lunes, enero 28, 2013

San Efraín de Siria

San Efraín de Siria
Enero 28

San Efraín el Sirio, profesor del repentancio, nació al principio del cuarto siglo en la ciudad de Nisibis (Mesopotamia) en la familia de los toilers empobrecidos del suelo.
Sus padres criaron a su hijo en piedad, pero de su niñez lo conocían por su rápida geniedad y carácter impetuoso. Él tenía luchas, aunque actuaba, e incluso dudó a menudo de la providencia de Dios. Él finalmente recuperó sus sentidos por la tolerancia de Dios, y emprendió la trayectoria del repentancio y de la salvación. Una vez, injustamente lo acusaron de robar una oveja, y lo lanzaron a prisión. 
Él oyó una voz en un sueño que lo llamaba a arrepentirse y corregir su vida. Después de esto, lo absolvieron de las cargas y del sistema libremente. El hombre joven escurrió a las montañas para ensamblar a los ermitaños. Esta forma de asceticismo cristiano había sido introducida por un discípulo de San Antonio el grande, el habitante egipcio Eugenio del desierto. 
Después de que su vuelta a su propio yermo de Edessa, San Efraín esperó pasar el resto de su vida en soledad, pero la providencia divina lo convocó otra vez para servir a su vecino. Los habitantes de Edessa sufrían de un hambre devastadora. Por la influencia de su palabra, el santo persuadió al rico para rendir la ayuda a ésas personas en necesidad. De las ofrendas de believeres; él construyó una pobre-casa para los pobres y enfermos. San Efraín se retiró a una cueva cercana de Edessa, donde permaneció hasta el final de sus días.
San Efraín el Sirio, profesor del repentancio, nació al principio del cuarto siglo en la ciudad de Nisibis (Mesopotamia) en la familia de los toilers empobrecidos del suelo. Sus padres criaron a su hijo en piedad, pero de su niñez lo conocían por su rápida geniedad y carácter impetuoso. Él tenía luchas, aunque actuaba, e incluso dudó a menudo de la providencia de Dios. Él finalmente recuperó sus sentidos por la tolerancia de Dios, y emprendió la trayectoria del repentancio y de la salvación. Una vez, injustamente lo acusaron de robar una oveja, y lo lanzaron a prisión. Él oyó una voz en un sueño que lo llamaba a arrepentirse y corregir su vida. Después de esto, lo absolvieron de las cargas y del sistema libremente.
El hombre joven escurrió a las montañas para ensamblar a los ermitaños. Esta forma de asceticismo cristiano había sido introducida por un discípulo de San Antonio el grande, el habitante egipcio Eugenio del desierto. Después de que su vuelta a su propio yermo de Edessa, San Efraín esperó pasar el resto de su vida en soledad, pero la providencia divina lo convocó otra vez para servir a su vecino. Los habitantes de Edessa sufrían de un hambre devastadora. Por la influencia de su palabra, el santo persuadió al rico para rendir la ayuda a ésas personas en necesidad. De las ofrendas de believeres; él construyó una pobre-casa para los pobres y enfermos. San Efraín se retiró a una cueva cercana de Edessa, donde permaneció hasta el final de sus días.
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Fuente: oremosjuntos.com

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