Beato Tomás de Florencia Bellaci,
Religioso
Octubre 31
Martirologio Romano: En Rieti, en
la Sabina, beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso de la Orden de los
Hermanos Menores, que, enviado a Tierra Santa y Etiopía, a causa de Cristo
sufrió cautividad y pruebas de toda clase por parte de los infieles y, habiendo
vuelto a su patria, casi centenario descansó en paz.
(1370-1447).
Natural de Florencia. Era un
hermano lego franciscano. En su juventud llevó una vida muy desordenada; pero
los buenos consejos de un amigo le ayudaron a caer en la cuenta de la futilidad
de su vida, por lo que pidió ser admitido en el convento de los frailes de la
observancia de Fiésole. Estos le aceptaron, no sin cierto temor, porque todo el
mundo estaba al tanto de los excesos del joven. Tomás se entregó a la penitencia
con el mismo entusiasmo que había puesto en el vicio. Con el tiempo, fue
nombrado maestro de novicios, a pesar de no ser más que hermano lego y supo
formar a sus discípulos en la más estricta
observancia.
En 1414, fray Juan Stroncone
estableció la reforma de los observantes en el reino de Nápoles y tomó a Tomás
por compañero. El beato trabajó ahí unos seis años, y Dios bendijo su ministerio
con numerosos milagros, Después, con la autorización del Papa Martí V, fue a
combatir en Toscana a los herejes conocidos con el nombre de "Fraticelli", en
compañía del beato Antonio de Stroncone. Al mismo tiempo que combatía a los
herejes, fundó varios conventos, sobre los que san Bernardino le dio autoridad,
y fijó su residencia en Scarlino. En esta última ciudad introdujo la costumbre
de que los frailes fuesen en procesión a un bosque vecino, después del canto del
oficio nocturno. Cada uno de los frailes tenía en el bosque un refugio de ramas
entretejidas, donde pasaba parte de la noche en
oración.
El "concilio de reunión", que tuvo lugar en Florencia en 1439, envió a fray Alberto de Sarzana como legado pontificio ante los jacobitas de Siria y otros disidentes orientales. A pesar de que el beato Tomás tenía ya setenta años, fray Alberto decidió llevarle por compañero. En Persia fray Alberto envió a Tomás, con otros tres frailes a Etiopía. Durante el viaje, fueron asaltados tres veces por los turcos, quienes los trataron con gran crueldad, no obstante lo cual, el beato Tomás insistió en continuar sus prédicas a los mahometanos. Finalmente, el Papa Eugenio IV tuvo que rescatar a los frailes, pues los musulmanes los aprisionaron y los condenaron a muerte.
El beato Tomás, que no podía consolarse de que
Dios no hubiese aceptado el sacrificio de su vida, partió en 1447 a Roma para
pedir permiso de ir nuevamente al oriente a predicar, sin tomar en cuenta su
avanzada edad. Durante el viaje cayó enfermo y murió en Rieti.
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