San Sabas el Godo, Mártir
Abril 12
Martirologio Romano: En Capadocia, hoy en Turquía, san Sabas Godo, mártir, que durante la persecución contra los cristianos bajo Atanarico, rey de los godos, por haber rechazado tres días después de la celebración de la Pascua los alimentos inmolados a los ídolos, fue arrojado a un río tras crueles tormentos. († 372)
Una carta sobre su martirio escrita muy poco después de su muerte fecha con notable exactitud los sucesos, que debieron de tener por escenario las tierras del norte del Danubio, posiblemente Tirgoviste, en la actual Rumania.
Martirologio Romano: En Capadocia, hoy en Turquía, san Sabas Godo, mártir, que durante la persecución contra los cristianos bajo Atanarico, rey de los godos, por haber rechazado tres días después de la celebración de la Pascua los alimentos inmolados a los ídolos, fue arrojado a un río tras crueles tormentos. († 372)
Una carta sobre su martirio escrita muy poco después de su muerte fecha con notable exactitud los sucesos, que debieron de tener por escenario las tierras del norte del Danubio, posiblemente Tirgoviste, en la actual Rumania.
Sabas, al parecer lector en la iglesia, no debía de ser considerado como
una lumbrera, y es significativo que de él se nos diga que «no era elocuente en
las palabras»; cantaba y decía los oficios del culto divino, pero su elocuencia
para incitar a todos a vivir bien residía mucho más en el ejemplo que en la
voz.
En el curso de una persecución fue prendido y soltado al poco tiempo por
juzgársele persona insignificante; no valía la pena ensañarse con un infeliz
como él, quizá de cortas luces o de muy escasa instrucción, en cualquier caso un
don nadie en la comunidad cristiana de aquella turbulenta Gotlandia.
Prendido por segunda vez, «le llevaron desnudo por lugares ásperos y
espinosos, dándole muchos palos y azotes», y al ver que su actitud era de
mansedumbre y de alegría, una fe tan elocuente exasperó a sus verdugos, que le
torturaron hasta dejarle por muerto. Una piadosa mujer le desató de noche y le
llevó a su casa, pero volvió a caer en manos de sus perseguidores.
Entonces se le exigió que comiese manjares sacrificados a los ídolos, dando
así un testimonio público de apostasía. Es improbable, como sugiere algún
hagiógrafo, que en esta ocasión se le desatara la lengua, no era hombre de
grandes discursos. Tal vez sólo dijo no o hizo un gesto negativo con la cabeza,
aceptando el martirio. Se le ató a un tronco y murió ahogado en el río
Buzau.
Nota: No se nos ha escapado, al leer el texto antes de publicarlo, que
existe una incompatibilidad entre lo expuesto en el elogio del Martirologio
Romano, que habla de Capadocia como lugar del martirio, y lo escrito en la breve
biografía, que habla de Tirgoviste, en la actual Rumania.
No hemos encontrado el porqué de esta diferencia, pero hemos preferido
presentarlos tal como las encontramos, antes de alterar los textos poniéndonos a
favor de una u otra versión.
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Fuente: SagradaFamilia.DeVigo.net
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