Santos Tiburcio, Valeriano y Máximo, Mártires
Abril 14
Abril 14
†: s. inc. - país: Italia
otras formas del nombre: Valeriano o Valerio
canonización: pre-congregación
En Roma, en el cementerio de Pretextato, en la vía Apia, santos Tiburcio, Valeriano y Máximo, mártires.
Estos tres mártires estuvieron enterrados en las catacumbas de Pretextato,
y no sabemos sobre ellos ni sobre su martirio absolutamente nada. Sin embargo,
en las mismas catacumbas figura el nombre de «Urbano». Posiblemente esto hizo
que la leyenda, a falta de datos ciertos, relacionara los tres mártires con el
papa Urbano I. Una imaginación exuberante hizo el resto: en los siglos V y VI
adquiere forma y se difunde la leyenda ceciliana, que rodea la muerte de santa
Cecilia de toda una tensión dramática familiar. Recordémosla brevemente: en la
noche de bodas, la joven cristiana Cecilia -que ha sido desposada contra su
voluntad- amenaza a su marido con las consecuencias que tendría que violentara
su voto de castidad; el marido duda, pero comienza a interesarse en ese voto,
hasta que, a través de su esposa, toma contacto con el papa Urbano I, quien lo
catequiza y bautiza, y también a su hermano. Finalmente todos ellos terminan
mártires, y al grupo se une el prefecto encargado de custodiarlos, al ver el
testimonio de entereza cristiana. Todo ello narrado en medio de prodigios cada
uno más espectacular que el otro.
Esos tres varones implicados en la leyenda: el marido de Cecilia, el cuñado
y el prefecto serían, respectivamente Tiburcio, Valerio (o Valeriano) y Máximo.
Debemos entonces, como en todos estos casos, separar los dos aspectos: uno es la
existencia real de tres mártires cuyos nombres conocemos por inscripciones y por
el los diversos documentos que atestiguan los traslados de sus reliquias. Esos
tres mártires -los que celebramos hoy-, son mencionados en varios martirologios
antiguos; la fecha del 14 de abril viene asignada para Tiburcio en el
Martirologio Jeronimiano, del siglo VI; la asignación de los otros dos mártires
a la misma fecha proviene ya de su mezcla en la leyenda ceciliana. El segundo
aspecto, completamente espurio pero que permite explicar algunas peculiaridades
del culto que se les ha tributado a lo largo del tiempo, es cómo, a partir de
los nombres sueltos, fueron asumiendo funciones concretas en una leyenda
determinada.
Sus sepulcros fueron restaurados por Gregorio III (731-41), por Adriano I
(772-795) y por último por Pascual I (817-24), quien trasladó sus reliquias a la
basílica de Santa Cecilia en el Trastévere. La abundante iconografía de los tres
mártires hace referencia, naturalmente, a la leyenda ceciliana. En el estado
real de conocimiento de estos tres mártires, no hay ninguna manera de establecer
en cuál de las persecuciones sufrieron el martirio.
=
Basado en el artículo del Butler-Guinea (México, 1964) y el artículo de
Antonio Borrelli en Santi e beati. la bibliografía es la que corresponde a santa
Cecilia.
Abel Della Costa - El Testigo Fiel
Abel Della Costa - El Testigo Fiel
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