Santas Nunila y Alodia, Vírgenes y
Mártires
La gran era de los mártires en España empezó en el año 850, con el reinado de Abderramán II. Estas dos vírgenes se contaron entre las innumerables mártires que sellaron con su sangre su fidelidad a Dios durante la persecución morisca. Nunila y Alodia, que eran hermanas, vivían en Huesca. Su padre era mahometano y su madre cristiana. Las dos jóvenes habían sido educadas en el cristianismo por su madre, la cual después de la muerte de su esposo, tuvo el poco tino de casarse con otro mahometano.
Octubre 22
Martirologio Romano: En Huesca,
ciudad de Aragón, en Hispania, santas Nunila y Alodia, vírgenes y mártires, que
hijas de padre no cristiano, pero educadas en la fe cristiana por su madre, al
no querer abjurar de Cristo, después un largo encarcelamiento fueron degolladas
por disposición del rey de Córdoba, Abd ar-Rahman II. (c.824 -
851).
La gran era de los mártires en España empezó en el año 850, con el reinado de Abderramán II. Estas dos vírgenes se contaron entre las innumerables mártires que sellaron con su sangre su fidelidad a Dios durante la persecución morisca. Nunila y Alodia, que eran hermanas, vivían en Huesca. Su padre era mahometano y su madre cristiana. Las dos jóvenes habían sido educadas en el cristianismo por su madre, la cual después de la muerte de su esposo, tuvo el poco tino de casarse con otro mahometano.
Este,
que era un personaje de importancia, trató con brutalidad a sus hijastras.
Nunila y Alodia tuvieron muchos pretendientes, pero, como habían decidido
consagrar su virginiad a Dios, rechazaron a todos y obtuvieron finalmente el
permiso para ir a vivir con una tía suya que era cristiana. Cuando Abderramán
promulgó sus leyes persecutorias, las dos doncellas fueron arrestadas al punto,
ya que tanto su familia como la vida piadosa que llevaban eran muy conocidas.
Nunila y Alodia comparecieron gozosamente ante el juez, sin el menor
temor.
El
perseguidor empleó primero los halagos y las promesas, pero después pasó a las
amenazas. Como ninguno de los dos métodos tuviese éxito, confió a las dos
jóvenes a ciertas mujeres de mala vida, con la esperanza de que el mal ejemplo
hiciese su obra. Pero Cristo iluminó y protegió a sus siervas, y las prostitutas
se vieron obligadas a declarar al juez que no había manera de doblegar a las dos
jóvenes. Este las condenó entonces a perecer decapitadas. El Martirologio Romano
conmemora en la fecha de hoyu el triunfo de las
mártires.
Hijas de madre cristiana y padre
musulmán, nacidas en Adahuesca (Huesca). Fueron educadas cristianamente por su
madre. Al morir su padre, un tío musulmán, al no poder destruir la fe de sus
sobrinas, las denunció ante el juez Jalaf, de Alquezar (Barbastro). Este al
verlas tan jóvenes decidió dejarlas en libertad, pero pidió a dos mujeres
musulmanas que se encargara de que se convirtieran al Islam. No hubo
manera.
Las llevaron a Huesca para comparecer ante el cadí Ismael. Estas alegaron ante el juez: "Cadí, no te empeñes en apartar del culto de Dios a dos Virgenes, que por su gracia, han llegado a conocer que no hay riqueza alguna fuera de Cristo. Con Cristo está la vida, y sin El la muerte; permanecer a su lado y vivir en El es la verdadera alegría; separarse de El es la perdición eterna. En cuanto a nosotras tenemos el propósito de no abandonarle; le hemos consagrado la santidad de nuestro cuerpo.
Las ventajas de las cosas perecederas que nos propones las despreciamos. No
nos acobardan los suplicios, que terminan pronto; y por lo que se refiere a la
muerte con que nos amenazas, las recibiremos contentas, sabiendo que ella nos
abre las puertas del Cielo y nos lleva a los brazos de Cristo". El Juez pensó
que si las separaba conseguiría minar su resistencia; pero después de 40 días de
interrogatorios no consiguió nada. Fueron decapitadas en Huesca durante la
persecución de Abderramán II. Sus cuerpos fueron trasladados al monasterio de
San Salvador de Leyre. Su martirio lo cuenta san Eulogio de Córdoba en
“Memoriale
Sanctorum”.
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