sábado, octubre 12, 2013

San Edwin de Northumbria, Mártir y Rey

 San Edwin de Northumbria, Mártir y Rey
Octubre 12

San Edwin (también conocido como Eadwine o Æduini) (c. 586-12 de octubre de 633) fue Rey de Deira y Bernicia, los cuales se irían a conocer colectivamente como Northumbria. Su reino duro desde 616 hasta su muerte. El se convirtió al cristianismo y fue bautizado en el año 627; después de haber muerto en la Batalla de Hatfield Chase fue venerado como santo.

Infancia y exilio
La Crónica Anglosajona cuenta que después de la muerte de Aella un tal "Etelric" asumió el poder. La identidad exacta de Aethelric es incierta. El pudo haber sido un hermano de Aella, un hermano mayor de Edwin, un noble cualquiera, o el padre de Eteelfrido. El mismo Eteelfrido parece también haber sido rey de "Northumbria" (Deira y Bernicia juntos) desde no después de 604. Durante el reino de Eteelfrido, Edwin estuvo en exilio. La ubicación de su temprano exilio como niño es desconocida, pero algunos relatos de Reinaldo de Durham y Godofredo de Monmouth, ponen a Edwin en el Reino de Gwynedd, acogido por el rey Cadfan ap Iago, lo cual explicaría el conflicto entre Edwin y su supuesto hermano adoptivo Cadwallon. Para los años 610 el ya se encontraba en Mercia, bajo protección del rey Cearl, con cuya hija Cwenburga se casó.

Para el año 616, Edwin ya estaba en Anglia Oriental, bajo la protección del rey Raedwald. Bede cuenta que Eteelfrido quería que Raedwald asesinara a Edwin, su despreciado rival, y que Raedwald lo iba a hacer, si no fuera por que su esposa lo persuadió justo a tiempo. De todas maneras, Raedwald se enfrentó a Aethelfrith en una batalla cerca del río Idle en 616, en la cual Eteelfrido, y el hijo de Raedwald, Raegenhere, murieron. Edwin fue coronado como Rey de Northumbria, nombrando Raedwald como Bretwalda; los hijos de Eteelfrido se exiliaron en Dalriada y Pictavia. Que Edwin hubiera podido mantener control no solo en su tierra natal de Deira, pero también en Bernicia, pudo haber sido gracias al respaldo de Raedwald, al cual pudo seguir siendo súbdito a principios de su reino. El reino de Edwin marca una interrupción en el consistente dominio de Northumbria por los Bernicianos.

Edwin como rey
Con la muerte de Eteelfrido, y del poderoso Ethelburgo de Kent en el mismo año, Raedwald y su cliente Edwin estaban en posición para dominar Inglaterra, y Raedwald lo hizo hasta su muerte una década después. Edwin adhirió el pequeño reino bretones de Elmet después de la muerte de su rey Ceretic. Elmet fue probablemente leal a Mercia y por lo tanto a Edwin. El más grande reino de Lindsey parece que fue capturado después de c. 625, luego de la muerte del rey Raedwald. Sin embargo para este tiempo Edwin y Eadbald de Kent eran aliados, y como su primera esposa Cwenburga ya había muerto, Edwin planeo casarse con la hermana de Eadbald, Ethelburga de Kent. Según Bede, Eadbald solo aceptaría que su hermana se casara con Edwin, si el se convirtiera al cristianismo. El matrimonio de la Merovingia Berta con Ethelburgo de Kent, los padres de Eadbald, había resultado en la conversión al cristianismo de Kent, y el de Ethelburga y Edwin haría lo mismo en Northumbria.

La expansión occidental de Edwin pudo haber comenzado a principios de su reino. A principios de los años 620, ya había clara evidencia de una guerra entre Edwin y Fiachnae mac Báetáin del reino Dál nAraidi, rey de Ulaid en Irlanda. Se sabe que un poema, el cual se perdió con el tiempo, recuenta las campañas de Fiachnae en contra de los sajones, y los anales Irlandeses cuentan la toma, o asedio de Bamburgo en Bernicia en los años 623-624. La muerte de Fiachnae en el año 626, a manos de su tocayo, Fiachnae mac Demmáin de los Dál Fiatach, y la muerte de Fiachnae mac Demmáin un año después en la batalla contra Dalriada probablemente le facilitaron a Edwin sus conquistas en la provincia marítima de Irlanda.

La rutina de los reinos en los tiempos de Edwin envolvía estar en guerra regularmente, incluso anualmente, con sus vecinos para así obtener tributo, y esclavos.

La casa real se mudaba regularmente de una “ciudad real” a otra, consumiendo la comida ofrecida por los súbditos, cobrando tributo de las haciendas, dispersando justicia, y asegurándose que la autoridad real se hiciera presente por todo el reino. Las ciudades reales en los tiempos de Edwin fueron, entre otras, Yeavering en Bernicia, donde rastros de un anfiteatro hecho en madera se han descubierto. Otros sitios reales fueron Campodunum en Elmet (de pronto Barwick), Sancton en Deira y Goodmanham, el lugar donde el sacerdote pagano Coifi destruyo los ídolos paganos según Bede. El reino de Edwin incluyo las ciudades romanas de York y Carlisle, y las dos parecen que fueron de importancia en el siglo XII, aunque no esta claro si la vida urbana continúo durante este periodo.

La conversión de Edwin al Cristianismo
La versión de Bede acerca de la conversión de Edwin tiene dos eventos importantes. El primero fue durante el exilio de Edwin, y cuenta como Paulinus de York le salvo la vida. El segundo evento fue siguiendo el matrimonio con Ethelburga, cuando lo intentaron asesinar en York, la pascua del 626, un agente de Cwichelm de Wessex, Edwin después decidió permitir el bautizo de su hija Eanfleda y prometió adoptar el cristianismo si su campaña contra Cwichelm fuera exitosa. Aparte de estos eventos, la representación general que Bede da de Edwin, es aquella de un rey indeciso, temeroso de tomar riesgos, y sin poder decidir si ser cristiano o no.

Además de estos eventos, la influencia de la reina Ethelburga, no puede ser ignorada, ya que siendo de la Dinastía Merovingia era cristiana y evangelizadora por naturaleza, y de tal forma como lo hizo su madre con su padre, ella iba a convertir a Edwin al cristianismo, también hubieron cartas que el Papa Bonifacio V les mando a Edwin y a Ethelburga lo cual muestra el esfuerzo del papa en cristianizar la isla. Dado que Kent estaba bajo control Franco, ellos estaban interesados en proselitar a sus camaradas alemanas, y en extender su poder e influencia. Bede recuenta el bautizo de Edwin, y de uno de sus comandantes, el 12 de abril de 627. El fervor de Edwin, según Bede, llevo que el hijo de Raedwald, Eorpwald también se convirtiera al cristianismo.

Muerte y legado
Edwin se enfrentó contra Penda y Cadwallon en la batalla de Hatfield Chase en el otoño de 633, y fue derrotado y murió en batalla. De los dos hijos mayores que Edwin tuvo con Cwenburh de Mercia, Osfrido murió en la Hatfield, y Eadfrido fue capturado por Penda de Mercia y asesinado un tiempo después.

Sus restos fueron llevados a Whitby, pero su cabeza, ya que fue decapitado, se llevó a la iglesia de Saint Peter, en York donde todavía se encuentra.

Después de la muerte de Edwin, la reina Ethelburga junto con Paulinus de York, se devolvieron a Kent, llevando consigo su hijo Wuscfrea, su hija Eanfleda de Whitby, y el hijo de Osfrido, Yffi para exiliarse con ellos. Wuscfrea y Yffi fueron enviados a la corte de Dagoberto I rey de los Francos, pariente de Ethelburga, pero murieron poco después. Aun así, Eanfleda vivió para casarse con su primo, el Rey Oswiu de Northumbria, hijo de Acha y Aethelfrido de Bernicia, también se convirtió en santa, igual que sus padres.

El reino de Edwin fue dividido después de su muerte. Su sucesor fue Osric, hijo del tío paterno de Edwin Aelfric, en Deira, y por Eanfrido, hijo de Eteelfrido y la hermana de Edwin Acha, en Bernicia. Los dos se cambiaron al paganismo, y los dos fueron matados por Cadwallon; eventualmente, el hermano de Eanfrido, Osvaldo derroto y dio muerte a Cadwallon y unió a Northumbria una vez más. Desde hay en adelante, con excepción de Oswine hijo de Osric, el poder en Northumbria estuvo en manos de los Idaneses, los descendientes de Ida de Bernicia, hasta mediados del siglo XIII.

Después de su muerte, Edwin vino a ser venerado como santo por algunos, aunque su culto fue eventualmente ignorado por el más exitoso culto a Osvaldo, quien fue asesinado en 642. Murieron en batalla a manos de enemigos similares, los paganos Mercias y los Británicos en ambos casos, lo cual permitió que se percibieran como mártires; Sin embargo, el trato de Bede con respecto a Osvaldo demostraba que lo percibía como un santo indiscutible, un status que no le confirió a Edwin
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Autor: Xavier Villalta

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