Martirologio Romano: En Moûtiers,
en la Galia Vienense, san Jacobo, obispo, discípulo de san Honorato de Lérins.
429.
De origen sirio, prestaba
servicio en la armada del rey de Persia y se convirtió gracias al ajemplo de
numerosos cristianos que morían víctimas de las persecuciones. Recién bautizado,
se encontró con san Honorato, fundador del monasterio de Lerins y a su hermano
san Venancio. Cuando éste último murió en Méthon, san Honorato regresó a la
Galia llevéndose a Jaime que fue monje en
Lerins.
Cuando san Honorato fue obispo de Arles, se preocupó no sólo de evangeliazar la Provenza, sino también algunas zonas circunstantes, entre las cuales Tarantasia, subregión de Saboya; después de conferirle las ordenes mayores, envió a Jaime, hacía el 420, como primer misionero. Llegó al gran valle, fue bien acogido por la población local y comenzó la construcción de una iglesia dedicada a San Esteban. Tres años después Tarantasia fue invadida por los burgundios y Jaime y sus compañeros fueron obligados a regresar a sus lugares de origen.
San Honorato le confirió la consagración episcopal y hacia el 426 el nuevo obispo, regresó a su tierra de misión, estableció su sede en Moûtiers, capital de la región. Durante su episcopado, Jaime se reveló como taumaturgo y sería excesivo enumerar todos los milagros que la leyenda le atribuye. Después de tres años de gobierno dejó su diócesis en manos de un cierto Marcelo que fue su sucesor. San Jaime había intuído su próxima muerte y prefirió regresar a Arles con su maestro Honorato.
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