Beatos Santiago o Jaime de Sales y Guillermo Saltamoquio o Sautemoche,
Mártires de la Eucaristía
Enero 19
(† 1593). Santiago de Sales, insigne teólogo, y Guillermo Saltamoquio,
humilde hermano lego, ambos de la Compañía de Jesús, pertenecen al número de las
víctimas de los hugonotes en las guerras religiosas de Francia de la segunda
mitad del siglo XVI, y por haber sido sacrificados precisamente en defensa de la
misa, son designados como mártires de la Eucaristía.
Santiago de Sales nació en marzo de 1556 en Leroux, diócesis de Clermont,
en Francia. Su padre estaba en buenas relaciones con el obispo, por lo cual éste
le sufragó los gastos para sus estudios en el colegio de Billom, de los
jesuitas.
A los cuatro años sintióse llamado a la Compañía de Jesús, y así, contando
diecisiete de edad, entró en el noviciado. Después de su primera profesión, en
1575, obtuvo el diploma de maestro en Artes en el célebre colegio de Clermont y,
ordenado sacerdote en abril de 1585, hizo finalmente la última profesión de
cuatro votos, característica de la Compañía de Jesús.
Destinado a la enseñanza de la filosofía en la universidad de
Pont-a-Mousson, comenzó a brillar extraordinariamente por sus cualidades
intelectuales, por lo cual, en 1587, por un privilegio especial, recibió la
borla de doctor en teología. Su compañero de martirio, Guillermo Saltamoquio,
era hijo de un sencillo comerciante italiano y de una madre francesa.
Habiendo entrado en la Compañía de Jesús en el grado de coadjutor temporal,
era sumamente sencillo, pero muy piadoso y entregado por completo al
cumplimiento de los diversos empleos en que lo puso la obediencia. En esta forma
había recorrido las casas de Pont-a-Mousson, Verdun y Lyon y había llegado poco
antes a Tournon, donde la obediencia lo designó como compañero del P. Sales en
su misión a Aubenas.
A semejanza del P. Sales, distinguíase el ejemplar hermano por una
especialísima y tierna devoción a la Sagrada Eucaristía. Su compañero, Guillermo
Saltamoquio, aunque el padre Sales le había indicado que escapara y tuvo
oportunidad de hacerlo, no quiso separarse de su lado, proclamando que quería
morir con él en defensa de la Eucaristía.
Al caer mortalmente herido el P. Sales, la chusma se abalanzó contra ellos
y sació su odio en sus cuerpos con las mayores brutalidades. El file hermano
extendió sus brazos sobre el P. Sales, y cuando posteriormente se examinó su
cuerpo, se vio que había recibido dieciséis heridas de diversas armas.
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Autor: BERNARDINO LLORCA, S. I.
Fuente: mercaba.org
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