Enero 7
Martirologio Romano: En la ciudad de Cenomanum (hoy Le
Mans), en el reino de los francos, san Alderico (Aldric), obispo, que se esforzó
en promover el culto a Dios y a los santos (856).
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
El Santo nació de una noble familia, de ascendencia en parte sajona y en parte bávara, hacia el año 800. A los doce años su padre le envió a la corte de Carlomagno, donde formó parte de la servidumbre de Luis el Piadoso y se ganó la estima de todos.
Hacia el año 821 pasó de Aquisgrán a Metz, para ingresar en la escuela episcopal y recibió la tonsura clerical. Después de su ordenación, el emperador Luis le llamó de nuevo a la corte y le nombró capellán y confesor suyo. El año 832, san Alderico fue elegido obispo de Le Mans. Empleó toda su fortuna y sus fuerzas en socorrer a los pobres, mejorar los servicios públicos, construir iglesias y monasterios y promover la religión. Su fidelidad a Luis el Piadoso y a Carlos el Calvo permaneció inalterable durante las guerras civiles que dividieron el Imperio.
Una facción le expulsó de su sede
durante casi un año, por haber declarado a los monjes de Saint-Calais que
estaban sujetos a su jurisdicción. Tal pretensión del santo obispo no estaba en
realidad justificada, pues se apoyaba en documentos falsificados, aunque no nos
consta que el prelado haya sido personalmente responsable de tal
falsificación.
Han llegado hasta nosotros algunos fragmentos del reglamento que san Alderico redactó para su catedral. En él ordena que se enciendan diez cirios y noventa lámparas en todas las grandes fiestas. También nos son conocidos tres testamentos del santo prelado. El último de ellos es un edificante testimonio de su piedad. En los dos primeros cede tierras y posesiones a muchas iglesias de su diócesis, y da prudentes consejos y reglas para mantener el orden y el espíritu de caridad.
Han llegado hasta nosotros algunos fragmentos del reglamento que san Alderico redactó para su catedral. En él ordena que se enciendan diez cirios y noventa lámparas en todas las grandes fiestas. También nos son conocidos tres testamentos del santo prelado. El último de ellos es un edificante testimonio de su piedad. En los dos primeros cede tierras y posesiones a muchas iglesias de su diócesis, y da prudentes consejos y reglas para mantener el orden y el espíritu de caridad.
Alderico quedó paralítico dos años
antes de su muerte. Confinado al lecho, redobló su fervor y su asiduidad a la
oración. Murió el 7 de enero del año 856, y fue sepultado en la iglesia de San
Vicente, de la que había sido un gran
bienhechor.
=
No hay comentarios.:
Publicar un comentario