Beato Joaquín Màe Sukedayu y nueve compañeros, Mártires
Mayo 17
†: 1627 - país: Japón
canonización: B: Benedicto XVI 24 nov 2008
En el monte Unzen, en Nagasaki, beatos mártires Joaquín Màe Sukedayu, Pablo Nishida Kyuha, María, Juan Marsutake Shozaburo, Samurai, Bartolomé Bada Han'emon, Luis Sukeemon, Pablo Onizuka Magoemon, Luis Hayashida Soka, Magdalena Hayashida y Pablo Hayashida.
canonización: B: Benedicto XVI 24 nov 2008
En el monte Unzen, en Nagasaki, beatos mártires Joaquín Màe Sukedayu, Pablo Nishida Kyuha, María, Juan Marsutake Shozaburo, Samurai, Bartolomé Bada Han'emon, Luis Sukeemon, Pablo Onizuka Magoemon, Luis Hayashida Soka, Magdalena Hayashida y Pablo Hayashida.
Del escrito de todo el conjunto se transcribe la sección correspondiente a
este grupo:
Son un grupo de veintinueve, todos ellos indicados con sus nombres y datos
concretos. Destacan el samurai Pablo Uchibori, con sus tres hijos, y el anciano
señor ("tono") de la aldea Hachirao, Pablo Onizuka, padre del mártir beato Pedro
Onizuka, s.j., quemado vivo en 1622. Pero los veintinueve mártires se
distribuyen en tres grupos, según la fecha del martirio: 21 de febrero, 28 de
febrero y 17 de mayo de 1627.
Casi todos habían sufrido anteriormente cárcel y torturas. Algunos son
descendientes o familiares de mártires. Otros mueren con su esposa e hijos.
Algunos eran catequistas o jefes de aldeas, o habían hospedado a los misioneros
ocultos, arriesgando su propia vida.
A los tres hijos de Pablo Uchibori, antes de matarlos y arrojarlos al mar
(21 de febrero de 1627), les cortaron los dedos de las manos, ante su padre y
ante un gran grupo de condenados al martirio, para presionarlos a apostatar. El
niño Ignacio Uchibori, de cinco años, sufrió la mutilación con gran serenidad,
levantando sus dedos y mano mutilada y sangrienta, con la admiración de todos
los presentes. Con ellos murió del mismo modo, con los dedos mutilados y
arrojada al mar, Gracia, esposa de Tomás Soxin, porque no quiso renegar de la
fe; también mataron allí mismo, arrojándolos al mar, a otros doce.
Cinco de los veintiséis mártires de la presente lista, martirizados en los
sulfatos del monte Unzen —en dos grupos y fecha distinta: 28 de febrero y 17 de
mayo— son firmantes, entre otros doce, de la carta dirigida anteriormente a
Pablo V (18 de octubre de 1620), expresando su disponibilidad de "ofrecer
nuestras vidas en testimonio de Cristo y de la santa Iglesia romana... Nada
tenemos tan grabado en el corazón como el padecer el martirio, cuando la ocasión
se ofrezca, con la gracia de Dios".
El samurai Pablo Uchibori, ya desde las torturas en la cárcel y durante los
tormentos de los sulfatos, animaba a todos sus compañeros a perseverar en la fe,
mientras él y otros eran torturados y mutilados en rostro y manos. Murió
diciendo: "Alabado sea el Santísimo Sacramento". De él se conserva una carta
escrita desde la cárcel, en la que explica el martirio de otros mártires
anteriores y su propia disponibilidad martirial por amor a Cristo: "Deseo
padecer por su amor".
Todos murieron orando, fuertes en la fe y con alegría, a veces dejando
escritas, durante el trayecto hacia el martirio, expresiones poéticas de
despedida, como hicieron los mártires Joaquín Mine y Bartolomé Baba con esta
afirmación: "Hasta ahora creía que el cielo estaba muy lejos; ahora, viéndolo
tan cerca, me llena de alegría". El samurai Juan Marsutake murió orando: "¡Señor
Jesús, no me dejéis de vuestra mano!". Los testigos han dejado constancia de la
actitud martirial de todos.
Del escrito de Juan Esquerda Bifet (ver texto del grupo).
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fuente: «L`Osservatore Romano»
Tomado de: El Testigo Fiel
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