Beato Juan
Bueno, Eremita
Octubre 23
Martirologio Romano: En Mantua, ciudad de la Lombardía, beato
Juan Bono, eremita, que, siendo joven, abandonó a su madre y vagó por diversas
partes de Italia, haciendo de malabarista y comediante. A los cuarenta años, con
motivo de una enfermedad, prometió a Dios abandonar el mundo para darse a Cristo
y a la Iglesia en el amor y la penitencia, fundando una congregación a la que
dio la Regla de san Agustín.
(1169-1249).
No obstante su apellido, que es
una abreviación de Buonomini, Juan no se distinguió por su piedad en la
juventud.
Cuando murió su padre, teniendo
Juan apenas 16 años, partió de Mántua y empezó a ganarse la vida como actor en
las cortes y palacios de Italia.
No obstante las oraciones de su
devota madre, Juan llevaba una vida licenciosa y alocada. En 1208, cuando tenía
cerca de cuarenta años, una peligrosa enfermedad le puso a las puertas de la
muerte. Interpretó aquello como una señal del cielo y cambió de vida en cuanto
recobró la salud, como lo había prometido.
Tales promesas son fáciles de
hacer, pero menos fáciles de guardar. Juan abrió su corazón al obispo de Mántua,
quien le aconsejó la vida eremítica. En un paraje de las cercanías de Cesena el
beato se dedicó a domeñar su cuerpo en la soledad y a adquirir los hábitos de la
devoción y la virtud.
Pronto adquirió gran fama de
santidad y se le reunieron algunos discípulos. Durante algún tiempo, el Beato
Juan los dirigió según la inspiración del momento. Más tarde, construyeron una
iglesia y la comunidad tomó una forma más definida. Inocencio IV les impuso la
regla de San Agustín al aprobar la congregación.
El Beato Juan recibió numerosas
ilustraciones sobrenaturales en la oración y obró muchos milagros
extraordinarios.
Ni siquiera en su ancianidad
aflojó en la mortificación: observaba tres cuaresmas cada año, en lo más crudo
del invierno se vestía con telas muy ligeras, en su celda había tres lechos, de
los cuales uno era malo, otro peor y el tercero
pésimo.
El demonio siguió tentándole
violentamente hasta el fin de su vida. Por otra parte, no faltó quien le
calumniase, pero la vida que llevaba el beato desmentía todas las acusaciones.
El número de penitentes y personas que acudían a visitarle aumentó de tal modo,
que Juan decidió huir secretamente. Después de haber caminado toda la noche, se
encontró nuevamente, al amanecer, ante la puerta de su celda, en lo cual vio una
manifestación de que la voluntad de Dios era que permaneciese
allí.
Murió en Mántua en 1249. Dios
honró su sepulcro con numerosos milagros. La oongregación que había fundado no
conservó mucho tiempo la independencia. Los "Boniti", como los llamaba el
pueblo, llegaron a tener once conventos a los pocos años de la muerte de su
fundador; pero en 1256 el Papa Alejandro IV los fundió con otras congregaciones
en la orden de los ermitaños de San Agustín. Los frailes agustinos y los
agustinos de la Asunción celebran la fiesta del Beato Juan Buoni, cuyo nombre
fue incluido en el Martirologio Romano en 1672.
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Autor: O.
C. Moreno
porqueria no hay nada NO GASTES TU TIEMPO!!!!!!!!!!!!!
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