Santa Tabita,
Viuda
Octubre 25
Dice san Lucas: “La sabiduría de Dios libró a sus fieles de sus fatigas, condujo a los justos por el camino recto y les hizo conocer las realidades del Reino de Dios”.
Fue una viuda del siglo I. Es un nombre insólito en nuestra cultura.
Esta palabra en hebreo está compuesta de “belleza y elegancia”
En griego se le llama Dorcas y su significado es idéntico.
Conocemos de ella un relato en los Hechos de los Apóstoles, en el que se cuenta uno de los milagros más grandes que hijo san Pedro.
Era de Joppe. Todo el mundo hablaba de ella bien porque era muy buena y sobre todo porque hacía muchas obras de caridad.
Esta chica murió y san Pedro, con el poder que le había dado el Señor, la resucitó.
Estaba toda la casa llena de gente. No se cabía.
No entraba ni un alfiler.
San Pedro, lleno de Dios – eso es ser un buen apóstol y un creyente de verdad -, entró en la habitación mortuoria.
Y ante la presencia de todos y de todas, dijo estas palabras:"Tabita, levántate. Y, cogiéndola con una mano, se la presentó a su querida madre".
Gracias a este milagro, muchos creyeron en Cristo. En el fondo, era lo que quería san Pedro.
Estamos en la época de la naciente Iglesia primitiva.
Los griegos introdujeron a esta santa en su calendario, pero su culto no ha sido nunca muy extendido.
Octubre 25
Dice san Lucas: “La sabiduría de Dios libró a sus fieles de sus fatigas, condujo a los justos por el camino recto y les hizo conocer las realidades del Reino de Dios”.
Fue una viuda del siglo I. Es un nombre insólito en nuestra cultura.
Esta palabra en hebreo está compuesta de “belleza y elegancia”
En griego se le llama Dorcas y su significado es idéntico.
Conocemos de ella un relato en los Hechos de los Apóstoles, en el que se cuenta uno de los milagros más grandes que hijo san Pedro.
Era de Joppe. Todo el mundo hablaba de ella bien porque era muy buena y sobre todo porque hacía muchas obras de caridad.
Esta chica murió y san Pedro, con el poder que le había dado el Señor, la resucitó.
Estaba toda la casa llena de gente. No se cabía.
No entraba ni un alfiler.
San Pedro, lleno de Dios – eso es ser un buen apóstol y un creyente de verdad -, entró en la habitación mortuoria.
Y ante la presencia de todos y de todas, dijo estas palabras:"Tabita, levántate. Y, cogiéndola con una mano, se la presentó a su querida madre".
Gracias a este milagro, muchos creyeron en Cristo. En el fondo, era lo que quería san Pedro.
Estamos en la época de la naciente Iglesia primitiva.
Los griegos introdujeron a esta santa en su calendario, pero su culto no ha sido nunca muy extendido.
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Autor: P.
Felipe Santos | Fuente:
Catholic.net
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