San Antonino de Florencia o Pierozzi, Obispo
Mayo 2
Mayo 2
Martirologio Romano: En Florencia, de la Toscana,
en Italia, san Antonino, obispo, quien, después de llevar a cabo una labor de
reforma en la Orden de Predicadores, se consagró con diligencia al ministerio
pastoral de su diócesis, resplandeciendo por su santidad y por su provechosa y
sistemática predicación. (1389-1459).
Antonio Pierozzi, llamado Antonino por su pequeña estatura,
nació en 1389, y era hijo de un notario florentino. Desde muy joven entró al
convento de los Dominicos, en donde fue recibido por el Beato Juan Dominici, a
quien recitó de memoria las Decretales de Gracián, para demostrar su preparación
cultural, a pesar de ser autodidacta. Del año 1413, año de su ordenación
sacerdotal, al año 1446, cuando fue elegido arzobispo de Florencia, ocupó varios
cargos en su Orden: Vicario, Visitador, Prior en Fiesole, en Roma, en Nápoles y
en Florencia.
A él se debe el mérito de haber encargado al Beato Angelico
la tarea de decorar con frescos el convento de San Marcos en Florencia. Entre
tanta actividad maravilla el hecho de haber tenido tiempo para escribir
numerosas obras, entre las cuales merece una mención particular la Summa moral,
definida “una grande enciclopedia sistemática del pensamiento y de la práctica
de la vida cristiana”. En todos sus escritos se nota la tendencia a descartar
las “doctrinas sublimes” para detenerse solamente en lo que consideraba útil
para él y para los demás.
Era un hombre práctico, sensible a los problemas sociales
de su tiempo, deseoso de dar un significado cristiano a los nuevos fermentos
humanísticos. Lo llamaban ingeniosamente “Antonino de los consejos” por su
extraordinaria versatilidad en el campo religioso, jurídico, político y
económico, que lo ocupaba diariamente en audiencias a los numerosos visitantes
de toda clase que iban a plantearle sus problemas. Cuando quedó vacante la sede
episcopal de Florencia, el Papa Eugenio IV lo nombró arzobispo, parece que por
sugerencia del Beato Angelico, que en ese momento estaba en Roma haciendo una
obra de arte por encargo del Papa.
El primero en maravillarse, e incluso hasta asustarse ante
el inesperado nombramiento, fue el humilde fraile Antonino, que huyó a
esconderse en Maremma. Su delicada salud y los achaques físicos que lo
acompañaron desde su juventud, desde que era novicio, no le impidieron
desarrollar una actividad prodigiosa. A lomo de mula cabalgaba como un humilde
fraile para visitar todas las parroquias de su diócesis y de las sufragáneas de
Fiesole, Pistoia y Prato.
El pueblo florentino lo amaba mucho, y él defendió sus derechos aun contra el mismo Cosimo de Medici, de quien era amigo. Humilde e ingenioso, celoso y bondadoso, el buen pastor se entregó de lleno a su grey hasta la víspera de su muerte, el 2 de mayo de 1459. Fue canonizado por Adriano VI el 31 de mayo de 1523.
El pueblo florentino lo amaba mucho, y él defendió sus derechos aun contra el mismo Cosimo de Medici, de quien era amigo. Humilde e ingenioso, celoso y bondadoso, el buen pastor se entregó de lleno a su grey hasta la víspera de su muerte, el 2 de mayo de 1459. Fue canonizado por Adriano VI el 31 de mayo de 1523.
En muchos lugares a San Antonio de Florencia lo siguen
recordando en la fecha en la que apareciá en el antiguo santoral: el 10 de
Mayo.
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Autor: P. Ängel Amo | Fuente: Catholic.net
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