San Apolinar de Hierápolis, Obispo
Enero 8
Martirologio Romano: En la ciudad de Hierápolis, en Frigia, san Apolinar, obispo, varón eximio por su doctrina y santidad, que vivió en tiempo del emperador Marco Aurelio. († c.175)
Martirologio Romano: En la ciudad de Hierápolis, en Frigia, san Apolinar, obispo, varón eximio por su doctrina y santidad, que vivió en tiempo del emperador Marco Aurelio. († c.175)
Claudio Apolinar, obispo de Hierápolis de Frigia, llamado «el Apologeta», fue un famoso profesor cristiano del siglo II. A pesar de las alabanzas que le prodigan Eusebio, san Jerónimo, Teodoreto y otros, poco sabemos de su vida. Por otra parte, sus escritos, que eran muy estimados, se han perdido. Focio, que los había leído y era buen juez en la materia, los recomienda por su tema y estilo.
Claudio Apolinar escribió contra los encratitas y otros
herejes, y puso en claro los orígenes filosóficos de los errores de cada secta,
según testifica san Jerónimo. Su última obra fue un ataque contra los
montanistas y sus pretendidos profetas, que habían comenzado a aparecer en
Frigia hacia el año 171. Pero la obra que le hizo famoso fue su apología de la
religión cristiana, que dedicó al emperador Marco Aurelio, poco después de que
dicho príncipe había triunfado sobre la tribu de los cuados, gracias a las
oraciones de los cristianos, como lo mencionaba el
santo.
Como las tropas de Marco Aurelio habían luchado en vano durante largo tiempo por subyugar a los germanos, el emperador resolvió el año 174 ponerse al frente de las operaciones. Había cruzado ya el Danubio, cuando los cuados, un pueblo que habitaba el territorio que más tarde se llamaría Moravia, le rodearon en una posición muy peligrosa para él. Las tropas del emperador no tenían ninguna posibilidad de escapar de las manos de sus enemigos, ni tampoco podían resistir largo tiempo, por falta de agua.
La duodécima legión estaba compuesta principalmente de cristianos. Cuando
el ejército se hallaba a punto de perecer de sed, los cristianos se
arrodillaron, "como acostumbraban hacerlo para orar" -nos dice Eusebio-, y
pidieron a Dios su ayuda.
Súbitamente, el cielo se cubrió de nubes y una espesa lluvia se desató, en
el momento en que los bárbaros se lanzaban al ataque. Los romanos luchaban y, al
mismo tiempo, bebían el agua de la lluvia que recogían en sus cascos, apurándola
enrojecida por la sangre del enemigo. Los bárbaros eran más poderosos que los
romanos; pero un fuerte viento, acompañado de truenos y relámpagos, hizo que la
lluvia les azotara el rostro y les cegara, lo que les obligó a huir
aterrorizados. Tanto los autores paganos como los cristianos relatan esta
victoria. Los autores paganos la atribuyen a un poder mágico o a la intervención
de sus dioses, pero los cristianos lo cuentan como un milagro obtenido por las
oraciones de los legionarios.
Parece que san Apolinar hizo alusión al hecho en la apología que dedicó al
emperador, informando que Marco Aurelio había dado a esa legión el nombre de «la
legión del trueno» en recuerdo de la famosa batalla. Eusebio, Teturliano, san
Jerónimo y san Gregorio de Nisa repiten el dato, tomándolo de san
Apolinar.
Los cuados devolvieron todos los prisioneros y se rindieron incondicionalmente al emperador. En agradecimiento a sus legionarios cristianos, Marco Aurelio publicó un edicto en el que reconocía que debía la victoria «a la tempestad que se había desatado, tal vez, gracias a las oraciones de los cristianos». En dicho edicto, prohibía bajo pena de muerte condenar a los cristianos a causa de su religión. Sin embargo, muchos cristianos fueron todavía condenados a muerte después de la publicación de tal edicto, aunque se dice que sus acusadores recibieron la misma pena.
La "Columna Antoniniana", que se halla en Roma, representa esta victoria del emperador, bajo el símbolo de Júpiter Pluvio; es decir, bajo la figura de un hombre que vuela con los brazos abiertos y una larga barba que parece perderse en la lluvia. Los soldados parecen contentos bajo la tempestad; unos beben ávidamente, mientras otros se baten con el enemigo; los bárbaros se hallan tendidos en el suelo con sus caballos, y la tempestad se descarga furiosamente sobre ellos.
En la actualidad, la certeza de esta leyenda, que Eusebio parece haber
tomado de la Apología de san Apolinar, es todavía materia de discusión. Por una
parte, es seguro que no fue Marco Aurelio quien dio a la «Legión de trueno» el
nombre de «Legio fulminata», que proviene de la época de Augusto; pero, por otra
parte, los hechos no tienen en sí mismos nada de inverosímil. Es muy natural que
los cristianos de la época hayan atribuido tan sorprendente victoria a las
oraciones de sus correligionarios. No existe documento pagano que confirme la
existencia del famoso edicto del emperador en favor de los cristianos. Aun los
historiadores que defienden la exactitud de los hechos narrados admiten que el
texto del edicto está interpolado.
Es posible que san Apolinar haya compuesto su apología dedicada al emperador, hacia el año 175, a fin de recordarle la gracia que Dios le había hecho por las oraciones de los cristianos, e implorar al mismo tiempo su protección. No poseemos datos exactos sobre la muerte de san Apolinar, que aconteció probablemente antes de la de Marco Aurelio
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Autor: Alban Butler | Fuente: "Vidas de los Santos" de
Alban Butler
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