viernes, enero 04, 2013

Venerable María Diomira del Verbo Encarnado (María Teresa Serri), Monja Abadesa

Venerable, María Diomira del Verbo Encarnado (María Teresa Serri), Monja Abadesa
Enero 4

Maria Teresa Serri, en la religión María Diomira del Verbo Encarnado (Génova, 23 de febrero 1708 - Fanano 14 de enero de 1768), fue una monja italiana, monja y abadesa del monasterio capuchino Fanano (Modena).

La Venerable Sor María Diomira del Verbo Encarnado nació en Génova 23 de febrero 1708, por Hans Serri y Thérèse Curty de Friburgo. Después de una estancia en Friburgo, Suiza, la casa de su madre fue su primera comunión en la Iglesia de San Mauricio de Friburgo, el Domingo de Pascua 1717.

Se educó en las monjas benedictinas de Pisa, la ciudad donde su familia se había mudado. Se dedicó desde asistencia chica de los enfermos y moribundos.

Sufrió grandes mortificaciones de la carne y según la tradición fue el estigma que se manifestaría en ella por primera vez a los 22 años, mientras se acercaba a la Eucaristía en la iglesia de los caballeros de Pisa.

Era incierto si acepta la invitación de la capuchina de Citta di Castello, pero luego decidió siempre a la capuchina Fanano, Modena en la montaña, en una estructura por siglos relacionados con la Abadía de Nonantola. Fue admitida en Fanano 05 de octubre 1730, vistiendo el hábito religioso el 01 de noviembre 1730.

Tres años después, en 1733, tomó los votos y tomó el nombre de Hermana María Diomira del Verbo Encarnado. Como agradecimiento pidieron al Señor que ser capaz de liberar las almas en el purgatorio. Escuchando su solicitud y permitirá a muchas almas para ser liberado del purgatorio, en su mayoría pertenecientes a la orden de San Francisco y para el resto de la gente común de las cuales la gran duquesa Beatrice Violante de Baviera

Fue elegida por las hermanas como abadesa, que jugó el papel durante muchos años no sin conflicto con las autoridades de la iglesia a la que la hermana Diomira siempre mantuvo una actitud de disciplina y obediencia.

Sor María del Verbo Encarnado Diomira sopla 14 de enero 1768, diciendo: "No, nunca he tenido suficiente saciaré fijar nuestros ojos en Jesús Cómo bendiga esas pocas dificultades sufridas por su causa.".

Las heridas grabadas en su carne reaparecen poco después de su muerte. Las Hermanas y los fieles de todo el Frignano a ver "el santo" han visto, brillando en la sangre. A través de su intercesión se obtienen gracias y curación, especialmente para madres embarazadas, lactantes o madres.

El 21 de diciembre 1901 el Papa León XIII abrió el proceso de beatificación en la Congregación para las Causas de los Santos, y declaró venerable.
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