San Julián de Antioquía, Mártir
Enero 9
Nació San Julián en la ciudad de Antioquía (en Siria), de una familia
que se preocupó por darle una muy buena formación religiosa.
Los papás querían que se casara con una joven muy virtuosa y de familia
muy rica, pero Julián tuvo una visión en la cual vio algunos de los
premios que Dios reserva para quienes conservan su virginidad y narró su
visión a la novia. Y entonces los dos, de común acuerdo, hicieron voto
de castidad o sea un juramento de conservarse siempre puros. Los papás
creían que ellos formarían un hogar, pero los novios se habían
comprometido a conservar para siempre su virginidad. Y poco tiempo
después murieron los padres de los dos jóvenes, y entonces Julián y su
prometida se fueron cada uno a un desierto a orar, y a hacer penitencia y
cada cual fundó un monasterio. Julián un monasterio para hombres y ella
uno para mujeres.
Muchos hombres deseosos de conseguir la
santidad se fueron a acompañar a Julián en su vida de religioso y lo
nombraron superior. El los dirigió con especial cariño y con gran
prudencia. Era el que más duro trabajaba, el que mayores favores hacía a
todos y el más fervoroso en la oración. Y dedicaba muchas horas a la
lectura de libros religiosos y a la meditación.
Su vida fue una continua Cuaresma, o sea un ayunar y guardar abstinencia y orar y meditar, todos los días, sin cansarse.
A los súbditos nunca los reprendía con altanería ni con malos modos o
delante de los demás, sino en privado, con frases amables, comprensivas y
animadoras, que les demostraban el gran aprecio y amor que les tenía, y
que llegaban al fondo del alma y obtenían verdaderas conversiones.
Los religiosos decían que Julián era muy exigente y duro para sí mismo,
pero admirablemente comprensivo y amable para con los demás, y que
gobernaba con tal prudencia y caridad a los monjes que éstos se sentían
en aquél desierto más felices que si estuvieran en el más cómodo
convento de la ciudad.
La persecución. Y sucedió que estalló en
Antioquía la persecución contra los cristianos, y el gobernador
Marciano ordenó apresar a Julián y a todos sus monjes. Centenares de
cristianos fueron siendo quemados por proclamar su amor a Jesucristo, y
cuando le llegó el turno a nuestro santo, se produjo el siguiente
diálogo entre el perseguidor y Julián:
- Le ordenamos que adore la estatua de nuestro emperador.
- Yo no adoro sino única y exclusivamente al Dios del cielo.
- Su Dios y emperador es el Cesar de Roma.
- Mi jefe a quien adoro y obedezco es Nuestro Señor Jesucristo.
- ¿Cómo se le ocurre creer en uno que fue crucificado?
- Es que el crucificado ya resucitó y está sentado a la derecha de Dios Padre.
- ¿Te ríes de nuestros dioses y del emperador? Pues ahora que te atormenten te arrepentirás de haber procedido así.
- Dios ayuda a los que son sus amigos, y Cristo Jesús, que es muchísimo
más importante y poderoso que el emperador, me dará las fuerzas y el
valor para soportar los tormentos.
El perseguidor, viendo que
con amenazas no lo conmueve, se propone cambiar de táctica y ofrecerle a
Julián grandes premios si deja la santa religión.
- Tus padres
eran personas muy importantes en esta ciudad. Si dejas de ser cristiano
y adoras a nuestros dioses, te concederemos puestos de primera clase.
- Mis padres me están observando desde el cielo y se sienten muy
contentos y muy honrados de que yo proclame mi fe en Cristo y derrame
por El mi sangre.
Empiezan a darle a Julián terribles
latigazos, con fuetes que tienen pedacitos de hierro en los extremos,
pero uno de los verdugos al retirar rápidamente el fuete, es herido
gravemente en un ojo por la punta de hierro del látigo. Julián oye el
grito de dolor y llamando al verdugo le coloca sus manos sobre el ojo
destrozado y se obtiene inmediatamente la curación.
Los
verdugos le cortan la cabeza al santo, pero en ese momento el joven
Celso, hijo del perseguidor Marciano, al ver con qué gran valentía y
alegría ha ido a la muerte este amigo de Cristo, se declara él también
seguidor de Jesús y se hace cristiano. Esta conversión fue considerada
como un verdadero milagro espiritual obtenido por el martirio de Julián.
Y los amigos de Jesús queremos proclamar siempre y en todas partes
nuestra fe, y preferir mil muertes y diez mil tormentos, antes que dejar
nuestra santísima religión por irnos a religiones falsas que ni dan
felicidad en esta vida ni consiguen salvación eterna.
San Julián: pídele a Cristo que nosotros logremos perseverar fieles a nuestra santa religión hasta la muerte.
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Fuente del Texto: EWTN
Imagen Cortesía de: Ramon Rabre
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Santos
Julián y Basilisa: la noche de sus bodas, cuando Julián entró al
aposento nupcial sintió un fuerte un olor a lirios y rosas, aunque
estaban en invierno. Esto les movió a guardar la virginidad aún casados.
Dato del Blog: preguntasantoral.blogia.com
Comunidad Católica Vidas Santas Páginas Católicas... dedicadas a las personas que aman la Vida de los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios del Mundo! En la vida de los hombres y mujeres llamados Santos encontraremos un camino a seguir en el deambular por este valle de lágrimas que es nuestra vida en la Tierra. En ella se busca el lema de la Paz, la Tolerancia y la Caridad, en un intento de recoger el máximo de imágenes de Santos
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