Santa Camila de Auxerre, Virgen
Marzo 3
c. 437. Era de Civitavecchia, pero se encontraba en Rávena, sede del emperador Valentiniano III, quizás porque su padre era un funcionario pagano imperial. A Rávena llegó san Germán de Auxerre, donde predicó la fe cristiana.
Camila y cuatro de sus hermanas se convirtieron y recibieron el bautismo.
Cuando el obispo de Auxerre murió en Rávena, y su ataúd fue llevado a su
diócesis, las cinco hermanas, lo acompañaron.
Al llegar a Auxerre, Camila no quiso regresar, y allí se quedó dedicándose
a la caridad con tal abnegación que conquistó la santidad.
Toda esta historia parece que es una leyenda para dar más lustre a san Germán, ya que vivieron en épocas distintas, según los estudios más modernos.
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