Enero 11 - Febrero 16
NOTA: En la actualidad el Martirologio lo recuerda el 11 de enero, en el calendario anterior se lo celebraba el 16 de febrero.
Martirologio Romano: En la ciudad de Catania, en Sicilia (hoy Italia), beato
Bernardo Scammacca, presbítero, de la Orden de Predicadores, que se distinguió
por su misericordia hacia los pobres y enfermos (1487).
Fecha de beatificación: León XII aprobó su culto el 8 de marzo de 1825.
Bernardo, antes Antonio, nace en Catania (Sicilia) de familia noble el año 1430.
Después de una juventud disipada, postrado por una grave herida recibida en un duelo y movido por la gracia divina, quiso ser inscrito entre los frailes Predicadores el año 1452.
Se dedicó con ardor y exclusividad a Dios y se esforzó en conformarse a Cristo crucificado, cuya pasión consideraba devotamente, por medio de una caridad ardiente y frutos abundantes de penitencia. Fue esclarecido en la misericordia al prójimo, especialmente con los enfermos y necesitados, para los que procuró la edificación de un hospital, que todavía existe, con la ayuda de sus nobles conciudadanos y que él mismo dirigió en vida. Fue de los primeros religiosos observantes de Santa Zita de Palermo, prior de Santo Domingo en Catania y después en Palermo y finalmente vicario general de los conventos reformados de Sicilia, dando, por consiguiente, una extraordinaria colaboración a la restauración de la vida regular.
Fue predicador ardoroso y llevó muchas personas a Dios. De él dijo Tomás Schifaldo: «Hombre bueno, piadoso y modestísimo, escrutador de todas las conciencias.» Puso su experiencia al servicio de su ministerio apostólico, mostrándose amorosamente compasivo con los pecadores y dando gracias en su oración por la misericordia divina.
Murió en Catania, confirmada su vida con numerosos carismas, el 11 de enero de 1487 y allí se venera su cuerpo incorrupto.
Fecha de beatificación: León XII aprobó su culto el 8 de marzo de 1825.
Bernardo, antes Antonio, nace en Catania (Sicilia) de familia noble el año 1430.
Después de una juventud disipada, postrado por una grave herida recibida en un duelo y movido por la gracia divina, quiso ser inscrito entre los frailes Predicadores el año 1452.
Se dedicó con ardor y exclusividad a Dios y se esforzó en conformarse a Cristo crucificado, cuya pasión consideraba devotamente, por medio de una caridad ardiente y frutos abundantes de penitencia. Fue esclarecido en la misericordia al prójimo, especialmente con los enfermos y necesitados, para los que procuró la edificación de un hospital, que todavía existe, con la ayuda de sus nobles conciudadanos y que él mismo dirigió en vida. Fue de los primeros religiosos observantes de Santa Zita de Palermo, prior de Santo Domingo en Catania y después en Palermo y finalmente vicario general de los conventos reformados de Sicilia, dando, por consiguiente, una extraordinaria colaboración a la restauración de la vida regular.
Fue predicador ardoroso y llevó muchas personas a Dios. De él dijo Tomás Schifaldo: «Hombre bueno, piadoso y modestísimo, escrutador de todas las conciencias.» Puso su experiencia al servicio de su ministerio apostólico, mostrándose amorosamente compasivo con los pecadores y dando gracias en su oración por la misericordia divina.
Murió en Catania, confirmada su vida con numerosos carismas, el 11 de enero de 1487 y allí se venera su cuerpo incorrupto.
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Fuente: usuarios.lycos.es/DOMINICOS
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