Octubre
11
Martirologio Romano: En la ciudad de Colonia, en la Lotaringia,
de Germania, san Bruno, obispo, que siendo hermano del emperador Otón I, recibió
conjuntamente el gobierno de Lotaringia y la función episcopal, y llevó a cabo
su misión sacerdotal con gran fidelidad, mostrando a la vez su gran magnanimidad
como príncipe.
(924-965).
Parecería que el título de "el Grande" debería aplicarse al
santo fundador de los cartujos. Sin embargo, tal título se aplica
tradicionalmente al poderoso príncipe-obispo, San Bruno de Colonia, quien vivió
ochenta años antes que su homónimo y colaboró ardientemente con su hermano, el
emperador Otón I el Grande, en la creación de Alemania y del imperio. Bruno era el más joven de los hijos del
emperador Enrique y de Santa Matilde. Nació el año 925 y, desde sus primeros
años, dejó ver que había heredado las buenas disposiciones de sus padres. Cuando
tenía apenas cuatro años, fue enviado a la escuela de la catedral de Utrecht,
donde adquirió un gran amor por los estudios. Se dice que la obra de Prudencio
era entonces su libro de cabecera y, más tarde, ya en la corte imperial, unos
bizantinos le enseñaron el griego. Su hermano Otón le convocó a la corte cuando
Bruno tenía catorce
años.
No obstante su juventud, pronto
llegó a ocupar puestos de importancia. El año de 940, fue nombrado secretario
confidencial del emperador. Poco después, fue ordenado diácono y recibió, como
beneficios, las abadías de Lorsch y Corvey. Aunque estaba prohibido recibir
múltiples beneficios, en este caso resultó bien, ya que el santo reformó ambas
abadías. San Bruno recibió la ordenación sacerdotal a los veinticinco años.
Inmediatamente pasó a Italia con su hermano Otón, actuando como su canciller, y
empleó su gran influencia para realizar el deseo imperial de la unión entre la
Iglesia y el Estado. Pero el santo no había llegado aún a la cima de su
brillante carrera; en efecto, el año 953, la sede de Colonia quedó vacante y
Otón lo nombró arzobispo de aquella
ciudad.
Durante los doce años en los
que desempeñó ese cargo, San Bruno jugó un papel muy importante en la política
imperial, que estaba íntimamente unida con los asuntos eclesiásticos, sin
descuidar jamás sus deberes religiosos y pastorales. Desde luego, su vida era un
ejemplo de piedad y de bondad. Por otra parte, San Bruno mantenía a raya las
ambiciones del clero y de los nobles mediante frecuentes visitas. Para mantener
el nivel espiritual de su arquidiócesis, se valía sobre todo de la difusión de
la sana doctrina y del espíritu monástico. Ya antes de ser obispo, había
empleado toda su influencia para reformar el imperio y, por cierto que la
influencia de un arzobispo hermano del emperador era muy poderosa. Mientras Otón
se hallaba en Italia, su yerno, Conrado el Rojo, duque de Lorena, se levantó en
armas; el emperador derrotó a Conrado y concedió a San Bruno el ducado de
Lorena. Aunque el ducado no iba unido al título de arzobispo, el nombramiento de
San Bruno dio origen al poder temporal de los arzobispos de Colonia, quienes se
convirtieron en príncipes del Sacro Romano Imperio. La habilidad de San Bruno en
el gobierno era tan grande como su bondad.
El santo demostró particular aptitud para apaciguar las numerosas disputas
políticas entre los habitantes de Lorena y consiguió imponer el orden y la
autoridad del imperio en la región. En esa tarea de unificación le ayudó mucho
su clero, muy instruido y disciplinado y. tuvo tanto tino en sus numerosas
elecciones de prelados que se le apodó "el creador de obispos". El momento
culminante de la carrera de San Bruno fue el año 961, cuando el emperador llegó
a Roma para ser coronado, ya que durante su ausencia dejó a San Bruno y a su
medio hermano Guillermo, arzobispo de Mainz, como corregentes del Imperio y
tutores de su sobrino, el rey de Romanos.
San Bruno el Grande murió cuatro años después, el 11 de octubre de 965, cuando sólo tenía cuarenta años de edad. Su culto en la diócesis de Colonit fue confirmado en 1870.
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La biografía de San Bruno, escrita por su discípulo Ruotgerio, es una de las biografías medievales más fidedignas y satisfactorias. Puede verse en Acta Sanctorum, vol. V, y en MGH., Scriptores, nueva serie, ed. Irene Ott (1951); cf. en la antigua edición el vol. IV, pp. 224-274. La biografía a la que nos referimos fue escrita cuatro años después de la muerte de San Bruno. Se encontrará un magnífico estudio de su obra en H. S . Annalen d.histor. Vereins f. d. Niederrhein, 1910, 1911, 1917. Cf. también Hauck, chengenschichte Deutschlands, vol. III, pp. 41 ss
San Bruno el Grande murió cuatro años después, el 11 de octubre de 965, cuando sólo tenía cuarenta años de edad. Su culto en la diócesis de Colonit fue confirmado en 1870.
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La biografía de San Bruno, escrita por su discípulo Ruotgerio, es una de las biografías medievales más fidedignas y satisfactorias. Puede verse en Acta Sanctorum, vol. V, y en MGH., Scriptores, nueva serie, ed. Irene Ott (1951); cf. en la antigua edición el vol. IV, pp. 224-274. La biografía a la que nos referimos fue escrita cuatro años después de la muerte de San Bruno. Se encontrará un magnífico estudio de su obra en H. S . Annalen d.histor. Vereins f. d. Niederrhein, 1910, 1911, 1917. Cf. también Hauck, chengenschichte Deutschlands, vol. III, pp. 41 ss
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