miércoles, enero 02, 2013

San Gregorio Nacianceno o Nazianzo, Arzobispo de Constantinopla y Doctor de la Iglesia

San Gregorio Nacianceno o Nazianzo, Arzobispo de Constantinopla y Doctor de la Iglesia
Enero 2 - 25

Fecha anterior: Mayo 7

Martirologio Romano: Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nazianceno, obispos y doctores de la Iglesia. Basilio, obispo de Cesarea de Capadocia (hoy en Turquía), apellidado “Magno” por su doctrina y sabiduría, enseñó a los monjes la meditación de la Escritura, el trabajo en la obediencia y la caridad fraterna, ordenando su vida según las reglas que él mismo redactó. Con sus egregios escritos educó a los fieles y brilló por su trabajo pastoral en favor de los pobres y de los enfermos. Falleció el día uno de enero de 379. Gregorio, amigo suyo, fue obispo de Sancina, en Constantinopla y, finalmente, de Nacianzo. Defendió con vehemencia la divinidad del Verbo, mereciendo por ello ser llamado “Teólogo”. La Iglesia se alegra de celebrar conjuntamente la memoria de tan grandes doctores.
Santo Padre, Doctor de la Iglesia, teólogo, escritor y poeta (Primeros de mayo), llamado "el Teólogo" por los orientales.

"Te damos gracias, Señor, porque nos concedes la alegría de celebrar la fiesta de San Gregorio Nacianceno, nuestro Patrón, fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión"

Gregorio Nacianceno (329-389), uno de los cuatro Padres y Doctores de la Iglesia oriental (junto a san Atanasio, san Basilio y san Juan Crisóstomo), es llamado también Gregorio el Teólogo. Nació cerca de Nacianzo, en Capadocia (actualmente en Turquía) hacia el año 329. Estudió en Cesarea (Palestina) y en Alejandría (Egipto). Después pasó a Atenas con San Basilio, su compatriota y amigo. Fue bautizado en el año 360 por su padre, que era obispo de Nacianzo. Con la firme decisión de llevar una vida de devoción marchó al Ponto, donde vivió en el desierto próximo al río Iris (actual río Yesil Irmak, Turquía) con san Basilio. Entre los dos recopilaron una antología de escritos del maestro y teólogo cristiano Orígenes, llamada Philokalia (en griego, 'amor a la belleza'). Basilio fue nombrado más tarde obispo de Cesarea, y en el año 371 o 372 convenció a Gregorio para que aceptara la sede de Sásima, un pueblo de Capadocia. Sin embargo, a Gregorio no le gustaba la vida pública y, hasta la muerte de su padre en el año 374, estuvo retirado.


En el año 378 o 379 Gregorio se hizo cargo de la congregación nicena de Constantinopla. Aquí pronunció cinco discursos sobre el dogma de la Trinidad que le dieron el apodo de Teólogo. Hizo muchas conversiones entre los arrianos (que negaban que Jesús fuera Dios). El emperador Teodosio se declaró su protector: lo nombró arzobispo de Constantinopla y reunió en esta capital un concilio para confirmar su elección. Pero no tardaron los obispos de Egipto en atacar al nuevo arzobispo. Entonces, Gregorio, abandonado por todos, incluso por el mismo emperador, y ante la resistencia de los arrianos, dimitió, con la esperanza de evitar nuevos cismas, y volvió a su pueblo, Nacianzo, donde vivió en la soledad hasta su muerte, dedicándose a escribir muchas obras que han inmortalizado su nombre.

OBRA: De sus escritos se han conservado 45 sermones, 243 cartas y 407 poemas dogmáticos y morales. En el estudio de la retórica asimiló gran número de nociones de la Stoa, principalmente del neoplatonismo reinante. Gran admirador de Orígenes, compuso junto a San Basilio la Philocalia, florilegio de las obras del maestro. En su obra Discursos teológicos defendió el dogma de la Trinidad, lo cual le valió tal prestigio que se le conoció con el sobrenombre de El Teólogo. En lo que se refiere a la filosofía, nos ha dejado una exposición detallada de asuntos relacionados con la teología natural. En el tema de las relaciones fe-filosofía, es más bien cauto. El cristiano, para acercarse al cultivo de la filosofía, ha de ejercitarse en la vida de piedad y conocer lo más profundamente que pueda las Sagradas Escrituras. Así preparado, podrá mostrar racionalmente la existencia de Dios, hecha evidente por el orden del mundo.

Murió en torno al año 390. Se retiró a la vida monástica y murió el año 374 en Arianzo, hoy Némisi, Turquía. Fue sepultado en su pueblo natal, en las cercanías de Nacianzo (Capadocia, en la actualidad Turquía), donde se había retirado para dedicarse a la vida contemplativa. Posteriormente, sus restos mortales fueron llevados y venerados en Constantinopla. El traslado de las reliquias a Roma está íntimamente vinculado a la historia del monasterio de las benedictinas de Santa María en el campo de Marte y del anexo oratorio de San Gregorio "de Nacianzo". Según la tradición, las veneradas reliquias fueron traídas a Roma por algunas monjas bizantinas de Santa Anastasia en Constantinopla, para evitar las persecuciones iconoclastas de los emperadores León III y Constantino V en el siglo VIII. Desde la iglesia de Santa María en el campo de Marte las reliquias fueron trasladadas, muy probablemente en la época del Papa León III (795-816), al cercano oratorio, que por ello fue denominado "San Gregorio".
En un documento de junio del año 986 se halla el nombre de la abadesa Ana del monasterio de Santa María y de San Gregorio Nacianceno, "qui ponitur in Campo Martio". Durante todo el Medievo, las reliquias del santo Doctor se veneraron en este monasterio. El Papa Gregorio XIII (1572-1585), cuando en la nueva basílica vaticana se completó la primera capilla y se abrió al público, la inauguró el 12 de febrero de 1578, primer domingo de Cuaresma, colocando en ella la imagen de la "Virgen del Perpetuo Socorro", ya venerada en la antigua basílica. El mismo Papa, deseando enriquecer el mayor templo de la cristiandad con reliquias de santos insignes de la Iglesia, pidió a las monjas de Santa María en el campo de Marte poder transportar los valiosos restos de san Gregorio Nacianceno, hacia el que sentía una profunda devoción y admiración, a la basílica vaticana que se estaba erigiendo. Para favorecer la cesión por parte de las monjas, el Papa les dejó una reliquia perteneciente al brazo del santo.

FIESTAS: Su festividad se celebra el 2 de enero en la Iglesia católica y el 25 en la ortodoxa. En Espeluy, la fiesta coincide con el primer domingo de mayo, aunque hay otra, en verano, el segundo domingo de agosto.
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Oración de San Gregorio Nacianceno

Señor Dios, que te dignaste instruir a tu Iglesia
con la vida y doctrina de San Gregorio Nacianceno,
haz que busquemos humildemente tu verdad
y la vivamos fielmente en el amor.
Por Jesucrito nuestro Señor.
Amén

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