Beato Juan de Prado, Sacerdote y Mártir
Mayo 24
Sacerdote franciscano español, misionero y mártir en Marruecos.
Nació el Beato Juan de Prado en Morgovejo, en el reino de León, de una
familia ilustre en toda España.
A los cinco años quedó huérfano, por lo que un sacerdote, movido a piedad,
le envió a Salamanca para su educación; pero desaparecidos sus bienes por culpa
de su tutor, bien pronto empezó a sentir gran fastidio por el mundo; y a los
veinticuatro años abrazó el estado religioso tomando el hábito franciscano en la
Provincia de San Gabriel.
Desde el primer momento se distinguió por su gran amor a la perfección, y,
estudiada la teología, fue destinado a predicar y confesar, ministerios para los
cuales estaba favorecido del cielo con dotes singulares. Estas ocupaciones no le
impedían la presencia continua de Dios y el ejercicio de la santa oración, en la
que concibió deseos de pasar a tierra de infieles para ejercer allí su
apostolado, aunque todavía no era el momento oportuno. Mientras llegaba éste, se
dio a la austera mortificación de su carne, ayunando todo el año, durmiendo en
el suelo y macerándose con cilicios y disciplinas. A la mortificación exterior
unía la del espíritu, obedeciendo a todos, hasta a los novicios, haciendo los
oficios más humildes aun siendo Guardián de Badajoz y de Sevilla.
A pesar de ser angelical, le levantaron una grave calumnia contra la
pureza, que soportó en silencio sin defenderse, manifestando que sólo sentía el
escándalo y el desdoro de la Orden. Bien pronto resplandeció su inocencia, y
dadas todas las satisfacciones imaginables, fue nombrado Provincial en atención
a su prudencia, a su severidad consigo mismo y su celo por la observancia.
Pudo conseguir, no sin graves dificultades, el permiso para trasladarse a
Marruecos, para lo que obtuvo licencia de Urbano VIII, y en Mazagán se dedicó
con gran celo a la evangelización de los soldados y demás fieles, que estaban
muy abandonados en sus deberes religiosos.
Quiso salir de Mazagán para la capital, adonde iba destinado, pero se lo
impidieron repetidas veces con pretextos de prudencia hasta que acompañado de
otro fraile, el P. Matías, logró sus anhelos. Al llegar a las cercanías de
Marrakech y ver a los esclavos cristianos, abrazóse a ellos, los consoló y les
prometió dedicarse por completo a la atención de sus almas. Bien pronto tuvo
noticia el Sultán de la llegada de los dos religiosos, y los hizo comparecer en
su presencia. Al conocer el objeto de su venida, los encerró en un calabozo,
cargados de cadenas. Venía con ellos un fraile hermano lego, a quien, como al P.
Matías, había profetizado el beato Juan la próxima libertad después de morir
él.
Los obligaron a moler diariamente muchos kilos de sal para fabricar
pólvora, y cuando no terminaban la cantidad de labor señalada, les castigaban
con palos. Sus cadenas no les impedían decir misa cotidianamente, enseñar y
alentar a los cautivos y trabajar en la conversión de los paganos. Cuantas veces
fue llamado a la presencia del rey, otras tantas dio respuestas dignas de los
primeros mártires del cristianismo, tan claras y enérgicas, con tales razones,
que parecían convencer o al menos confundir al rey.
Un día, por fin irritado del valor intrépido del santo, lo mandó azotar
atado a una columna, y como no cesase de predicar la fe cristiana, el mismo rey
le dio un fuerte golpe en la cabeza con su cimitarra. Después lo asaetearon y,
como aun tuviera vida, después de darle muchas puñaladas, lo echaron en una
hoguera para quemarlo vivo. Allí lo remataron a pedradas, rompiéndole el cráneo
de un cruel hachazo.
Sus venerandos restos fueron traídos a España por sus compañeros, y
recibidos con gran honor en Sanlúcar de Barrameda por el duque de Medina
Sidonia, siendo trasladados años después a Santiago de Galicia.
Sufrió el martirio el 24 de mayo del año 1631, a los sesenta y ocho años de
edad.
Glorioso por los milagros que obraron sus sagradas reliquias, lo beatificó
Su Santidad Benedicto XIII, siendo venerado como patrón y protector de las
misiones franciscanas de Marruecos.
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Fuente: Franciscanos.org
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