Enero 31
Nació el 14 de Noviembre de 1812 en Cagliari (Italia), y murió e31 de Enero de 1836 en Nápoles (Italia) María Cristina de Savoia era una joven laica de la arquidiócesis de Nápoles, era casada, y al mismo tiempo era reina de las dos Sicilia
Murió a los 23 años en olor de santidad, pero eso no se reconoció hasta 1937. Luego todo se paró.
Su causa de beatificación fue introducida el nueve de julio de mil ochocientos cincuenta y nueve, la Congregación para las Causas de los Santos (CCS) le dio como número del protocolo el doscientos cincuenta y ocho, sus virtudes heroicas fueron declaradas el seis de mayo de mil novecientos treinta y siete, si obtiene un favor o gracia especial a través de la Venerable María Cristina de Savoia, por favor comunicar a Monastero di S. Chiara, Via S. Chiara, 49/c, 80134 Napoli, Italia.
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Fuente: oremosjuntos.com
Durante los tres primeros años de matrimonio, María Cristina y Fernando no tuvieron hijos, hasta que al final ella quedó embarazada en 1835. Tal vez algo presagiaba, porque poco antes del parto le dijo a su hermana: "Esta vieja se va a Nápoles a dar a luz y morir". Y así fue. El heredero nació el 16 de enero de 1836, y el día 31 María Cristina falleció por las complicaciones del parto. Dos días antes había tomado al niño y, entregándoselo a su marido, le había dicho: "Responderás de él ante Dios y ante el pueblo. Y cuando crezca dile que muero por él". Fue enterrada en la napolitana basílica de Santa Clara.
La fama de santidad con la que murió dio origen a la temprana incoación de un proceso de canonización. Al parecer, entre los documentos del mismo hay referencia a algún milagro obtenido por su intercesión. En cualquier caso, tras la unidad de Italia las presiones anticlericales hacían poco aconsejable elevar a los altares a una reina, y menos aún Borbón. No fue hasta 1937 que Pío XI decretó la heroicidad de sus virtudes y la declaró Venerable.
"Luego, todo se cerró", lamenta Cardini. Tal vez hasta que, el 14 de noviembre, con la evocación de su nacimiento, todo se ponga en marcha de nuevo.
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Fracmento tomado de: Franco Cardini religionenlibertad.com
Reina de las Dos Sicilias
Martirologio Romano: En Nápoles, Italia, Beata María Cristina de Saboya, Reina, que se destacó por sus virtudes, obras de piedad y prácticas religiosas. († 1836)
Martirologio Romano: En Nápoles, Italia, Beata María Cristina de Saboya, Reina, que se destacó por sus virtudes, obras de piedad y prácticas religiosas. († 1836)
Maria Cristina de Saboya nació en Cagliari el 14 de noviembre de 1812, fue la última hija de Vittorio Emanuel I, rey de Cerdeña, y de la Archiduquesa Maria Teresa de Austria-Este. La educaron esegún los principios de una rigurosa religiosidad católica. A los nueve años, después de la abdicación de su padre, la familia se mudó a Génova, en donde frecuentemente visitaba a su hermana, la duquesa de Modena y Lucca.
Ya desde 1817, cuando tenía 5 años, Francisco I, rey de Nápoles, había
pensado en ella como posible esposa de su hijo Fernando. Y a éste, dos años
mayor, le gustó la idea en cuanto empezó a pensar en ello como príncipe. Así que
al subir al trono en 1830 empezó un tira y afloja diplomático (la madre de María
Cristina, María Teresa de Austria-Este, se oponía por la epilepsia de Fernando)
hasta que todos concordaron.
Todos, salvo María Cristina. A todos había insistido en que a las pompas
del mundo prefería el retiro del claustro y la paz del corazón. Pero entendiendo
que era su deber como hija y heredera, el 21 de noviembre de 1832 contrajo
matrimonio en Génova.
Según Harold Acton (1904-1994), erudito británico estudioso de los Borbones
de Nápoles, "cuando llegó la hora de vestirse, rompió en lágrimas y sus damas de
honor no sabían cómo consolarla. María Cristina les explicó que no podía apartar
de sí el terror al matrimonio, hacia el cual no sentía la más mínima
inclinación". Sin embargo, durante toda la ceremonia mantuvo el tipo y el gesto
correctos.
El matrimonio con Fernando II de las Dos Sicilias, fue celebrado en el
santuario de Voltri, cerca de Génova, el 21 de noviembre de 1832.
Durante el breve periodo en que fue reina, Maria Cristina, a quien sus
contemporáneos describen come una dama fina y dulce y de salud delicada, se
dedicó sobre todo a obras de piedad y a las prácticas religiosas. En el convento
de Santo Domingo Soriano fundó un hogar para los necesitados.
Fernando y ella fueron felices en su matrimonio, aunque la leyenda negra
unitarista difamó esa verdad. María Cristina orientó a su esposo y rey hacia las
obras de caridad. Muy devota, se había consagrado a la Virgen desde muy pequeña,
y leía a diario la Biblia en la corte, donde procuraba que todos asistiesen a
misa el domingo. No tenía respetos humanos, y cuando iba en su carroza y se
cruzaba con un sacerdote que llevaba el viático en procesión a un enfermo,
mandaba parar y se arrodillaba a su paso. Facilitó muchos matrimonios de
personas pobres que no tenían dinero haciéndoles donativos, y su preocupación
por los más necesitados la hacía muy querida por casi todos.
Muchas veces obtuvo de su marido la mitigación de una política represiva
contra los condenados políticos, y consiguió se les conmutara la pena de
muerte.
Murió el 31 de enero de 1836 al dar a luz su primer hijo, el futuro
Francisco II.
Pese a morir en olor de santidad cuestiones políticas frenaron su causa,
cuando murió faltaba poco para que se pusiese en marcha un proceso que ni
políticamente (por el carácter revolucionario del evento) ni religiosamente (por
su carácter masónico) admitía que una Borbón devota y piadosa fuese elevada a
los altares y convertida en icono popular.
El 2 de mayo de 2013 S.S. Francisco firmó el decreto reconociemdo un
milagro atribuido a su intercesión lo cual permitirá su próxima
beatificación.
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Fuente: Religión en Libertad
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