Beata Martina Vázquez Gordo, Religiosa y Mártir
Octubre 4
Martirologio Romano: En la Comunidad Valenciana, España, Beatas Josefa Martínez Pérez y 11 religiosas profesas de la Congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, quienes junto a Dolores Broseta Bonet, laica, fueron asesinadas por odio a la fe. († 1936)
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de
S.S. Francisco.
Nació en Cuellar (Segovia) el 30 de enero de 1865 en el seno de una familia numerosa. Sus padres Zacarías y Antonia eran pasteleros y dueños de fincas dedicadas a la agricultura. La casa familiar estaba muy cerca de la parroquia y vecina a la plaza mayor del pueblo. La familia tenía hondas raíces cristianas, por eso los padres educaron cristianamente a sus ocho hijos.
Nació en Cuellar (Segovia) el 30 de enero de 1865 en el seno de una familia numerosa. Sus padres Zacarías y Antonia eran pasteleros y dueños de fincas dedicadas a la agricultura. La casa familiar estaba muy cerca de la parroquia y vecina a la plaza mayor del pueblo. La familia tenía hondas raíces cristianas, por eso los padres educaron cristianamente a sus ocho hijos.
Sor Martina, desde muy niña, se mostró inteligente, audaz y de carácter
simpático y muy abierto. Su madre murió pronto y ella se vio obligada a ayudar a
su padre en la pastelería. En el desarrollo del oficio y en el mostrador era muy
responsible y jovial. Afirman los testigos que la conocieron que en su juventud
tuvo relaciones de noviazgo con un joven de Toro (Zamora), pero, aconsejada por
el párroco, le dejó porque no le parecía conveniente para ella. A la vez, su
padre experimentó una caída del caballo y fue llevado bastante grave al Hospital
General de Valladolid, regido por las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl. Allí conoció por primera vez a las Hermanas. En contacto con el dolor, y
viendo la labor desarrollada por las Hermanas, surgió en ella la vocación. Es
entonces cuando decidió romper su proyecto matrimonial y ser file a la llamada
de Dios, si su padre se curaba.
En la curación de su padre vio Martina la señal de que Dios la quería para
Él. Su padre, que estaba ya viudo, no podía entender que su hija mayor le dejase
solo con el negocio y los otros cinco hijos, dos chicos y tres chicas. Los otros
dos habían muerto de pequeños. Martina seguirá rezando y esperando. Prepara a
sus hermanas para tomar las riendas del negocio de la pastelería y ella decide
ingresar en la Compañía. Además, otra hermana había ingresado como religiosa
contemplativa en el Convento de las Concepcionistas de Cuellar. ¿Por qué ella
no?… Ayudada por el párroco y las hermanas del Hospital de Valladolid, vence la
oposición de su padre e inicia su postulantado, que realizó en el Hospital
General de Valladolid. Corría el mes de septiembre de 1895 y tenía ya 30 años
cumplidos.
Decisión incondicional y valiente
Realizado el postulantado y prueba, ingresa en el Seminario de la calle
Jesús, de Madrid, el 26 de febrero de 1896, a los 31 años. A Sor Martina no la
fue fácil seguir el camino de la vocación… Ella misma lo comentó con una sobrina
suya. Se dudó de la veracidad de su vocación y fue sometida a pruebas fuertes
que la llevaron a dudar interiormente. Pasó por momentos muy difíciles y llegó
hasta querer abandonar el camino emprendido, pero reflexionó y dijo: “Tengo que
poder con el demonio”. Y con la gracia de Dios logró terminar bien el período de
formación inicial. Concluido el tiempo de Seminario, recibió su primer destino
al Hospicio de Zamora, donde le encargaron los oficios del lavadero y la cocina,
cosa que nunca había hecho, pero por amor a los pobres los realizó con
abnegación durante 12 años.
Después pasó como Superiora al recién fundado Colegio de la Milagrosa, en
la misma ciudad. Era el año 1908. Se enteró de que había gente que no quería
mandar sus hijos a este nuevo colegio porque le consideraban de poca categoría.
Ella, muy decidida, se hizo presente en el casino y en conversación con los
señores que allí estaban trató de persuadirles para que enviaran a sus hijos e
hijas al colegio. Estos señores estaban jugando al villar y uno de ellos en
broma le dijo: «Si usted have una carambola yo enviaré a mi hijo». Sor Martina
cogió el taco, tiró y consiguió la carambola y también que se llenará el
Colegio. A partir de este hecho, Sor Martina se hizo muy popular y la fama del
Colegio de la Milagrosa comenzó a crecer.
En 1914 la enviaron de Superiora al Hospital y Escuelas de Segorbe
(Castellón), donde había muchas necesidades materiales y también muchas deudas.
Ella empezó con la ilusión de mejorar las condiciones de aquella fundación
benéfica. Comenzó por procurar la alimentación adecuada de los enfermos,
arreglar los dormitorios, clases y demás departamentos del edificio, aportando
sus bienes familiares y, solicitando ayudas a personas ricas, pudo renovar
materialmente la casa.
Ante la situación de hambre que por entonces asolaba a muchos pueblos,
funda un Comedor de Caridad, la “Gota de Leche” para niños mal nutridos y un
pequeño consultorio para madres lactantes. También logró abrir un departamento
para pobres transeúntes a los que visitaba cada día después de las Eucaristía.
Además de ayudarles en sus necesidades materiales trataba de buscarles
trabajo.
Más tarde, en relación con el Alcalde, crea la Junta Segorbina de Caridad,
que fue el sostén del Asilo y Hospital de ancianos. Su caridad contagiaba y más
de una vez consiguió que los señores ricos salieran a pedir por el mercado y
comercios para remediar las desgracias de tantos necesitados que acudían a Sor
Martina en busca de ayuda. A pesar de tanto trabajo, no olvidaba el aspecto
cultural y de promoción. Dio un gran impulso a las clases en las Escuelas,
sirviéndose de alguna maestra seglar. Ella daba las clases de corte, cultura y
doctrina cristiana para chicas necesitadas.
Nuevo servicio en Madrid y Melilla
Entre los años 1918 al 1923 ocupó el cargo de asistenta en el Consejo
Provincial, razón por la que estuvo destinada en la Casa Central de Jesús, 3, en
Madrid. En el año 1923 se produce el descalabro de las tropas españolas en el
desastre de Annual. Los soldados heridos son numerosos y se necesitaban
enfermeras en el norte de África. Ante el requerimiento del Rey que pide ayuda,
Sor Josefa Bengoechea, Visitadora, le contesta: “Majestad, no 24 Hermanas sino
42 Hijas de la Caridad saldrán mañana mismo y, al frente de este batallón de
bálsamo y paz, marchará Sor Martina”. Efectivamente ella fue la responsible de
los hospitales militares en este tiempo, desde su puesto de superiora en el de
“Doker”, de Melilla (1923-1926).
Todo cabía en su corazón maternal: limpiar pisos, atender y escuchar a los
soldados heridos y dar órdenes a los militares, cuando la situación lo requería.
Estaba convencida de que así continuaba la misión de Jesucristo. Por eso repetía
con alguna frecuencia: “A mí los soldados y los pobres son los que me tienen que
llevar al cielo”. Cierto día llegó al Hospital de “Doker” un camión con soldados
heridos y muertos, mezclados unos con otros. Ella se puso a descargar y reanimó
a unos cuantos de los que habían dado por muertos. Los soldados conductores del
camión decían: «Usted es nuestra verdadera madre». Al ver que no había sitio
donde colocar tantos heridos pensó en que los jefes tenían en Melilla un Casino
propio para ellos. Con aquel local se podría solucionar el problema. Sor Martina
se dirigió a los jefes y les dijo: “Yo necesito esos salones para hospital de
enfermos”. Un jefe se opuso con aires autosuficientes. Entonces ella cogió el
teléfono y llamó a Don Juan de la Cierva, ministro de la Guerra, y le dijo: “No
me quieren ceder el casino y no tengo dónde poner tanto herido, Vuecencia dirá
lo que hago”. El Sr. Ministro mandó inmediatamente un telegrama a Sor Martina
Vázquez nombrándola Capitán General para que hiciera cuanto deseaba. Los jefes
militares del casino, al tener noticia de este nombramiento, se pusieron a sus
órdenes y le ayudaron a poner en el casino las camas necesarias para los heridos
y enfermos.
Llegó poco después Queipo de Llano a este casino y dijo: ¿Qué ha pasado
aquí? Los jefes le contaron la hazaña de Sor Martina. Entonces el Sr Queipo de
Llano dijo: voy a conocerla. Al entrar al Hospital se encontró con ella y le
preguntó dónde podía encontrar a Sor Martina, ella le dijo: “Pero ¿no la
conoce?, pues pregunte que no está muy lejos”. Al encontrarse con otra hermana
le have la misma pregunta y ella le responde: “Acaba usted de hablar con ella”.
Sor Martina se volvió y le sonrió a Sr. Queipo de Llano. Él, sorprendido, le
dijo: “La admiro hija, la admiro”
Sería largo de narrar tantos momentos verdaderamente emotivos en esta
guerra. Una vez terminada, Sor Martina contaba que había ido al monte Gurugú,
donde los moros tenían emplazados los cañones y tiró un puñado de medallas de la
Milagrosa y, al tirarlas, dijo: “Si algún día yo puedo, vendré a poner en este
monte una estatua de la Milagrosa”. Hasta uno de los jefes musulmanes le regaló
una tela de seda preciosa para hacer un manto a la Virgen del Henar, patrona de
Cuellar, su pueblo natal. Se conserva en el Museo del santuario.
Nuevo reencuentro
En 1926 regresa de nuevo al Hospital y Escuelas de Segorbe, con ilusión y
renovadas energías, continuará su atención a todos. Ya conoce a las personas,
sabe de sus necesidades y trata de consolidar lo establecido anteriormente y
ampliarlo a ser posible. Comenta un testigo de aquellos tiempos: “Tenía la manía
de favorecer a los más pobres”.
Sor Martina era mujer de fe firme, carácter abierto, valiente, creativa y
con gran sentido del humor. Sabía superar las dificultades con optimismo y
esperanza, sin arredrarse ante los problemas. Con humildad sabía pedir perdón
cuando pensaba que había ofendido a alguien. En 1933 le relevaron del cargo de
superiora y siguió en Segorbe, entregada al servicio de los más
necesitados.
Pasado un tiempo empieza el camino de subida hacia el martirio. Ella
percibía que las cosas y el ambiente se iba poniendo cada día peor y más en
contra de la Iglesia. Al llegar el 25 de julio del 1936, Sor Martina, temerosa
de una profanación anunciada, llama a las Hermanas a la capilla para consumir
todas las formas. Al día siguiente, 26 de julio, los milicianos invadieron el
Hospital y armados despacharon a las Hermanas, las dijeron que a las cuatro de
la tarde tenían que estar fuera y, si no, la emprenderían con tiros y bombas
contra el edificio. Salieron flanqueadas por cuatro milicianos hasta llegar a
una casa deshabitada de una de las antiguas alumnas. Allí las metieron, las
cerraron y se llevaron la llave. Los milicianos pasaban de vez en cuando para
ver si se había escapado alguna. A pesar de que vivían en calidad de presas, los
conocidos y la gente que las quería les hacían llegar comida por las ventanas.
Sor Martina presentía lo que iba a pasar y les decía: “Yo moriré mártir”. A la
vez animaba a sus compañeras y les decía: «Tenemos que ser fuertes, el Señor no
nos va a fallar. Recemos y pidamos fortaleza al Señor».
Así estuvieron viviendo desde el 26 de julio hasta el 3 de octubre, después
de tanto bien como habían hecho a todos los necesitados de la ciudad. El día
anterior a su martirio, 3 de octubre de 1936, se confesaron por escrito con un
sacerdote que vivía en clandestinidad, justo enfrente de ellas. Se comunicaban
con signos a través del cristal de su ventana y así les impartió la
absolución.
Ratifica su entrega
A las nueve de la noche del día 4 de octubre de 1936 vinieron a por ella.
Estaba recostada porque no se encontraba bien. Las hermanas se lo dijeron a los
milicianos, pero ellos contestaron que se la llevaban. Se puso el hábito,
emocionada abrazó a cada hermana y les dijo: “Hasta el cielo”. Algunas quisieron
acompañarla, pero no se lo permitieron. La metieron en el camión de los famosos
“paseos” y se dirigieron por la carretera de Algar de Palancia (Valencia). Ella,
viendo sus intenciones, les dijo: «Me vais a matar, no have falta que me llevéis
más lejos». La hicieron bajar del camión y ella, sin oponer resistencia alguna,
les pidió que, por favor, esperaran un momento. La pidieron que se volviese de
espalda. Pero ella se opuso diciendo: “Morir de espaldas es de cobardes. Yo la
quiero recibir de frente como Cristo y perdonar como Él perdonó”. Se puso de
rodillas, oró con fervor, y sacó del bolsillo una pilita de agua bendita, se
santiguo, besó el crucifijo y reconfortada les dijo: “Si os he ofendido en
alguna cosa os pido perdón y si me matáis yo os perdono… ¡Cuando queráis podéis
disparar!” Con los brazos abiertos, el crucifijo entre los dedos de la mano
derecha, antes de recibir los disparos, confesó su fe así: «Creo en las Palabras
de Jesucristo: “Quien me confesare delante de los hombres, también yo le
reconoceré delante de mi Padre”» Y recibió el primer disparo de perdigones en la
cara y cuello… Viva aún, pudo exclamar “Ay Dios mío, ten misericordia de mí”, y
seguidamente cayó en la cuneta donde quedó empapada en su sangre. Estos
milicianos que la dispararon habían sido alimentados por ella en el Comedor de
Caridad que ella había fundado.
Así entregó su vida a los 68 años de edad y más de treinta como Hija de la
Caridad. Su cadáver fue llevado a la mañana siguiente al cementerio del Algar.
Al acabar la guerra, sus restos fueron exhumados, reconocidos por las Hermanas y
llevados a Segorbe, junto con otros 45 féretros. Fueron velados en el claustro
del Hospital toda la noche. Se celebró una Misa de funeral y fue emocionante ver
entre todos el ataúd blanco de Sor Martina, portado a hombros por la guardia
civil hasta el cementerio.
En junio de 1959 se trasladaron sus restos de Segorbe a Cuellar (Segovia),
a petición de la familia. Una sobrina suya asegura que ella le dijo que iba a
morir mártir y quería, si fuese posible, que sus restos estuviesen a los pies de
la Virgen del Henar, sirviéndole de alfombra. Y así quedaron depositados como
ofrenda de amor, en el camarín del Santuario de Ntra. Sra. del Henar, custodiado
por los religiosos carmelitas.
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Autor: Pedro Gómez, C.M. | Fuente: Somos.Vicencianos.org
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Este grupo de mártires está
integrado
por:
1. JOSEFA MARTÍNEZ PÉREZ,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 05 Agosto 1897 in Alberique, Valencia (España)
martirio: 15 Octubre 1936 in Llosa de Ranes, Valencia (España)
nacimiento: 05 Agosto 1897 in Alberique, Valencia (España)
martirio: 15 Octubre 1936 in Llosa de Ranes, Valencia (España)
2. MICAELA HERNÁN MARTÍNEZ,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 06 Mayo 1881 en Burgos (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)
nacimiento: 06 Mayo 1881 en Burgos (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)
3. MARÍA LUISA BERMÚDEZ RUIZ,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 10 Octubre 1893 in Subugueira, Coruña (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)
nacimiento: 10 Octubre 1893 in Subugueira, Coruña (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)
4. MARTINA VÁZQUEZ GORDO,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 30 Enero 1865 en Cuéllar, Segovia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en Algar de Palancia, Castellón (España)
nacimiento: 30 Enero 1865 en Cuéllar, Segovia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en Algar de Palancia, Castellón (España)
5. ROSARIO CIÉRCOLES GASCÓN,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 05 Octubre 1873 en Zaragoza (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)
nacimiento: 05 Octubre 1873 en Zaragoza (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)
6. JOAQUINA REY AGUIRRE,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 23 Diciembre 1895 en Bilbao, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)
nacimiento: 23 Diciembre 1895 en Bilbao, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)
7. VICTORIA ARREGUI GUINEA,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 19 Diciembre 1894 en Begoña, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)
nacimiento: 19 Diciembre 1894 en Begoña, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)
8. JOSEFA LABORRA GOYENECHE,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 06 Febrero 1864 en Sangüesa, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
nacimiento: 06 Febrero 1864 en Sangüesa, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
9. CARMEN RODRÍGUEZ BANAZAL,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 26 Marzo 1876 en Cea, Orense (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
nacimiento: 26 Marzo 1876 en Cea, Orense (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
10. ESTEFANÍA IRISARRI IRIGARAY,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 26 Diciembre 1878 en Peralta, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
nacimiento: 26 Diciembre 1878 en Peralta, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
11. MARÍA PILAR NALDA FRANCO,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 24 Mayo 1871 en Algodonales, Cádiz (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
nacimiento: 24 Mayo 1871 en Algodonales, Cádiz (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
12. ISIDORA IZQUIERDO GARCÍA,
religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 02 Enero 1885 en Páramo del Arroyo, Burgos (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
nacimiento: 02 Enero 1885 en Páramo del Arroyo, Burgos (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
13. DOLORES BROSETA BONET, laica
de la arquidiócesis de Valencia
nacimiento: 1892 en Bétera, Valencia (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
nacimiento: 1892 en Bétera, Valencia (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)
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