Santos Donaciano y Rogaciano de Nantes, Mártires
Mayo 24
Etimológicamente significa “dado y orante”. Vienen de la lengua latina.
Etimológicamente significa “dado y orante”. Vienen de la lengua latina.
Eran dos hermanos: Donaciano, el menor, convirtió a la fe a su hermano
mayor. El tirano los hizo encarcelar, y como los amenazase con hacerlos morir,
dijo Donaciano: Los tormentos que Dios te prepara en el infierno son
infinitamente más crueles que aquellos con que nos amenazas. Rogaciano, instado
a que adorase a los ídolos, dijo: No me atrevo a adorar lo que está por debajo
de mí; estos ídolos no son sino metal, sin vida y sin alma. Los dos fueron
decapitados en Nantes, hacia el año 300.
Estos dos hermanos, dignos de admiración por su osadía en momentos
difíciles, nacieron en Nantes y murieron bajo el temible Maximino
(222-235).
Este criminal sucedió a Alejandro Severo que, durante el período de su
mandato, se había distinguido por ser un sincretista, es decir, una persona que
le daba igual un dios que otro. Para él Jesucristo no se diferenciaba en nada de
los dioses a los que les daban culto los romanos.
Respetó, por tanto, a los cristianos. Sin embargo, su sucesor se propuso
acabar con el cristianismo a toda costa. Menos mal que sólo duró tres años en el
poder. Sus mismos soldados le dieron muerte por insoportable.
Estos dos hermanos estaban recibiendo la formación cristiana. El primero ya
había recibido el sacramento del bautismo y el segundo se estaba
preparando.
Y como soplones y chivatos los ha habido siempre, un enemigo los denunció
ante la autoridad por el hecho criminal -¡vaya por Dios!- de que eran
cristianos.
Comparecieron ante el tribunal por separado. El juez le dijo a Donaciano:"
Parece que no solamente no has adorado a los dioses Júpiter y Apolo, sino que te
has atrevido a predicar el culto del Crucificado y te han seguido muchos
fieles.
Quería, señor juez, arrancarlos a todos del error para que vuelvan a
Cristo, el único que merece adoración".
El juez lo encarceló. Después se dirigió a Rogaciano diciéndole: "Mira, tú
no te has bautizado todavía. Abjura de tu error y te salvaré la vida". Rogaciano
le contestó:" Nunca lo haré. Seguiré a mi hermano mayor en la fe que él ha
profesado en el Dios verdadero. En el calabozo, el hermano le dio el bautismo a
falta de sacerdote.
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Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
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