San Luciano de Antioquía, Sacerdote y Mártir
Enero 7
Martirologio Romano: En la ciudad de Nicomedia, en Bitinia, pasión de
san Luciano, presbítero de la Iglesia de Antioquía y mártir, el cual,
ilustre por su doctrina y elocuencia, al ser llevado ante el tribunal,
en medio de continuos interrogatorios acompañados de tormentos se
mantuvo intrépido en confesarse cristiano (312).
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los
documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del
clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que
tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue
canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los
Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
San Luciano nació en Samosata de Siria. Se distinguió en la retórica y
la filosofía. Bajo la dirección de Macario de Edesa, se consagró al
estudio de la Sagrada Escritura. Persuadido de que su deber de sacerdote
consistía en entregarse totalmente al servicio de Dios y al bien de sus
prójimos, no se contentó con predicar con el ejemplo y la palabra la
práctica de la virtud, sino que emprendió una revisión de todo el
Antiguo y Nuevo Testamento, para corregir los errores debidos a la falta
de atención de los copistas y a otras causas. Sea que haya revisado
simplemente el texto del Antiguo Testamento, comparando las diferentes
ediciones de los Setenta; sea que, gracias a sus conocimientos de
hebreo, haya podido hacer las correcciones, a partir del texto original,
lo cierto es que su edición de la Biblia fue muy estimada y que resultó
de gran utilidad a San Jerónimo.
San Alejandro, obispo de
Alejandría, cuenta que Luciano estuvo separado de la comunión católica
en Antioquía bajo tres obispos sucesivos. Es posible que haya favorecido
exageradamente al hereje Pablo de Samosata, condenado en Antioquía el
año 269. En todo caso, está fuera de duda que Luciano murió en la
comunión de la Iglesia, como lo demuestra el fragmento de una de sus
cartas a la Iglesia de Antioquía que se conserva en la Crónica
Alejandrina. Aunque pertenecía a la diócesis de Antioquía, le
encontramos en Nicomedia el año 303, en el momento en que Diocleciano
publicaba sus primeros edictos contra los cristianos. Sufrió ahí una
larga prisión por la fe, y desde su mazmorra escribía: "Todos los
mártires te saludan. Te comunico que el sacerdote Antimo (obispo de
Nicomedia) ha sido martirizado." La carta es del año 303; pero Eusebio
nos dice que San Luciano no obtuvo la corona del martirio, sino después
de la muerte de San Pedro de Alejandría, en 311, de suerte que su
prisión parece haber durado nueve años más.
Después de tan
larga espera compareció ante el gobernador, o tal vez ante el mismo
emperador, pues la palabra que usa Eusebio para designar a su juez es
ambigua. En su defensa, Luciano hizo una excelente apología de la fe
cristiana. El juez le devolvió a la prisión y dio la orden de privarle
de todo alimento; dos semanas más tarde, cuando estaba medio muerto de
hambre, el carcelero le presentó un plato de carne que había sido
ofrecida a los ídolos, pero él no quiso tocarla. La acción de comer la
carne ofrecida a los ídolos no era ilícita en sí misma, como lo explica
San Pablo, excepto cuando podía ser un escándalo para los débiles, o
cuando equivalía a un acto de idolatría, como en el caso presente.
Llevado por segunda vez ante el tribunal, la única respuesta que dio a
cuantas preguntas se le hicieron fue: "Soy cristiano." En el potro
siguió repitiendo estas palabras, y terminó su gloriosa carrera en la
prisión, muriendo por hambre o bien por la espada, como lo afirma San
Juan Crisóstomo.
En sus actas se cuentan muchos de sus milagros
y algunos detalles de su martirio. Por ejemplo, cuando se encontraba en
la prisión, encadenado al suelo, celebró la misa sobre su propio pecho y
repartió la comunión a los fieles que se hallaban presentes.
Filostorgio, historiador arriano, narra también este hecho. San Luciano
murió en Nicomedia de Bitinia, el 7 de enero del año 312, y fue
enterrado en Drepano (Helenópolis).
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