Beato John Henry Newman, Cardenal
Octubre 9
Anglicano Convertido
Anglicano Convertido
Martirologio Romano: En
Birmigham, Inglaterra, Beato John Henry Newman, presbítero anglicano al que sus
estudios de la historia de la fe lo llevaron a reconocer que las raíces del
cristianismo están en la Iglesia Católica a la que, luego de su conversión,
sirvió como sacerdote y posteriormente como Cardenal. (†
1890)
Fecha de beatificación: 19 de
septiembre de 2010 por S.S. Benedicto XVI, fijando su festividad para el 9 de
octubre, fecha de su
conversión.
Nacido en la Ciudad de Londres, el 21 de febrero de 1801, el mayor de seis hermanos, tres hombres y tres mujeres; murió en Edgbaston, Birmingham, el 11 de agosto de 1890. Han habido ciertas discusiones sobre su ascendencia con respecto a su lado paterno. Su padre fue John Newman, un banquero, su madre Jemima Fourdrinier, de una familia Hugonote establecida en Londres como cinceladores y fabricantes de papel. Se sabe que el apellido se escribió alguna vez "Newmann"; está claro que muchos judíos, ingleses o extranjeros, lo han llevado; y la insinuación era que el cardenal era de ascendencia judía.
Pero no se han encontrado ninguna
evidencia documentaria para confirmar tal idea. Su alcurnia francesa es
indudable. Recibió de su madre su entrenamiento religioso, un Calvinismo
modificado; y probablemente ayudó a la "concisión lúcida" de su verbo cuando
trataba de temas abstrusos. Su hermano Francis William, también escritor, pero
carente de elegancia literaria, se separó de la Iglesia Inglesa para adherirse
al Deísmo; Charles Robert, el segundo hermano, era bastante errático y profesaba
el ateísmo. Una de las hermanas, Mary, murió joven; Jemima tiene un lugar en la
biografía del cardenal durante la crisis de su carrera anglicana; y estamos en
deuda con una hija de Harriet, Anne Mozley, por las "Cartas y Correspondencia"
de 1845, que contienen una secuela de la propia mano del Cardenal Newman de la
"Apología" Clásica desde el día en que fue completada, la "Apología" será
siempre la principal autoridad de los primeros pensamientos de Newman, y de su
juicio acerca del gran resurgimiento religioso, conocido como el Movimiento de
Oxford, del cual fue el guía, el filósofo y el martir. Su inmensa
correspondencia, de la cual la mayor parte permanece sin publicarse, no puede
cambiar esencialmente nuestra estima hacia quien, aunque sutil al grado de
bordear el refinamiento, fue también impulsivo y abierto con sus amigos, así
como enérgico en sus posiciones con el
público.
A la edad de siete años, Newman
fue enviado a una escuela privada conducida por el doctor Nicolás, en Ealing, en
la misma que el padre de Thomas Henry Huxley enseñó matemáticas. Newman se
distinguió por su diligencia y buena conducta, como también evidenció cierta
timidez y marginación, pues no tomaban parte en los juegos escolares. Él mismo
dijo haber sido «muy supersticioso» en estos primeros años. Tomó gran deleite
por la lectura de la Biblia, y también por las novelas de Walter Scott, que
entonces estaban en curso de publicación. Más tarde leyó algunas obras de
escépticos como Paine, Hume, Voltaire y probablemente fue influenciado por sus
ideas. A la edad de quince años, durante su último año en la escuela, se
«convirtió», un incidente del cual escribió en su Apología que «es más cierto
que tener las manos o los pies»". Este incidente que marcó su vida ocurrió
durante el otoño de 1816, cuando «cayó bajo la influencia de un determinado
credo, y recibió en su intelecto "impresiones de dogma que, a través de la
misericordia de Dios, nunca han sido borrados u oscurecidos» (Apología, parte
3). Salvado de la experiencia de una escuela pública, que podía ser muy dura en
esa época, disfrutó de la vida escolar. Aparte de sus estudios académicos (en
los cuales sobresalió), actuó obras de teatro en latín, tocaba el violín, ganó
premios de oratoria y editó publicaciones periódicas, en la cuales escribió
artículos en el estilo de
Addison.
Su infancia feliz llegó a un
abrupto final en marzo de 1816, cuando se dio un colapso financiero sobrevenido
por las guerras napoleónicas y el Banco de su padre se vio obligado a cerrar. Su
padre intentó sin éxito la gestión de una fábrica de cerveza en Alton,
Hampshire, y Newman se quedó en la escuela durante las vacaciones de verano a
causa de la crisis familiar. El período comprendido entre principios de agosto,
al 21 de diciembre de 1816, Newman siempre lo consideró como el punto de
inflexión de su vida. Sólo en la escuela y conmocionado por el desastre
familiar, cayó enfermo en agosto. Más tarde llegó a ver esta época como una de
las tres grandes enfermedades providenciales de su vida, ya que fue en el otoño
de 1816 que tuvo una conversión religiosa bajo la influencia de uno de sus
maestros, el Rev. Walter Mayers, quien recientemente se había convertido del
calvinismo al evangelismo. Hasta este momento, Newman ha tenido una crianza
convencional en un hogar file a la Iglesia de Inglaterra, donde se hizo hincapié
en la Biblia en lugar de dogmas o sacramentos, y en donde alguna especie de
"entusiasmo" evangélico habría sido mal
visto.
Su fe se identificó entonces como
evangélica y calvinista y llegó a sostener que el Papa era el Anticristo. Fue
matriculado el 4 de diciembre de 1816 en el Trinity College, en Oxford, para
entrar como residente en junio del año siguiente, y en 1818 obtuvo una beca de
£60, por los nueve años siguientes. Pero esta suma habría sido imposible para
que permaneciera en la universidad, y en 1819 el banco de su padre suspendió el
pago. En ese año se matriculó en el Lincoln´s Inn. La ansiedad por obtener
buenos resultados en los examenes finales produjo el resultado opuesto; fracasó
y se graduó con apenas honores de tercera clase en 1821. Deseando a permanecer
en Oxford, dio clases privadas y aplicó para una beca en Oriel, «el reconocido
centro del intelectualismo en Oxford». Para su alivio y alegría fue elegido el
12 de abril de 1822. Edward Bouverie Pusey fue también elegido miembro de la
misma sociedad en
1823.
En 1821 había renunciado a la
intención de estudiar para abogado, y decidió tomar órdenes, fue ordenado el 13
de junio de 1824; y por sugerencia de Pusey se convirtió en párroco de San
Clemente, en Oxford, donde permaneció dos años. Y aquí los puntos de vista en
los que había sido educado lo decepcionaron; el Calvinismo no era una llave al
fenómeno del ser humano como aparecen en el mundo. Escribió artículos sobre
Cicerón, etc., y su primer "Ensayo sobre Milagros" ("Essay on Miracles"), en la
que toma una posición estrictamente protestante, buscando perjudicar a aquellos
alejados de la Escritura. Bajo la influencia de Richard Whateley, luego
Arzobispo Anglicano de Dublín, quien en 1825 lo hizo su vicedirector del St.
Mary´s Hall. Whateley lo estimuló a través de discusiones, le enseñó la noción
del cristianismo como organismo social y soberano diferente al estado, pero lo
condujo en dirección hacia ideas "liberales" y lógica nominalista. Newman
contribuyó en tal tema en el libro de Whateley, alguna vez
famoso.
De Hawkins, cuyo voto decisivo lo
hizo rector de Oriel, Newman obtuvo las doctrinas católicas de la tradición y
regeneración bautismal, así como cierta precisión de términos que, mucho
después, dieron origen al malentendido de Kingsley de los métodos de Newman al
escribir. De otro clérigo de Oxford aprendió a creer en la sucesión apostólica.
Y la "Analogía" de Butler, que leyó en 1823, marcó un hito en sus opiniones
religiosas. Probablemente no sea mucho decir que su libro profundo se convirtió
en la guía de la vida de Newman, y dio origen no solo al "Ensayo en Desarrollo"
("Essay on Development") sino también al "Gramática de Asentimiento" ("Grammar
of Assent"). En particular ofreció un conjunto de ética y conciencia de rechazo
que confirmaron sus primeras creencias en un dador de leyes y un juez
íntimamente presentes en el alma. En otra línea sugería el sistema sacramental,
o la "Economía", de que los Alejandrianos Clemente y San Atanasio son
exponentes. En resumen, en este período formativo las fuentes de donde Newman
derivó sus principios así como sus doctrinas eran anglicanas y griegas, no
romanas o germanas. Su calvinismo se derrumbó, al tiempo que se retiró de la
Sociedad Bíblica. Estaba creciendo ardientemente anti-erastiano; y Whateley vio
los elementos de un nuevo partido en la Iglesia reuniendo al que Oriel había
escogido como su promesa intellectual, pero quien Oxford conociera como crítico
y antagonista de la "Marcha de Mente" ("March of
Mind").
Su universidad en 1828 lo hizo
Vicario de St. Mary´s (que era también la iglesia de la universidad), y en su
púlpito brindó los "Sermones Parroquiales" ("Parochial Sermons"), sin elocuencia
o postura, ya que no tenía ofrendas populares, pero con una maravillosa seriedad
y una sabiduría de la naturaleza humana rara vez igualada. Cuando fueron
publicados, se dijo que ellos "superan todos los demás sermones fuera del
mercado así como las historias de Scott superan cualquier otra historia." No
eran discutibles; y la teología católica tendría muy poco que objetarles. Su
estilo escarmentado, fertilidad de ilustración, y su corta pero aguda energía,
no han perdido nada con el paso de los años. En tono son severos y
frecuentemente melancólicos, como la manifestación de un espíritu solitario. Si
bien afable e incluso compasivo, el carácter peculiar de Newman incluía una
profunda reserva. No tenía su composición -como él mismo afirma- un gramo de
alegría. Siempre fue el intellectual de Oxford, no demócrata, receloso de los
movimientos populares, pero hábilmente interesado en estudios políticos como
sosteniendo las fortunas de la Iglesia. Esta disposición fue intensificada por
su amistad con Keble, cuyo "Año Cristiano" ("Christian Year") fue publicado en
1827, y con R. Hurrel Froude, hombre de pensamiento impetuoso y de práctica de
auto-negación. En 1832 discutió con Dr. Hawkins, quien no toleraría la idea
pastoral que Newman tanto apreciaba de su trabajo universitario. Renuncio a su
tutoría, emprendió un largo viaje alrededor del Mediterráneo con Froude, y
regresó a Oxford, donde el 14 de julio de 1833, Keble predicó el sermón del
tribunal sobre "Apostasía Nacional." Aquél día, el aniversario de la Revolución
Francesa, dio origen al Movimiento de
Oxford.
El viaje de Newman a las costas
del Norte de África, Italia, Grecia Occidental, y Sicilia (Diciembre de 1832 -
Julio de 1833) fue un episodio romántico, del que sus diarios han preservado los
incidentes y el color. En Roma vio a Wiseman en la Universidad Inglesa; la
ciudad, como madre de la religión de su tierra nativa, lo embrujó de tal manera
que nunca se olvidó de ella. Se sintió llamado para alguna grande misión; y
cuando la fiebre lo atrapó en Leonforte en Sicilia(donde estaba errando solo)
gritó, "No debo morir, no he pecado en contra de la
luz".
En el Cabo Ortegal, el 11 de
diciembre de 1832 había compuesto el primero de una serie de poemas, denso,
apasionado, y original que profetizaba que la Iglesia reinaría como en el
principio. Encalmado en las Estrecheces de Bonifacio, buscó guía a través de
tiernos versos, "Guía, Luz Bondadosa", merecidamente atesorada por todo aquél de
raíces Anglo-parlantes. Han sido llamados la canción marchante del huésped
tractariano. Pero durante las primeras etapas de aquella travesía no estuvo
claro, incluso para el líder mismo en qué dirección se movían --lejos de la
revolución ciertamente. La reforma estaba en el aire, diez obispados irlandeses
habían sido suprimidos; la separación del estado podía no estar lejos. Había
necesidad de resistencia a los enemigos externos, y de una segunda, pero
católica, reforma interna. La Iglesia primitiva debía de alguna manera ser
restaurada en Inglaterra. Newman empezó las "Tratados para los Tiempos" ("Tracts
for the
Times").
"Fue poco después de 1830", dice
Pattison severamente, "que los tratados desolaron la vida de Oxford". La
posición de Newman era designada la Via Media. Newman sostenía que la iglesia
inglesa era católica en origen y doctrina, anatematizaba como herejías las
peculiares ideas de Calvino o Lutero, pero no se podía más que protestar en
contra de las "Corrupciones Romanas", que eran excrecencias de la verdad
primitiva. De aquí que Inglaterra defendiera a los Padres, cuya enseñanza
estaban en el Libro de Oración; Newman apelaba a la antigüedad, y su norma era
la indivisibilidad de la Iglesia. "Charles -decía Newman- es el rey, Laud el
prelado, Oxford la ciudad sagrada, de este principio". El estudio patrístico se
convirtió en orden del
día.
El propio Newman resume así los
tres principios básicos de sus ideas religiosas hacia
1833:
"El primero era el principio del
dogma. Mi batalla era contra el liberalismo; y por liberalismo entiendo el
principio antidogmático y sus consecuencias... Desde los quince años, el dogma
ha sido el principio fundamental de mi religión. No conozco otra; no puedo
hacerme a la idea de otra especie de religión; la religión como mero sentimiento
es para mí un sueño y una burla. Sería como haber amor filial sin la realidad de
un padre, o devoción sin la realidad de un ser
supremo...
En segundo lugar, yo tenía
confianza en la verdad de cierta enseñanza religiosa definida, basada sobre los
cimientos del dogma, a saber: que hay una Iglesia visible, con sacramentos y
ritos que son los canales de la gracia
invisible...
En cuanto al tercer punto,... -mi
opinión [negativa] sobre la Iglesia de Roma-..." (Apologia pro vita sua,
42-45).
Newman impulsó un plan para que
se dieran conferencias a cargo de laicos en las ciudades grandes, en defensa de
esa medida eclesiástica. El propio Newman colaboró en Birmingham, escribiendo
una de sus mejores obras, las "Conferencias sobre la situación actual de los
católicos en Inglaterra". Como consecuencia de esas conferencias, Newman fue
demandado por difamación por el ex dominico Giacinto Achilli, quien había
cometido delitos de seducción de mujeres y cautivaba a sus auditorios ingleses
con relatos de las corrupciones de Roma y las crueldades de la Inquisición. Los
jueces y el jurado se dejaron llevar por sus prejuicios protestantes, por lo
cual Newman fue declarado culpable de difamación y multado con cien libras. A
los ojos del pueblo inglés su prestigio quedó bastante rebajado. Luego de la
apelación el veredicto fue anulado; y "The Times" admitió que había habido un
error judicial cuando Newman fue declarado culpable. Los católicos de todo el
mundo lo apoyaron. Sus agradecimientos se encuentran en la dedicación de sus
"Lectures" de Dublin. Pero siempre recordaba que debía ese juicio a la
precipitación y descuido de
Wiseman.
Aún le esperaban muchas más
dificultades. Los años entre 1851 y 1870 le trajeron desastres a una serie de
nobles proyectos con los que buscaba servir a la religión y a la cultura. Los
obispos irlandeses pidieron a Newman que fundara una universidad católica en
Dublín. Era una gran oportunidad para servir a la educación superior del
laicado, objetivo de gran importancia para Newman. En 1852 Newman pronunció diez
discursos en Dublín sobre la naturaleza y objetivo de la educación
universitaria, los cuales fueron publicados como primera parte de su obra "Idea
de una universidad". Newman sostenía que apartar la teología de las
universidades era menoscabar la plenitud e invalidar el crédito de todo aquello
que se enseñaba en ellas. Sin embargo la nueva universidad debía tener
autonomía. Su objetivo (la educación liberal) no quedaba modificado por ser
católica.
Newman inauguró la universidad el
3 de noviembre de 1854, con un equipo de profesores de primera categoría y un
puñado de estudiantes. La desconfianza que el arzobispo de Dublín (Cullen)
sentía hacia Newman obstaculizó mucho la labor de este último, quien finalmente
renunció al rectorado en noviembre de
1858.
Como escritor de inglés en prosa
Newman aparece como la perfecta personificación de Oxford, derivando de Cicerón
el arte lúcido y calmado de la exposición, de las tragedias griegas un pensativo
refinamiento, de los Padres una preferencia por la enseñanza personal sobre la
científica, de Shakespeare, Hooker y aquella vieja escuela el uso del idioma. No
quiso aprender el alemán; no conocía a Goethe, ni a Hegel; tomó algunos
principios de Coleridge, probablemente indirectamente, y, nunca fue más allá de
Aristóteles en sus vistazos generales a la educación. De la estrechez puritana
de sus primeros veinte años fue entregado cuando descubrió la Iglesia como algo
esencial para el cristianismo. Luego agrandó esa concepción hasta que se
convirtió a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Sin embargo no hizo ningún
intento por ampliar las bases educativas de Oxford, en 1830, en que mantuvo su
posición, a pesar de su continua lectura y estudio. La teología escolástica,
excepto en su lado Alejandrino, la mantuvo sin tocarla; no hay nada en ellas en
sus "Lectures" o en su "Grammar of Assent". Escribió enérgicamente en contra de
la iluminación poco profunda de Brougham; no imprimió ninguna palabra de Darwin,
o Huxley, o incluso
Colenso.
Lamentó la caída de Döllinger,
pero no podía consentir la idea alemana por la cual, como de hecho fue aplicada,
el juicio privado de los historiadores rechazaban los dogmas de la Iglesia.
Conciencia para él era la revelación interna de Dios, el catolicismo es la
revelación externa y objetiva. Esta fuerza de dos dimensiones se la oponía al
agnóstico, al racionalista, al simple mundano. Pero parece haber pensado que los
hombres son demasiado prematuros para emprender una reconciliación positiva
entre fe y ciencia, o quien intentó a través de una vasta síntesis sanar los
conflictos modernos con Roma. Le dejó tal obligación a las siguientes
generaciones; y, aunque por el principio del desarrollo y la filosofía del
asentimiento concreto proporcionando espacio para ello, no contribuyó hacia su
cumplimiento en detalle. Probablemente sea recordado como el Obispo Católico
Butler, quien extendió la "Analogía"dibujada desde la experiencia de la Iglesia
histórica, probando estar de acuerdo con la naturaleza de las cosas, no obstante
trascendiendo grandemente con el esquema visible a través de su mensaje,
instituciones y propósito, que son igualmente
sobrenaturales.
=
Fuente: Enciclopedia Católica ||
ACI
Prensa
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