Beato Tomás Acerbis de Olera, Laico Capuchino
Mayo 3
Martirologio Romano: En Innsbruck, Austria, Beato Tomás Acerbis de Olera, laico profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos († 1631)
Martirologio Romano: En Innsbruck, Austria, Beato Tomás Acerbis de Olera, laico profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos († 1631)
Fecha de beatificación: 21 de septiembre de 2013, durante el pontificado de
S.S. Francisco
Fray Tomás de Olera fue un campeón de la defensa de la fe y la promoción de la piedad popular en Tirol y Véneto en la primera mitad del siglo XVII.
Fray Tomás de Olera fue un campeón de la defensa de la fe y la promoción de la piedad popular en Tirol y Véneto en la primera mitad del siglo XVII.
Se llamaba Tomás Acerbis y nació en el pequeño pueblo de Olera, situado en
el Val Seriana (Bérgamo) en 1563, fue pastor hasta los 17 años, cooperando así
con sus padres para su subsistencia dada la pobreza en la que su familia vivía,
nunca pudo estudiar -en la región no había escuelas- por lo que era
analfabeto.
El 12 de septiembre de 1580, ya con 17 años, ingresó a la Orden Franciscana
Capuchina en el convento de Verona, donde aprendió a leer y escribir, probando
ser un joven novicio lleno de todas las virtudes.
Hizo su profesión el 5 de julio de 1584 recibiendo la tarea mendigar en
Verona (hasta 1605) y luego en Vicenza (hasta 1612) y en Rovereto (entre 1613 y
1617). En sus recorridos fuera del convento logró reconciliaciones y el perdón
entre las personas, visitó y consoló a los enfermos, escuchaba y dio animo a los
pobres, denunciando el mal y logró muchas conversiones.
Su obra de apostolado se alimentada de la oración nocturna, la penitencia
que infligía a su cuerpo, el ayuno y la austeridad; fue inspirador
-especialmente entre las damas- de muchas vocaciones religiosas. Entre 1612 y
1613 promovió la construcción del monasterio capuchino en Vicenza, cerca de
Porta Nuova; el mismo esfuerzo lo dedicó luego a la construcción del monasterio
de las clarisas en Rovereto, construido en 1624.
En 1618 se encuentra en Padua como portero del convento, desde have ya un
año antes era amigo y guía espiritual de Ippolito Guarinoni Hall, un hombre de
ciencias y médico de la corte de Innsbruck; en 1619 por presión del archiduque
del Tirol, Leopoldo V de Habsburgo, fue destinado a Innsbruck como
mendicante.
Pero allí no sólo fue un mendicante, fue el guía espiritual de “Virgen de
Hall”, un centro educativo para las nobles niñas tirolesas. Mediante cartas, y
entrevistas en palacio, dirigió espiritualmente a las archiduquesas María
Cristina y Leonor de Habsburgo, hermanas de Leopoldo V, así como a Claudia de
Medici esposa del archiduque.
Cuidó la vida espiritual de Fernando II, emperador de Austria, siendo su
consejero durante la Guerra de los Treinta Años (1618-48); fue amigo y consejero
de los duques de Baviera Maximiliano I e Isabel, con su corte en Mónaco, donde
en 1620 fue capaz de convertir al catolicismo al ex luterano duque de Weimar;
entre 1620 y 1621 en la corte imperial de Viena logró la conversión desde el
luteranismo de la viuda del conde de Lerchenverg, George Fleicher, Eva Maria
Rettinger que llegó a ser la abadesa del monasterio benedictino en
Salzburgo.
Estrictamente fue un simple hermano lego, no fue sacerdote, pero era capaz
de hablar bien acerca de Dios, suscitando en quien lo escuchara asombro y
sorpresa, educando la fe de las personas -sean gobernantes, humildes o nobles- e
impregnándolo todo con amor.
La obediencia y humildad le hizo ser el "hermano mendicante" durante casi
50 años y ser consejero del arzobispo Paris Lodron, príncipe de Salzburgo. Llevó
a cabo trabajo social a favor de los mineros de Taufers y en los valles del Inn
y del Adigio; luchó contra las ideologías luteranas que se expandían
rápidamente.
En sus escritos reconoce ya la Inmaculada Concepción y la Asunción de
Nuestra Señora a los cielos; peregrinó en tres ocasiones (1623, 1625, 1629) a la
Santa Casa de Loreto, fue el promotor de la construcción de la primera iglesia
en la tierra de lengua alemana dedicada a la Inmaculada Concepción, su
levantamiento se inició en 1620, obra que con diversas ayudas y la superación de
dificultades de todo tipo, se completó en 1654, es considerado un monumento
nacional en Austria.
Fray Tomás de Olera murió piadosa y devotamente el 3 de mayo de 1631 y fue
enterrado en la cripta de la Capilla de Nuestra Señora, en la iglesia de los
Capuchinos en Innsbruck. En los siglos siguientes, la Iglesia ha dado testimonio
de la fama de santidad y del brillante trabajo realizado por el humilde fraile
de Bérgamo, que fue capaz de hablar de Dios -sin problemas- a los pobres y a los
poderosos de su tiempo.
El Papa Juan XXIII lo definió como "verdadero y santo maestro espiritual",
Pablo VI lo recordó cómo "valioso instrumento de la renovación espiritual... que
brilla en la historia de esa época gloriosa junto con los más ardientes
defensores de la Reforma Católica".
Siglos después de su retorno a la casa del Padre, el 28 de febrero de 1967,
en Bérgamo, se comenzó el proceso de información, la introducción del decreto de
la causa de beatificación se llevó a cabo el 4 de diciembre de 1980, el decreto
sobre las virtudes y el título de Venerable se firmó el 23 de octubre de 1987, y
el 10 de mayo de 2012 se promulgó el decreto, firmado por S.S. Benedicto XVI,
que reconoce un milagro gracias a la intercesión del Venerable Tomás de Olera,
lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el
21 de septiembre de 2013.
El milagro en cuestión ocurrió el 30 de enero de 1906 (have 106 años) en la
localidad italiana de Vicenza, donde Bartolomé Valerio, de 31 años, se
encontraba en estado crítico debido a una gravísima enfermedad respiratoria que
iba a acabar con su vida. La familia, lejos de perder la esperanza, situó debajo
de la almohada del enfermo una estampa de Tomás de Olera, pidieron su
intercesión y se produjo la inexplicable e inmediata curación.
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Fuente: santiebeati.it
Traducción: Xavier Villalta
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