Etimológicamente significa “ Dios
le curó, medicina de Dios”.Viene de la lengua
hebrea.
Dice Pablo:” Nada hagáis por la
contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los
demás como superiores a él
mismo”.
Aunque ya ha pasado al 29 de
septiembre, fiesta de los Arcángeles, sin embargo hay ciudades que no lo han
cambiado, como Córdoba, por
ejemplo.
La historia de san Rafael se
conoce por la Biblia. Fue enviado por Dios para que le ayudara a Tobías, a
quien, para probar su paciencia, le había quitado la vista y los
bienes.
También vino el arcángel de parte
de Dios para que auxiliara a una joven llamada
Sara.
Ya se había casado siete veces.
Pero nunca pudo acostarse con ninguno de ellos porque un demonio se los
mataba.
San Rafael se le apareció como un
joven elegante al anciano
Tobías.
Este se puso contento en poder
acompañar a su hijo para que cobrase
dinero.
Mientras iban de camino, al
lavarse el joven Tobías los pies, vio que iba hacia él un pescado muy
grande.
Lo cogió, y guardó la hiel, el
hígado y el
corazón.
Aconsejado por el ángel, lanzó
Tobías al demonio de la habitación de Sara con el hígado del
pescado.
Y ya pudo casarse con ella. De
vuelta a la casa de su padre, le dio la vista con la hiel del mismo
pescado.
Cuando le preguntaron al extraño
visitante quién era. Contestó:"Yo soy el ángel Rafael, uno de los siete
espíritus que asisten delante del
Señor".
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Fuente:
Catholic.net
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