papa Pío XI, y el mismo Papa
la elevó al honor de los altares el 8 de diciembre de 1933.
En Francia se la festeja el 18 de febrero
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Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Ruega por nosotros !!!
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