Santa María Magdalena de Pazzi, Maestra de Novicias
Mayo 25
Martirologio Romano: Santa María Magdalena de Pazzi, virgen de la Orden de Carmelitas, que en la ciudad de Florencia, en la Toscana, llevó una vida de oración abnegadamente escondida en Cristo, rezando con empeño por la reforma de la Iglesia. Distinguida por Dios con muchos dones, dirigió de un modo excelente a sus hermanas hacia la perfección. († 1607)
Martirologio Romano: Santa María Magdalena de Pazzi, virgen de la Orden de Carmelitas, que en la ciudad de Florencia, en la Toscana, llevó una vida de oración abnegadamente escondida en Cristo, rezando con empeño por la reforma de la Iglesia. Distinguida por Dios con muchos dones, dirigió de un modo excelente a sus hermanas hacia la perfección. († 1607)
Fecha de canonización: 28 de abril de 1669 por el Papa Clemente IX
La familia de Pazzi, a cuyo nombre está unida la famosa conjuración contra el gran duque de Médici, en tiempos de nuestra santa, era todavía de las más importantes de Florencia. Catalina de Pazzi (María Magdalena es el nombre que asumió la santa carmelita el día de su profesión religiosa) nació en 1566, en un siglo rico de acontecimientos en la historia civil y religiosa de Italia y caracterizado por el florecimiento excepcional de grandes santos.
La familia de Pazzi, a cuyo nombre está unida la famosa conjuración contra el gran duque de Médici, en tiempos de nuestra santa, era todavía de las más importantes de Florencia. Catalina de Pazzi (María Magdalena es el nombre que asumió la santa carmelita el día de su profesión religiosa) nació en 1566, en un siglo rico de acontecimientos en la historia civil y religiosa de Italia y caracterizado por el florecimiento excepcional de grandes santos.
También María Magdalena de Pazzi participó en la situación histórica y
social de su tiempo escribiendo cartas muy valientes al Papa, a los cardenales,
a los obispos y a los príncipes, señalando las causas de los males que afligían
a la Iglesia, que ella atribuía a las deficiencias espirituales de los
cristianos y de sus pastores.
Este es uno de los lados maravillosos de la santa, asociada a la pasión de Cristo con los estigmas y otros fenómenos místicos como las visiones, los éxtasis, los arrobamientos, durante los cuales trataba de difíciles cuestiones teológicas.
Este es uno de los lados maravillosos de la santa, asociada a la pasión de Cristo con los estigmas y otros fenómenos místicos como las visiones, los éxtasis, los arrobamientos, durante los cuales trataba de difíciles cuestiones teológicas.
Tres hermanas, encargadas por el director espiritual, transcribían las
revelaciones de Sor María Magdalena. El libro, titulado Contemplaciones y
redactado de ese modo tan excepcional es considerado como un importante tratado
de teología mística, y al mismo tiempo nos revela el itinerario espiritual de la
santa, que a los 18 años había entrado al más austero convento florentino, el de
las carmelitas.
Desde muy niña, Catalina de Pazzi se mostró más inclinada a la devoción que a la vida cómoda de su tiempo. Efectivamente, tuvo el privilegio, en ese tiempo muy raro, de hacer la primera Comunión a la edad de diez años.
Desde muy niña, Catalina de Pazzi se mostró más inclinada a la devoción que a la vida cómoda de su tiempo. Efectivamente, tuvo el privilegio, en ese tiempo muy raro, de hacer la primera Comunión a la edad de diez años.
Después de darle el adiós al mundo y de haber cambiado nombre, Sor María
Magdalena fue dócil instrumento de la gracia divina, atravesando todos los
estadios de la experiencia mística, desde las audacias de la contemplación hasta
las torturantes pruebas de la noche de los sentidos, en la oscuridad abismal de
la aridez espiritual, que duró cinco años, durante los cuales fue probada en la
fe, en la esperanza y en la caridad. Y, finalmente, en Pentecostés de 1590, su
espíritu quedó nuevamente sumergido por la brillante luz del éxtasis,
fortaleciéndose para la nueva prueba sucesiva, la del dolor físico.
Martirizada en el cuerpo por llagas dolorosísimas, cuando el dolor se hacía
insoportable, Sor María Magdalena, que había sido nombrada maestra de novicias,
hallaba la fuerza para repetir las palabras que se convirtieron en el lema de su
vida: “Pati, non mori”, sufrir y no morir. Murió el 25 de mayo de 1607, en el
convento de Santa María de los Ángeles, en Florencia.
Fue canonizada el 28 de abril de 1669 por el Papa Clemente IX.
=
Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
No hay comentarios.:
Publicar un comentario