sábado, mayo 11, 2013

San Gangulfo de Varennes, Mártir Laico

San Gangulfo de Varennes, Mártir Laico
Mayo 11

Martirologio Romano: En Varennes, de la región de Langres, Francia, san Gangulfo. († 760)
San Gangulfo era un caballero de Borgoña que durante algún tiempo fue mayordomo de palacio en época de Pipino el Breve. Éste le profesaba mucho aprecio. Gangulfo se casó con una joven de alta dignidad, la cual le traicionó escandalosamente al cabo de muchos años de matrimonio.

Como no consiguiese nada con sus exhortaciones, san Gangulfo se retiró discretamente a su castillo de Avallon (ciudad entre Auxerre y Autun), no sin dejar a su mujer bien provista de dinero. En dicho castillo se entregó el santo a la penitencia y al socorro de los pobres.

Según cuenta la leyenda, San Gangulfo murió asesinado por el amante de su esposa, a quien ésta había incitado a darle muerte una noche, en su propio lecho. La distribución de las reliquias del santo y la fama de sus milagros popularizaron, más tarde, su culto en Holanda, Bélgica y Saboya.
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«Vidas de los santos», Alban Butler

Gengolfo o Gangulfo, nació en la primera mitad del siglo VIII, en Varennes-sur-Amance, población situada en el territorio de Langres, en la región de Champaña-Ardenas y en el departamento de Alto Marne, Francia. El recién nacido, quiso Dios que viera la luz del mundo, en el seno de una de las familia más ilustres de Borgoña. Desde su más tierna infancia Gengolfo recibió una exquisita educación, la cual le fue proporcionada por sus padres, los cuales eran unos cristianos enormemente virtuosos y temerosos de Dios.

Así pues, se puede decir que desde la cuna, Gengolfo se fue impregnando de la enorme espiritualidad reinante en el seno familiar. Conforme fueron pasando los años y Gengolfo tuvo la edad requerida, comenzó su formación en la carrera militar, como correspondía, a su rango de nobleza. Pero Gengolfo además de su formación militar, se dedicó en fomentar su formación cultural, pero muy especialmente en perfeccionar su formación religiosa.

Quizás por su dedicación a los estudios, en su juventud Gengolfo, era conocido por su gran honestidad, castidad y decencia. Debido a su profunda religiosidad, visitaba las iglesias y estudiaba los textos religiosos, evitando la compañía de libertinos. Cuando tuvo la edad requerida y la formación de la carera militar complementada, fue nombrado caballero de Pipino el Breve.

Después de su nombramiento, Gengolfo, fue fiel servidor de Pipino el Breve, mayordomo del palacio de los reyes merovingios y verdadero poseedor del poder real. El noble Gengolfo de Varennes, fue un borgoñón, amigo de Pipino el Breve, quien se hacía acompañar de él en sus campañas, para aconsejarse de su sabiduría y aprovecharse de sus ejemplos virtuosos.

Pero quiso el destino, que cuando Gengolfo más feliz era, sus padres murieron, motivo por el cual se convirtió de la noche a la mañana en un propietario excepcional, Cuido de la economía del hogar y de los campos con enorme facilidad, donando parte de su capital a las iglesias y a los más desfavorecidos de la región. Una vez llegado el momento de casarse, Gengolfo eligió a una mujer que no compartía sus virtudes.

Al poco tiempo de contraer matrimonio, Gengolfo como un noble importante, participó en las guerras de la época, pero también se dedicó a la predicación del Evangelio en Frisia. Una vez de regreso de dichas misiones bélicas, Gengolfo en un viaje a Borgoña, se encontró con una propiedad en Bassigny, en la cual había una fuente, de la cual brotaba un agua dulce y riquísima.

Tanto le gusto la propiedad y el agua, que Gengolfo compró los terrenos y el derecho a las aguas del manantial, no obstante sus amigos se burlaban de él, porque no se podía llevar la fuente a casa. Pero cuando Gengolfo, regresó a su casa, tanto deseaba el agua que dio un golpe en el suelo con un bastón y al día siguiente milagrosamente brotó de la tierra una nueva fuente de agua dulce y según dicen se secó la fuente de Bassigny.

Sobre esta nueva fuente, en el siglo XIII, se construyó una capilla, que sería expropiada y anexada a un palacete, cuyos dueños drenaron la fuente, que era tenida por sanadora. El noble Gengolfo estaba casado con una mala mujer, que le era infiel, pues cometía adulterio con un sacerdote, cada vez que su esposo estaba de viaje, tan escandalosa era la situación, que Gengolfo se enteró y cuestionó a su mujer.

Sin embargo su esposa le proclamaba su inocencia, negándolo todo, pero Gengolfo no la creyó y quiso que probara su inocencia ante Dios. Para ello la sometió a una versión de la prueba del fuego, si decía la verdad y tocaba las brasas no te quemabas, pero si mentías sí te quemabas.

Pero en esta ocasión Gengolfo, para hacerla más difícil, llevó a su mujer junto a la mencionada fuente y le dijo: “Si eres inocente no te hará daño, pero si eres culpable, Dios te juzgará”. La esposa de Gengolfo, metió la mano en el agua que estaba brotando y milagrosamente la sacó totalmente escaldada, aullando de dolor, como si de agua hirviendo se tratara.

Al instante Gengolfo se separó de ella, pues dicha prueba confirmaba el adulterio, pero no le aplicó las severas leyes establecidas para los adúlteros, sino que fue benevolente e indulgente, pues esperaba recuperarla, buscando su arrepentimiento.

Por ello, Gengolfo solamente le prohibió compartir su cama de matrimonio y le dio una de sus haciendas, asignándole rentas, en espera de que ella hiciera penitencia y volviera a amarle y respetarle, sin embargo al sacerdote le ordenó, que se fuera al extranjero.

Tras haber tomado dichas medidas y víctima de un matrimonio desastroso y viendo que su esposa era una mujer notoriamente infiel y sorda a las correcciones, Gengolfo la abandonó definitivamente. Después Gengolfo, tomó la decisión de renunciar a su fortuna y convertirse en un ermitaño, por ello se retiró a vivir a su castillo en Avallón, cerca de Vézelay, comenzando a realizar obras caridad, penitencias, oración y llevar una vida mística.

Sin embargo su mujer no cambiaba, sino que al contrario, regresó nuevamente junto a su amante y previendo que la caridad de Gengolfo, la dejara en cualquier momento sin capital, decidió que había que darle muerte, con vistas a poder casarse posteriormente con su amante.

Así pues, la adultera junto a su amante el sacerdote, ambos planificaron un plan para dar muerte al piadoso Gengolfo y tramaron que el amante lo decapitaría. Cierto día por la noche, el sacerdote amante se las ingenió, para entrar en el castillo de Avallón, donde estaba Gengolfo durmiendo, tomó una espada y le atacó, intentando matarlo.

Pero quiso el destino que en ese momento Gengolfo se despertara y se defendió con su brazo, repeliendo el ataque, sin embargo al desviar el trayecto de la espada, fue herido en el muslo. El asesino arrojó el arma y escapó antes de que Gengolfo pudiera dar la alarma, pero este no les denunció, por dicho acto.

Dicha herida al parecer se infectó y fue muy grave y Gengolfo se desangró casi en el acto, no pudiendo hacer nada los médicos, por lo cual en vista de su estado de gravedad, recibió la unción de los enfermos y finalmente falleció, asesinado por venganza, hecho común en todos los tiempos.

Su alma se elevó al Paraíso Celestial, a la presencia del Sumo Hacedor, el día 11 de mayo del año ca.760, en la localidad de Avallón, situada en la histórica región de Borgoña, en el área central de Francia, en el departamento de Yonne. La citada región de Borgoña, es famosa por sus vinos borgoña y por el pinot noir, el chardonnay, el Chablis y el Beaujolais.

Tras haber recibido cristiana sepultura, según dice la tradición, se efectuaron varios milagros en la tumba de San Gengolfo. Pero inmediatamente, el cuerpo de Gengolfo fue reclamado por sus tías, las monjas Wiltrudis y Wilgisa, quienes lo sepultaron piadosamente en la capilla del castillo, rindiéndole culto enseguida. Las reliquias de San Gengolfo, en el siglo XIII, fueron llevadas a Verennes-sur-Amance, en la diócesis de Langres, donde se le rindió culto.

Pasado unos años, dichas reliquias fueron profanadas por los revolucionarios en la Revolución Francesa y algunas reliquias se salvaron y fueron distribuidas en varios lugares, donde aún se veneran, incluso algunas se veneran en Bamberg. Su culto fue enormemente difundido por varios países al igual que se propagaba los rumores de milagros y en la actualidad su culto se celebra en Francia, Alemania, Suiza y los Países Bajos.

En Harsefeld se fundó en el año 969, una iglesia dedicada a San Gengolfo, administrada por Canónigos Regulares, sustituidos en el año 1104, por monjes benedictinos, que continuaron el culto al santo.
Después de la Guerra de los Treinta Años, en el año 1648, los monjes fueron expulsados y el edificio destruido.

Sam Gengolfo, se encuentra en martirologios de los siglos X y XI, en Francia, así como en Alemania, incluso más tarde en Inglaterra y Italia. Según se relata, después de haber asesinado a Gengolfo, el amante sacerdote asesino huyó del país, con la esposa de Gengolfo y tanto al sacerdote como a su amante, ambos le sobrevinieron terribles castigos del cielo, perdieron todas las posesiones y sufrieron numerosas enfermedades.

Entre dichas enfermedades, ella tuvo que padecer, que cada vez que hablaba, expelía ventosidades y el sacerdote murió podrido de una enfermedad maligna, que le corrompió el cuerpo, cayéndosele los miembros, primero el miembro viril, hasta que ambos finalmente murieron. San Gengolfo o Gangulfo de Varennes, fue un laico y caballero, que es venerado como mártir por la Iglesia Católica. Los datos que han llegado hasta nuestros días, de San Gengolfo, provienen de una escritura de la corte de Pipino el Breve, fechada en el año 762.

Luego hubo una primera “Vita”, escrita en el año 915, presuntamente en Varennes, la cual tuvo gran repercusión, haciendo que la célebre poetisa, la Beata Roswytha redactara otra “vita” en verso y posteriormente en el año ca. 960, Hrosvit de Gandersheim, escribió una versión de su vida. San Gengolfo o Gangulfo de Varennes, es patrono del arte de la cetrería, que se dice practicaba, por dicho motivo iconográficamente se le representa con su atributo característico que es un halcón.



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