San Pascual Bailón, Religioso Franciscano
Mayo 17
Hijo de humildes campesinos, Martin Bailón e Isabel Yubero, Pascual nació el 16 de mayo de 1540 en Torrehermosa, Aragón (España). El segundo de seis hermanos. Le llamaron Pascual porque nació en la vigilia de Pentecostés.
Hijo de humildes campesinos, Martin Bailón e Isabel Yubero, Pascual nació el 16 de mayo de 1540 en Torrehermosa, Aragón (España). El segundo de seis hermanos. Le llamaron Pascual porque nació en la vigilia de Pentecostés.
Desde los 7 hasta los 24 años trabajó como pastor de ovejas.
Tal era su amor a la Eucaristía que el dueño del rebaño decía que el mejor
regalo que le podía ofrecerle al niño era permitirle asistir algún día entre
semana a la Santa Misa.
Desde el campo donde pastoreaba alcanzaba a ver el campanario de la iglesia
del pueblo. De vez en cuando se arrodillaba para adorar al Santísimo Sacramento
desde lejos.
Un día, mientras el sacerdote consagraba, otros pastores le oyeron gritar:
"¡Ahí viene!, ¡allí está!". Cayó de rodillas. Había visto a Jesús venir en aquel
momento. Se le apareció el Señor en varias ocasiones en forma de viril o de
estrella luminosa.
Desde niño hacía duras penitencias, como andar descalzo por caminos
pedregosos. Cuando alguna oveja pasaba al potrero del vecino, pagaba a este de
su escaso salario por el pasto que la oveja se había comido.
Entra con los Franciscanos.
A los 24 años ingresó en el convento de los frailes menores (franciscanos)
de Alvatera. Al principio no lo aceptaron por su poca instrucción. Apenas había
aprendido a leer para rezar el pequeño oficio de la Santísima Virgen María que
llevaba siempre mientras pastoreaba. Sus favoritas oraciones eran a Jesús
Sacramentado y a la Santísima Virgen.
Los franciscanos le asignaron oficios humildes. Fue portero, cocinero,
mandadero y barrendero.
Su tiempo libre lo dedicaba a la adoración Eucarística, de rodillas con los
brazos en cruz. Por las noches pasaba horas ante el Santísimo Sacramento.
Continuaba su adoración tarde en la noche y por la madrugada estaba en la
capilla antes que los demás.
Hablaba poco, pero cuando se trataba de la Sagrada Eucaristía, lo inspiraba
el Espíritu Santo. Siempre estaba alegre, pero nunca se sentía tan contento como
cuando ayudaba a Misa o cuando podía estarse un rato orando ante el Sagrario del
altar. Al llegar a un pueblo iba primero a la iglesia y allí se quedaba por un
buen tiempo de rodillas adorando a Jesús Sacramentado.
En una ocasión, un hermano religioso se asomó por la ventana y vio a
Pascual danzando ante una imagen de la Sma. Virgen y le decía diciéndole:
"Señora: no puedo ofrecerte grandes cualidades, porque no las tengo, pero te
ofrezco mi danza campesina en tu honor". El religioso pudo ver que el santo
rebosaba de alegría.
Pascual compuso bellas oraciones al Santísimo Sacramento. El Arzobispo San
Luis de Rivera, al leerlas exclamó admirado: "Estas almas sencillas sí que se
ganan los mejores puestos en el cielo. Nuestras sabidurías humanas valen poco si
se comparan con la sabiduría divina que Dios concede a los humildes".
Le enviaron a París a entregar una carta al general de la orden. En camino
defendió la Eucaristía frente a las herejías de un predicador calvinista, por lo
que casi lo mata una turba Hugonotes. El se alegró por haber tenido el honor de
sufrir por su fidelidad al Señor y no se quejó.
Aunque Pascual apenas sabía leer y escribir, era capaz de expresarse con
gran elocuencia sobre la presencia de Jesús en la Eucaristía. Tenía el don de
ciencia infusa. Sus maestros se quedaban asombrados de la precisión con que
respondía a las mas difíciles preguntas de teología.
Le dedicaron este verso: De ciencia infusa dotado,
"siendo lego sois Doctor,
Profeta y Predicador,
Teólogo consumado... "
Profeta y Predicador,
Teólogo consumado... "
Se destacó por su humildad y amor a los pobres y afligidos. Era famoso por
sus milagros y su don para llevar las almas a Cristo. Martín Crespo relató como
el santo le había librado de su determinación de vengarse de los asesinos de su
padre. Habiendo escuchado el viernes santo el sermón sobre la pasión, sus amigos
le exhortaban a perdonar. El se mantenía inmovible. Entonces Pascual lo tomó del
brazo, lo llevó a un lado y le dijo: "Mi hijo, ¿No acabas de ver la
representación de la pasión de Nuestro Señor?". "Entonces -escribe Martín- con
una mirada que penetró mi alma me dijo: "Por el amor de Jesús Crucificado, mi
hijo, perdónalos".
"Si, Padre", contesté, bajando mi cabeza y llorando. "Por el amor de Dios yo los perdono con todo mi corazón" Ya no me sentí la misma persona"
"Si, Padre", contesté, bajando mi cabeza y llorando. "Por el amor de Dios yo los perdono con todo mi corazón" Ya no me sentí la misma persona"
Cuando estaba moribundo oyó una campana y preguntó: "¿De qué se trata?".
"Están en la elevación en la Santa Misa". "¡Ah que hermoso momento!", y quedó
muerto en aquel preciso momento. Era el 15 de Mayo de 1592, el Domingo de
Pentecostés. Villareal, España.
Durante su misa tenían el ataúd descubierto y en el momento de la doble
elevación, los presentes vieron que abrió y cerró por dos veces sus ojos. Su
cuerpo aun después de muerto, manifestó su amor a la Eucaristía. Eran tantos los
que querían despedirse de el que lo tuvieron expuesto por tres días.
Hizo muchos milagros después de su muerte.
Beatificado el 29 de Octubre de 1618 por el Papa Pablo V
Canonizado el 16 de Octubre de 1690 por el Papa Alejandro VIII
Canonizado el 16 de Octubre de 1690 por el Papa Alejandro VIII
Declarado Patrono de los Congresos Eucarísticos y Asociaciones Eucarísticas
por León XIII, es también patrono de los cocineros y del municipio de Obando
(Filipinas).
=
Fuente: Corazones.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario