Beato Francesco Zirano, Sacerdote y Mártir
Enero 25
Martirologio Romano: En Argel, capital de Argelia, beato Francesco Zirano,
sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores Conventuales, asesinado por
odio a la fe. († 1603)
Fecha de beatificación: 12 de octubre de 2014, durante el pontificado de
S.S. Francisco.
Breve Biografía
Francesco Zirano nació en Sácer (Cerdeña, Italia) alrededor del año 1564,
en una familia de modestos campesinos con auténtica fe. Probablemente fueron
cuatro hermanos que desafortunadamente pronto quedaron huérfanos de padre. En su
hogar era muy profunda la devoción hacia los protomártires Gabino (soldado),
Proto (obispo) y Gianuario (diácono), y de Sácer partían en dos romerías
solemnes al santuario de Porto Torres cada año, sin tomar en cuenta el riesgo de
ser víctimas de los repentinos ataques corsarios a los que esa zona estuvo
sometida. Francesco siempre mantuvo fuerte esta devoción.
La infancia transcurrió normal y -en una época en que el analfabetismo era
la norma- él recibió cierta instrucción de los frailes de S. Maria de Betlem.
Tuvo una gran devoción para la Virgen, maduró la vocación y con sólo quince años
ingresó al convento. A los veintidós años fue ordenado sacerdote por el
arzobispo Alfonso de Lorca. Estuvo presente y compartió la alegría del momento
su primo Francesco Serra, hijo de una hermana de la madre, que poco antes había
ingresado al convento y vestido el hábito franciscano.
El Padre Zirano desarrolló varias tareas, en la iglesia en contacto con los
fieles y en la comunidad al servicio de sus cofrades, hasta cuando, en el año
1590, un acontecimiento estremeció su vida. Su primo fue hecho esclavo por los
corsarios turcos desembarcados en Cerdeña y llevado a Argel. Por ocho años padre
Zirano, mientras desarrollaba escrupulosamente sus encargos de ecónomo, de
mendicante y de procurador del convento, sufría y rogaba para su infeliz
primo.
En algún momento llegó a la valiente decisión que iría a liberarlo. Hizo
falta hallar el dinero necesario por el rescate y en Cerdeña eran los
Mercedarios quienes pedían limosna para lograr la liberación de los
esclavos.
El 19 de marzo de 1599 la solicitud de Francesco fue acogida por Clemente
VIII que lo autorizó por un trienio. En ella se lee la invitación a donar con
generosidad al humilde fraile "de cerca de treinta años, de baja estatura, ojos
negros y barba castaña".
El Padre Zirano recorrió toda la isla para recoger las ofertas, dando
consuelo a los parientes de otros esclavos y empeñándose por la liberación de
algunos de ellos. En la primavera del 1602, lleno de ansiedad y de esperanza,
firme en la fe, partió haciendo escala en España donde obtuvo del Rey Felipe III
como compañero a fray Mateo de Aguirre. Lo que el Padre Zirano no conocía es que
el fraile mallorquín tenía una misión político-diplomática en relación a la
ayuda ofrecida por el Rey de Cuco al reino de España, de cara a una nueva
expedición contra Argel, que sería respaldada por los españoles.
Al darse cuenta de la dificultad, el Padre Zirano, disfrazado de mercader,
y en compañía de un intérprete, el 18 de agosto de 1602 partió de Cuco y luego
de tres días de camino llegó a Argel. La situación era tensa, se podía ver a los
barcos españoles cerca de la isla de Ibiza y un veredicto restringía la libertad
de los cristianos. A esto se agregó una nueva complicación: la detención de un
renegado procedente de Cuco que llevaba algunas cartas de fray Mateo al Padre
Zirano y a otros cristianos. Las cartas eran en realidad la renuncia a ocuparse
del rescate de los esclavos, pero el padre Zirano tuvo que permanecer
prudentemente lejos de la ciudad.
Vuelto a Cuco, llevó consigo a cuatro cristianos liberados de los
alrededores de Argel y, al no poder actuar, se convirtió en ayudante de fray
Mateo. Mientras tanto en la cárcel su primo daba ánimo a sus compañeros de
desdicha y, entre fatigas y humillaciones, aprendió al árabe.
El conflicto se hizo más agudo. El Rey de Cuco consiguió una victoria y
creyó oportuno comunicarlo al Rey de España. El Padre Zirano fue encargado de
llevar la carta, pero, quizás como parte de una maniobra premeditada, fue
traicionado y entregado al enemigo. Los acontecimientos fueron relatados
posteriormente por un esclavo español. Francesco fue desvestido, golpeado, atado
y llevado a Argel el 6 de enero de 1603. En la cárcel encontró a otros
cristianos. El Padre Zirano había sido confundido con fray Mateo de Aguirre, se
lo aisló y estableció por él un enorme rescate.
Recibió la visita de su primo Francesco Serra, quien desafortunadamente
llevaba la tarea de comunicarle su condena a muerte. El siervo de Dios tan sólo
pidió un confesor, pero esto no fue posible. Su entrega a Dios dio testimonio a
sus compañeros de cárcel para permanecer firmes en la fe.
Entre la primera y segunda visita de su primo se intentó enviarlo a
Constantinopla, capital del imperio turco del que dependía Argel. La salida se
haría en un barco inglés, más el intento fracasó a causa del considerable
rescate que por él se solicitaba. El 24 de enero se reunió el Consejo de la
ciudad para ratificar -sin interrogatorio- la condena.
El Gran Consejo se había dado cuenta de que no estaba condenando al odiado
embajador español, fray Mateo, más el Padre Zirano no aceptó la propuesta de
abjuración, Francesco nunca renegaría del Señor. Pasó la noche anterior a su
ejecución en oración. Un pregonero proclamaba por las calles de la ciudad que
el convicto había "robado" cuatro esclavos y que era "un espía".
La cruel ejecución fue llevada a cabo el 25 de enero de 1603, vestido con
una túnica y con una cadena al cuello, fue obligado a atravesar -entre gritos e
insultos- la concurrida calle central de Argel. Un testigo relató que Francesco
oraba en voz alta recitando el canto de los tres jóvenes (Daniel 3, 23 y ss).
Fue desollado vivo y su piel -rellena de paja- fue expuesta cerca de una puerta
de la ciudad. Los cristianos tomaron posesión de algunas solapas
custodiándolas.
La fe del Padre Zirano causó admiración y el relato de su martirio ha
llegado hasta nuestros días.
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Por: Daniele Bolognini | Fuente: santiebeati.it
Traducción: Xavier Villalta Andrade - es.catholic.net
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