San Benito de Jesús (Héctor Valdivielso Sáez), Religioso Lasallista y
Mártir
Octubre 9Martirologio Romano: En la localidad de Turón, en la región española de Asturias, santos mártires Inocencio de la Inmaculada (Manuel) Canoura Arnau, presbítero de la Congregación de la Pasión, y ocho compañeros, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que, durante la revolución, en odio a la fe fueron asesinados sin juicio previo, alcanzando así la victoria († 1934)
Integran el grupo: santos Cirilo
Bertrán (José) Sanz Tejidor, Marciano José (Filomeno) López López, Victoriano
Pío (Claudio) Bernabé Cano, Julián Alfredo (Vilfrido) Fernández Zapico, Benjamín
Julián (Vicente) Alonso Andrés, Augusto Andrés (Román) Martín Fernández, Benito
de Jesús (Héctor) Valdivielso Sáez y Aniceto Adolfo (Manuel) Seco
Gutiérrez.
Héctor Valdivielso Sáez es uno de los ocho católicos que alcanzó la corona del martirio durante la llamada Revolución de Asturias, poco antes de la Guerra Civil Española. Nació en el barrio porteño de Boedo, el 31 de octubre de 1910. El 26 de mayo de 1913 fue bautizado en la antigua iglesia de San Nicolás de Bari, y en 1914 viajó junto a su familia a España, donde se estableció en Briviesca.
Héctor Valdivielso Sáez es uno de los ocho católicos que alcanzó la corona del martirio durante la llamada Revolución de Asturias, poco antes de la Guerra Civil Española. Nació en el barrio porteño de Boedo, el 31 de octubre de 1910. El 26 de mayo de 1913 fue bautizado en la antigua iglesia de San Nicolás de Bari, y en 1914 viajó junto a su familia a España, donde se estableció en Briviesca.
A los 24 años de edad, convertido
ya en hermano de La Salle fue detenido, junto con sus compañeros, por los
marxistas el 5 de octubre de 1934, en la escuela Nuestra Señora de Covadonga,
del pequeño pueblo de Turón, a 20 kilómetros de Oviedo, donde enseñaban a hijos
de
mineros.
Después de permanecer varios días
en la "Casa del Pueblo", los siete hermanos lasallanos y el padre pasionista que
evangelizaba con ellos, fueron llevados en la madrugada del 9 de octubre hasta
el cementerio de Turón, ante cuyas tapias los fusilaron los milicianos, sin
acusación ni juicio
previo.
En la ceremonia de beatificación,
el 29 de abril de 1990, Juan Pablo II dijo que habían sido martirizados por
"odium fidei", es decir, por odio a la fe, y que aceptaron cristianamente el
sacrificio antes de renunciar a Cristo
Jesús.
El historiador Vicente Cárcel
Ortí, considerado el más autorizado experto en el estudio de la persecución
religiosa sufrida por España entre 1931 y 1939, dice en su obra "Mártires
españoles del siglo XX" que los mártires de Turón "no fueron víctimas de una
acción bélica, ni de una represión política, sino que murieron a causa de la
persecución religiosa desatada dentro de un plan comunista de conquistar a
España, como señaló Gregorio Marañón al referirse a la llamada revolución de
Asturias de 1934. Luego, a partir de 1936, el plan se aplicó de manera
sistemática".
Para la canonización hizo falta
comprobar un milagro atribuido a su intercesión, que se produjo el mismo día de
la beatificación, el 29 de abril de
1990.
Rafaela Bravo Jirón, una joven
nicaragüense de 24 años de edad, se debatía entre la vida y la muerte en el
hospital Berta Calderón, de Managua, a consecuencia de un cáncer de útero. Los
médicos apenas le daban unas semanas de vida. El esposo de la joven, ex alumno
de La Salle, siguiendo el consejo del director del colegio donde había
estudiado, rezó dos novenas pidiendo a los mártires que
intercedan.
En la noche del 29 de abril,
Rafaela sintió unos dolores fortísimos pero al día siguiente estaba totalmente
curada. Las comisiones médicas que estudiaron durante años el caso consideran
que se trata de una curación para la cual la ciencia no tiene
explicaciones.
Rafaela Bravo no tuvo más
síntomas ni molestias de ningún tipo desde
entonces.
La ceremonia de canonización del
beato argentino se realizó en el Vaticano el 21 de noviembre de
1999.
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Fuente: ACI
Prensa
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