San Crisanto y Santa
Daría, Esposos Mártires
Marzo 19 - Abril 1 - Octubre 25
Crisanto, natural de Alejandría, fue a Roma con su padre Polemio, muy estimado del emperador Numeriano.
Se aficionó tanto a la lectura de los libros sagrados que usaban los cristianos y al Evangelio, que concibió gran desprecio a todo lo profano, e instruido por el presbítero Carpóforo, recibió el bautismo.
Su conversión fue muy señalada en Roma. Su padre, pagano, le encerró en un obscuro calabozo. No bastando esto para disuadirle, recurrió a la sensualidad para corromperle y le propusieron que se casase con Daría, doncella consagrada a Minerva.
Crisanto la convirtió con un discurso contra los errores del paganismo, y Daría recibió también el bautismo, siendo una de las más fervientes cristianas del siglo III.
Se unieron en matrimonio, pero con la condición de guardar la virginidad hasta la muerte. Polemio ignoraba todo esto y se apaciguó. En tanto, los dos castos esposos se dedicaban a la religión verdadera, ejerciendo obras de misericordia con los pobres y los perseguidos.
Fueron delatados y presos. Después de muchos tormentos y milagros, el tirano mandó sacarlos al campo del Escelerado, y en él consumaron el martirio, notándose otro milagro con la cabeza de Crisanto, en el año del Señor 284.
Marzo 19 - Abril 1 - Octubre 25
Crisanto, natural de Alejandría, fue a Roma con su padre Polemio, muy estimado del emperador Numeriano.
Se aficionó tanto a la lectura de los libros sagrados que usaban los cristianos y al Evangelio, que concibió gran desprecio a todo lo profano, e instruido por el presbítero Carpóforo, recibió el bautismo.
Su conversión fue muy señalada en Roma. Su padre, pagano, le encerró en un obscuro calabozo. No bastando esto para disuadirle, recurrió a la sensualidad para corromperle y le propusieron que se casase con Daría, doncella consagrada a Minerva.
Crisanto la convirtió con un discurso contra los errores del paganismo, y Daría recibió también el bautismo, siendo una de las más fervientes cristianas del siglo III.
Se unieron en matrimonio, pero con la condición de guardar la virginidad hasta la muerte. Polemio ignoraba todo esto y se apaciguó. En tanto, los dos castos esposos se dedicaban a la religión verdadera, ejerciendo obras de misericordia con los pobres y los perseguidos.
Fueron delatados y presos. Después de muchos tormentos y milagros, el tirano mandó sacarlos al campo del Escelerado, y en él consumaron el martirio, notándose otro milagro con la cabeza de Crisanto, en el año del Señor 284.
=
Fuente:
Magnificat.ca
Santos Crisanto y Daría (con ellos Claudio, Hilaria, Jasón y Mauro) fueron
martirizados en Roma en el año 283. San Crisanto fue el hijo de un senador
ilustre. Tuvo una brillante educación y empezó a amar las letras desde su
juventud. Compró el Evangelio y las epístolas de los apóstoles y los leyó con
mucho interés. Lo maravilló la superioridad del Evangelio, pero no entendía
muchas cosas.
San Crisanto |
La providencia de Dios hizo que Crisanto conociera a un sacerdote quien le
explicó detalladamente la fe cristiana. Profundizando en el estudio del
Evangelio y sintiéndose iluminado con la moral cristiana. Crisanto dejó los
equívocos paganos de su familia y se bautizó. Crisanto quería convertir a otros
paganos a la fe cristiana y empezó a predicar el Evangelio sin miedo.
Cuando su padre, un fiel pagano, supo del bautismo de su hijo y queriendo
alejarlo del cristianismo lo encarceló dejándolo con frío y sin comida. Pero los
sufrimientos solamente reforzaron la fe de Crisanto. Entonces, su padre lo
liberó y lo casó con la joven Daría, sacerdotisa de la diosa Vesta, esperando
que con la ayuda de ella el hijo regresaría al paganismo. Pero, muy pronto
Crisanto convirtió a Daría al cristianismo y ella se bautizó.
Cuando falleció el padre de Crisanto, la casa de los jóvenes esposos se
convirtió en el lugar donde vivían los cristianos. Más tarde, denunciaron al
magistrado romano Claudio que Crisanto y Daría predican el cristianismo. Cuando
Claudio vio con que firmeza soportaban los suplicios y los milagros que se
producían, se convirtió al cristianismo con su esposa Hilaria y sus hijos Jasón
y Mauro.
Como castigo y por orden del emperador, Claudio fue ahogado con una piedra
atada al cuello y sus hijos fueron decapitados. La madre, Hilaria, falleció
sobre las tumbas de ellos antes de ser martirizada.
A Crisanto y Daría, después de horribles suplicios los enterraron vivos.
Más tarde, para recordarlos, los cristianos de Roma se juntaban en una caverna
cerca del lugar de su muerte. Cuando los paganos lo supieron obstruyeron la
salida y todos los que estaban ahí fallecieron de hambre. Entre los que murieron
se nombran al presbítero Diodoro y al diácono Mariano.
=
Fuente: fatheralexander.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario