Beata Juana María Condesa Llunch, Virgen Fundadora
Enero 16
Fundadora de la Congregación de Siervas de la Inmaculada Concepción Protectoras de las Obreras
Martirologio Romano: En Valencia, ciudad de España, beata Juana María
Condesa Lluch, virgen, la cual, con solícita caridad y espíritu de
sacrificio para con los pobres, niños y jóvenes obreras, se entregó
completamente a atenderlos y, para su tutela, fundó la Congregación de
Siervas de la Inmaculada Concepción Protectoras de las Obreras (1916).
Juana María Condesa Lluch nació en Valencia (España) el día 30 de marzo
de 1862, en el seno de una familia cristiana de buena posición
socio-económica. Fue bautizada el 31 de marzo de 1862 en la Iglesia de
San Esteban, lugar donde habían sido bautizados San Vicente Ferrer y San
Luis Bertrán. Recibió una esmerada formación humana y cristiana, que
contrastaba con la mentalidad racionalista e ilustrada que se abría paso
en la sociedad valenciana del momento y que dio lugar a una oleada de
descristianización. En la etapa de la adolescencia y juventud va
reforzando su vida como cristiana, nutriéndose de las devociones
religiosas propias del momento histórico que vive, especialmente la
devoción a Jesús Sacramentado, a la Inmaculada Concepción, a San José y a
Santa Teresa, lo que a su vez la lleva de forma progresiva a una mayor
sensibilidad y compromiso con los mas necesitados.
Muy pronto
descubre el don del amor de Dios que se estaba derramando abundantemente
en su corazón (cf. Rm 5, 5) y hace propia la tarea de acoger ese don en
su vida a fin de ser «Santuario de Dios, morada del Espíritu» (cf. 1 Co
3, 16). Su intensa vida de oración, su constante relación con Dios,
fueron la fuerza que hizo posible que en ella maduraran los frutos
propios de quien vive según el Espíritu: la alegría, la humildad, la
constancia, el dominio de sí, la paz, la bondad, la entrega, la
laboriosidad, la solidaridad... la fe, la esperanza y el amor. Por ello,
quienes la conocieron nos la presentan como una mujer que «Logró vivir
lo ordinario de forma extraordinaria».
Tenía apenas 18 años,
cuando descubrió que la voluntad de Dios sobre su vida era entregarlo
todo y entregarse del todo a la causa del Reino a través de la
evangelización y el servicio a la mujer obrera, interesándose por las
condiciones de vida y laborales de estas jóvenes, realidad sufriente que
contemplaba desde la tartana que la conducía desde Valencia a la playa
de Nazaret, donde la familia tenía una casa de descanso y expansión.
En 1884, tras varios años de dificultades y obstáculos especialmente
por parte del entonces Arzobispo de Valencia, el Cardenal Antolín
Monescillo, al considerar que era demasiado joven para llevar a cabo la
propuesta que le hacía de fundar una Congregación Religiosa, logra de
éste el permiso necesario para abrir una casa que diera acogida,
formación y dignidad a las obreras que, dado el creciente proceso de
industrialización del siglo XIX, se desplazaban de los pueblos a la
ciudad para trabajar en las fábricas, donde eran consideradas meros
instrumentos de trabajo; «Grande es tu fe y tu constancia. Ve y abre un
asilo a esas obreras por las que con tanta solicitud te interesas y
tanto cariño siente tu corazón».
Unos meses después, en esta
misma casa se inauguraba una Escuela para hijas de obreras y otras
jóvenes se unían a su proyecto compartiendo los mismos ideales. Desde
este momento comenzaba a tomar forma en su vida lo que experimentaba
como voluntad de Dios: «Yo y todo lo mío para las obreras», no se
trataba de una frase hecha, era el espacio que posibilitaba la llamada
de Dios y la respuesta de una persona, Juana María Condesa Lluch.
Convencida de que su obra era fruto del Espíritu y con el deseo de que
fuese una realidad eclesial, continúa insistiendo a fin de poder
organizarse como Congregación Religiosa, pues seguir a Cristo, dando la
vida por Él en el servicio a las obreras le pedía exclusividad, de ahí
su opción por vivir en castidad, en obediencia y en pobreza de forma
radical. Acrisolada en la prueba, pero manteniendo un espíritu sereno,
firme y confiado: «Señor, manténme firme junto a tu Cruz», haciendo de
la fe su luz, de la esperanza su fuerza y del amor su alma, consigue la
Aprobación Diocesana del Instituto en 1892, el cual crecía en miembros y
se iba extendiendo por distintas zonas industriales. En 1895 emite la
Profesión Temporal junto con las primeras hermanas y en 1911 la
Profesión Perpetua,
Durante todos estos años, su vida a ejemplo
de la Virgen Inmaculada, fue una entrega incondicional a la voluntad de
Dios, haciendo suyas las palabras de María ante el anuncio del Ángel:
«He aquí la esclava del Señor, hágase en mi, según tu palabra» (Le 1,
38), palabras que se convirtieron en clave de espiritualidad y en estilo
de vida, hasta el punto de definirse como «esclava de la Esclava del
Señor» y de dar nombre y significatividad a la Congregación fundada por
ella.
El 16 de enero de 1916, la Madre Juana María Condesa
Lluch pasaba a contemplar el rostro de Dios por toda la eternidad,
alcanzando su anhelo de santidad, manifestado tantas veces a las
hermanas con estas palabras: «Ser santas en el cielo, sin levantar polvo
en la tierra». Expresión que denota que su vida transcurrió según el
Espíritu de Cristo Jesús, conjugando la más sublime de las experiencias,
la intimidad con Dios, con el empeño de que la joven obrera alcanzara
también la más sublime de las vocaciones, ser imagen y semejanza del
Creador, y que pone de manifiesto su ser de «Mujer bíblica, llena de
coraje en las elecciones y evangélica en las obras», tal como fue
definida por uno de los Teólogos Consultores al estudiar sus virtudes.
El Instituto nutrido de la firme voluntad de su Fundadora, alcanzaba el
14 de abril de 1937 la aprobación temporal pontificia de S.S. Pío XI y
el 27 de enero de 1947 la aprobación definitiva de S.S. Pío XII. La
apertura diocesana del Proceso de Canonización de la Madre Juana María
tuvo lugar en Valencia en 1953. Fueron declaradas sus virtudes heroicas
en 1997 y el dia 5 de julio de 2002, ante S.S. Juan Pablo II, fue
promulgado el Decreto de aprobación de un milagro atribuido a su
intercesión, siendo beatificada el 23 de Marzo de 2003 por el mismo
Papa.
=
Fuente: Vatican.va
Comunidad Católica Vidas Santas Páginas Católicas... dedicadas a las personas que aman la Vida de los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios del Mundo! En la vida de los hombres y mujeres llamados Santos encontraremos un camino a seguir en el deambular por este valle de lágrimas que es nuestra vida en la Tierra. En ella se busca el lema de la Paz, la Tolerancia y la Caridad, en un intento de recoger el máximo de imágenes de Santos
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario